BCN Clàssics

Emociones a tope con Iván Fischer en el Palau de la Música

El director húngaro, al mando de la Sinfónica de la Radio de Baviera, protagonizó uno de los conciertos del año en la temporada de BCN Classics

Un instante del concierto en el Palau de la Música.

Un instante del concierto en el Palau de la Música. / A. Bofill

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

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La programadora barcelonesa BCN Clàssics lo volvió a conseguir: llenar el Palau de la Música Catalana de arte con mayúsculas, consiguiendo una velada memorable. Aunque estaba anunciado el legendario Zubin Mehta en el podio de la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks (Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera), un problema de salud le impidió unirse a la gira siendo reemplazado por otro as de la batuta como es Iván Fischer. El maestro, de amplia relación con el conjunto alemán, consiguió un trabajo más que sobresaliente, emocionando ampliamente con las dos obras del programa.

La ‘Sinfonía concertante’ de Haydn fue la encargada de abrir la velada contando con Radoslaw Szulc en el violín, Giorgi Kharadze en el violoncelo, Ramón Ortega Quero en el oboe y Mor Biron en el fagot, quienes articularon una versión de auténticos virtuosos. El 'Andante' fue ejemplar en cuanto a fraseo y trabajo conjunto, el apoyo de la orquesta resultó siempre balanceado y el maestro Fischer concertó con olfato y adecuadas respiraciones. La obra es toda una rareza porque, con cuatro solistas y una reducida plantilla es, como pone el programa de mano, “demasiado grande para un concierto de cámara y muy pequeña para uno sinfónico”. Se agradece que se haya incluido.

Y de una rareza a un clásico del repertorio, la ‘Sinfonía Nº 5 en Do sostenido menor’ de Gustav Mahler, que volvía a los atriles del Palau a menos de una semana de haberla escuchado en este mismo escenario por los Wiener Symphoniker. Y aquí se ganó por goleada. Ivan Fischer demostró su sapiencia y su talento con una versión esculpida al detalle, un inteligente planteamiento de las dinámicas (con 'crescendi' sorprendentes) consiguiendo un segundo movimiento sencillamente espectacular. Su 'Adagietto' fue todo un poema y su 'Scherzo' sonó incluso elegante, todo ello gracias a unos músicos extraordinarios que, desde todas las familias, derrochaban poderío. Un concierto para el recuerdo.

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