Crítica de cine

'Abrázame fuerte', de Mathieu Amalric: entre el trance y el mal sueño

Cada vez más seguro de sus posibilidades con la cámara, el excelente actor Mathie Amalric nos sumerge en un bello y sofisticado, triste y doloroso, estado mental, con una prodigiosa Vicky Krieps

Vicky Krieps, en un fotograma de 'Abrázame fuerte', de Mathieu Amalric

Vicky Krieps, en un fotograma de 'Abrázame fuerte', de Mathieu Amalric / EPC

Quim Casas

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La trayectoria del excelente actor Mathie Amalric como director ya cuenta con siete largometrajes y unos documentales dedicados al autor de cómics Joann Sfar y al músico de vanguardia John Zorn. Cada vez más seguro de sus posibilidades con la cámara, tras adaptar a Georges Simenon –‘La habitación azul’– o rodar un anti-biopic sobre la cantante Barbara, nos sumerge ahora en un bello y sofisticado, triste y doloroso, estado mental.

La primera secuencia muestra como una mujer abandona su casa, y con ella a su pareja y dos hijos. Sobre el papel, ‘Abrázame fuerte’ gira en torno a la huida de esta mujer, Clarisse. Pero pronto, mediante imágenes que no concuerdan entre sí, voces que anticipan hechos que no se han producido y un meticuloso trabajo de montaje que relaciona lo que hace la mujer con lo que intentan hacer los suyos tras el abandono, Amalric nos coloca ante una duda que poco a poco se convierte certeza: ¿estamos viendo realmente a una mujer que huye de su familia?

El dispositivo nos sitúa en las marismas del cine que abole el relato tradicional, pero todo encaja delicadamente y vamos comprendiendo con tranquilidad lo que ocurre por un lado y lo que el cineasta nos muestra por el otro. Este preciado sistema de contar no habría sido lo mismo sin el prodigioso trabajo de Vicky Krieps, la actriz de ‘El hilo invisible’, ‘La isla de Bergman’ y la inmediata ‘La emperatriz rebelde’.