Liniker: ¿Por qué su victoria en los Grammy Latinos fue un hito para el colectivo trans?

La alemana Kim Petras, en el caso de la ceremonia anglosajona, también aspira a un Grammy el próximo febrero. Desde que en 1970 Wendy Carlos se hiciera con tres, ninguna otra se ha alzado con el preciado gramófono.

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Sergio del Amo

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El pasado 17 de noviembre, la vigesimotercera edición de los Grammy Latinos fue testigo de un momento trascendental. Aquella noche, gracias al disco Indigo Borboleta Anil, la actriz y cantante Liniker consiguió el gramófono al Mejor Álbum de Música Popular Brasileña. Y lo que es aún más importante: se convirtió en la primera mujer trans galardonada en la historia de dichos premios. Los presentes en el Michelob Ultra Arena de Las Vegas la ovacionaron poniéndose en pie. La ocasión bien lo merecía.

Liniker no lo ha tenido fácil. Nacida en Araraquara, proviene de una humilde familia de músicos. “Al ser una persona negra y del interior de São Paulo, criada por una madre que se ocupaba sola de mí y mi hermano, siempre he tenido que ser muy madura para lidiar con todo”, declaró en 2019 a las páginas de Marie Claire. En esa misma charla, aparte de explicar cómo su padre estuvo ausente la mayor parte de su vida, habló por vez primera de un episodio que sus más allegados ignoraban: “Abusaron sexualmente de mí cuando tenía 12 años. Durante mucho tiempo lo borré de mi mente. Empecé a recordar hace poco. Nadie en mi familia lo sabía. Hubo más de un abusador, repetidamente. Y eran personas con las que vivía. Quería decírselo a mi madre, pero temía que fuera un desastre en la familia”.

Primero, a través del teatro, y más tarde, con la música, halló una vía de escape. En 2015, en apenas una semana, Cru, su primer EP junto a la banda Os Caramelows, obtuvo más de 5 millones de reproducciones en YouTube. La prensa especializada pronto la comparó con Tim Maia, el “El Rey del Soul Brasileño”. Sin embargo, en sus posteriores álbumes -Remonta, de 2016; Goela Abaixo, de 2019, e Indigo Borboleta Anil, el primero que editó tras independizarse de Os Caramelows en 2021- demostró que en su ecléctica batidora sonora además hay espacio para géneros como el funk, el R&B y la samba-rock. Más allá de Maia, cuando le preguntan por sus principales fuentes de inspiración, señala a Whitney Houston y Nina Simone como sus heroínas.

Su directo, como recientemente demostró en el exitoso debut del festival Primavera Sound en São Paulo, es toda una declaración de intenciones. “Mi visibilidad como cantante me ayuda a ocupar espacios que no son los habituales para las mujeres trans. Esa representación es muy importante. Brasil sigue siendo un país muy transfóbico, machista, racista y con discursos de odio. Cuando una mujer trans sube al escenario, eso ya es político”, aseveró en 2018 en Now Magazine. Sus palabras no pueden ser más certeras: según la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA), en 2020 fueron asesinadas 175 transexuales en Brasil, un 43,5% más que el año anterior. Y aunque la cifra disminuyó hasta 140 en 2021, el gigante sudamericano continúa encabezando la tasa mundial de transfeminicidios. Ante esas cifras, la victoria de Liniker en las Grammy Latinos debe entenderse como un hito para la comunidad LGTBIQ+. Tanto la brasileña, en particular, como la internacional, en general.

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Asimismo, el próximo 6 de febrero, la alemana Kim Petras también podría dar la sorpresa en los Grammy anglosajones. Después de convertirse el pasado octubre en la primera solista trans en llegar a la cima del Billboard Hot 100 con Unholy, el sencillo que grabó junto a Sam Smith, parte como favorita en la categoría de Mejor Dúo Pop. De hacerse con el gramófono, seguiría los pasos de Wendy Carlos, quien en 1970 -a los dos años de iniciar la terapia de sustitución hormonal- obtuvo tres Grammy por Switched-On Bach, el revolucionario álbum que introdujo los sintetizadores analógicos al gran público. Carlos fue además la compositora de las bandas sonoras de 'El resplandor', 'La naranja mecánica' y 'Tron'. Otras artistas trans como Teddy Geiger, Jackie Shane, SOPHIE o Arca han sido nominadas desde 2019. Aunque, todas ellas, se fueron de la gala con las manos vacías.

Wendy Carlos, la compositora de las bandas sonoras de 'El resplandor' y 'Tron'. 

Wendy Carlos, la compositora de las bandas sonoras de 'El resplandor' y 'Tron'.  / EPC

Criada en Hennef, un pueblo rural de la región de Colonia, Petras siempre fue consciente de que había nacido en el cuerpo equivocado. Hace pocas semanas, en The Guardian, desveló: “Mi disforia era grave de niña. Tuve tendencias suicidas desde muy joven hasta la adolescencia. Donde nací no había atención médica local, así que a partir de los 10 años mis padres me llevaron por toda Alemania para encontrar médicos que me trataran. Presionaron para que recibiera la ayuda que necesitaba, y me creyeron. Y eso fue hace más de una década, una época totalmente diferente”. De hecho, tras aparecer en la televisión alemana con 13 años, se hizo famosa en su país por defender los derechos de la infancia trans. En 2010, incluso, compartió su historia en el programa Rojo y negro de Telecinco.

Poco a poco, a lo largo de la última década, Petras se ha ganado el corazón de los amantes del pop electrónico. Su último sencillo coproducido por Max Martin, If Jesus Was a Rockstar, explora una senda más orgánica y menormente hedonista de la que pudo oírse a principios de año en el EP Slut Pop. Pero si las quinielas aciertan, al igual que Liniker, pasaría a formar parte de inmediato de los libros de historia. En pocos meses saldremos de dudas. 

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