Crítica de cine

'La mujer rey': entre el espectáculo y el alegato

El filme de Gina Prince-Bythewood no está seguro de si prefiere funcionar como cine de acción o explorar con un mínimo de hondura asuntos como el esclavismo, el colonialismo y el abuso sexual.

Viola Davis, en un fotograma de 'La mujer rey'

Viola Davis, en un fotograma de 'La mujer rey' / Sony Pictures

Nando Salvà

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Aunque usa su conciencia de género y raza como prueba de su originalidad, esta epopeya histórica se sustenta sobre los mismos clichés narrativos que títulos como ‘Braveheart’ y ‘Gladiator’. Y entretanto, mientras rinde tributo a las Agojie -grupo exclusivamente femenino de soldados que protegieron fieramente el reino africano de Dahomey hasta principios del siglo pasado-, demuestra no estar segura de si prefiere funcionar como cine de acción o explorar con un mínimo de hondura asuntos como el esclavismo, el colonialismo y el abuso sexual.

Su mejor baza son el puñado de secuencias de combate que se desperdigan a lo largo de su metraje, a la vez vistosas y cargadas de significado; estas guerreras batallan para exorcizar los traumas que acarrean por ser mujeres, y eso dota sus coreografías de lucha de un componente catártico. Es una lástima, pues, que la película muestre mucho más empeño en apilar subtramas que hablan de venganzas, romances prohibidos y parientes perdidos improbablemente redescubiertos, y que la adentran a empujones en terreno melodramático.

En cambio, ‘La mujer rey’ no se molesta en profundizar en la historia de las Agojie, ni en poner en sus bocas más que aforismos y discursos motivadores, ni en darnos más motivos que su feminidad para justificar por qué debemos estar de su parte y no de la de sus enemigos. Está tan ocupada en subrayar su relevancia simbólica que se olvida de hacerlas interesantes.