El conceptualismo de Ferran Garcia Sevilla llega al Centre d’Art Tecla Sala y al MNAC

Provocador, escandalizador y profundamente libre, Ferran Garcia Sevilla (Palma, 1949) es, a veces, un artista deliberadamente incómodo. Un vanguardista auténtico y radical. 

Su nombre figura como uno de los pioneros del arte conceptual, pues en su primera frase creativa, a finales de los años sesenta, dio inicio a su carrera con propuestas rompedoras, utilizando sobre todo objetos, materiales pobres y fotografías, como registro performativo. No fue hasta principios de los ochenta cuando se sumergió plenamente en la pintura, disciplina por la que es más conocido y época durante la que su estilo se acercó más a la herencia dadaísta, cubista y postmodernista. 

Aunque, irónicamente, si por algo se caracteriza su trabajo es por la independencia de sus obras, que confluyen al margen de toda corriente estilística o de pensamiento. Lo que de verdad ha inspirado su creación a lo largo de los años, es su insaciable pasión por la biología, la física y la filosofía, así como los conceptos de "caos, maldad, estupidez y violencia, que despiertan en él esa enorme repulsión que le remueve por dentro y le impulsa hacia un espíritu de constante revuelta artística." 

Por eso mismo, 'Cosmos-Caos' es el nombre con el que Garcia Sevilla bautiza su última exposición. Una muestra que no quiere definir como retrospectiva, pero que si recopila cincuenta años de creación. Se inaugura el próximo 14 de diciembre en el Centre d’Art Tecla Sala, que además colabora con el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) para albergar, hasta el 28 de mayo del año que viene, la colección del pintor mallorquín. 

La primera galería, situada en L’Hospitalet de Llobregat, guarda especial conexión con el artista, pues tuvo allí su taller en el año 1988. Ahora, reúne un gran volumen de sus piezas. Desde cuadros protagonizados por excéntricos mensajes, como 'Tata 5' o 'Muca 23'; a piezas de inspiración árabe elaboradas con baldosas, como 'Mosaic 10'; pasando también por la pintura de inspiración bélica, como es 'Imperi 7'. 

En el MNAC, por otro lado, el artista quiere acabar con la idea de museo como un centro de educación, pues defiende que, en realidad, deberían “deseducar y convertirse en un espacio de libertad donde todas las ideas sean posibles”. Y lo hace mediante fotografías intervenidas a partir de recortes de paisajes mallorquines, como en 'Reconstrucció'; o con objetos que critican la represión de la dictadura fascista, como las monedas franquistas banalizadas que componen 'Així m’ho pagueu?'.  

Todas estas obras son, en realidad, abstracciones que buscan romper con los prejuicios del espectador y plasmar sin tapujos temáticas como la carnalidad, la guerra, o el engaño de la sacralización. Y es que en el arte libre que Ferran Garcia Sevilla defiende, no hay lugar para el elitismo, el significado es de libre decisión y las interpretaciones ocultas carecen de sentido.