Aniversario

Liberdúplex, donde las historias se convierten en libros

La empresa de impresión y encuadernación de Prensa Ibérica cumple 60 años convertida en un centro de referencia en el sector

La compañía refuerza su apuesta por el libro de papel con la inauguración de una nueva planta de impresión digital

Liberduplex, La empresa de impresión de Prensa Ibérica cumple 60 años e inaugura una nueva planta digital

Liberduplex, la empresa de impresión de Prensa Ibérica cumple 60 años e inaugura una nueva planta digital. /

Rafael Tapounet

Rafael Tapounet

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En la fachada del edificio principal del centro de impresión Liberdúplex, en un polígono industrial de Sant Llorenç d’Hortons (Alt Penedès), el rótulo con el logotipo y el nombre de la compañía se completa con un lema: “Pasión por los libros”. Son solo cuatro palabras, pero en ese escueto sintagma se condensa toda la vocación de una empresa de artes gráficas con 60 años de historia que, sin dejar de ofrecer servicios para la impresión de revistas, folletos y catálogos, ha convertido el libro de papel en el centro absoluto de su actividad actual; en la razón de su existencia, de hecho.

“Convertir Liberdúplex en un referente absoluto en la fabricación de libros ha sido un empeño personal de Javier Moll”, apunta Víctor Trillo, director general de la compañía. Javier Moll es el presidente de Prensa Ibérica, grupo editor que cuenta con 25 diarios (EL PERIÓDICO es uno de ellos), varias revistas y dos editoriales de libros (Alba, en España, y Allison & Busby, en el Reino Unido) y que en 1998 adquirió Liberdúplex, convirtiéndola en la primera empresa de su sector en Catalunya y la segunda en España en volumen de facturación.

Un largo viaje

Ha sido un largo viaje desde que en 1962 nació en Barcelona Dúplex, una pequeña imprenta con un par de máquinas de impresión en hoja a un solo color que empezó trabajando principalmente como subcontrata para otras imprentas y atendiendo encargos de pequeñas editoriales. De la fusión de Dúplex con la más moderna empresa de artes gráficas Libergraf surgió en 1996 la actual Liberdúplex. En aquella época se seguía imprimiendo solo en negro y no fue hasta 2010 cuando la compañía, ya plenamente integrada en el grupo Prensa Ibérica y en pleno proceso de expansión, adquirió su primera máquina para hacer color.

Víctor Trillo, director general de Liberdúplex, junto a una de las máquinas de la nueva planta de impresión digital.

Víctor Trillo, director general de Liberdúplex, junto a una de las máquinas de la nueva planta de impresión digital. / Joan Cortadellas

Hoy, Liberdúplex cuenta con una plantilla de 160 trabajadores y una planta productiva de 15.000 metros cuadrados (más otros 15.000 de recinto) en la que se imprimen y encuadernan unos 35 millones de libros al año, lo que representa un consumo de 15.000 toneladas de papel. De todos esos libros, un 40% son destinados a la exportación, preferentemente para el mercado francés. Y un porcentaje muy respetable son cómics, sector que requiere unos estándares de impresión muy específicos y en el que Liberduplex es la principal compañía de referencia en España. Esa excelencia ha sido avalada por más de media docena de premios, como el que el Gremio de Industrias Gráficas otorgó el pasado junio a la enciclopedia gastronómica ‘Bullipedia’ en calidad de libro mejor impreso del año.

Nueva planta digital

Esas cifras del párrafo anterior darán ahora otro salto adelante gracias a la inauguración de una nueva planta de impresión digital de libros que convivirá con las siete rotativas (cinco de monocromo y dos de color) y las cuatro máquinas de impresión en plano que conformaban hasta ahora el grueso de la maquinaria de la compañía (además de los servicios de preimpresión y encuadernación). Esa flamante planta de impresión digital será presentada en sociedad el lunes 21 de noviembre, en un gran acto con el que Liberdúplex quiere también festejar su 60º aniversario.

Un trabajador de Liberdúplex pone a punto uno de los robots de la nueva planta de impresión digital.

Un trabajador de Liberdúplex pone a punto uno de los robots de la nueva planta de impresión digital. / Joan Cortadellas

Los invitados a la celebración tendrán además el privilegio de presenciar in situ ese pequeño milagro que es el proceso de fabricación de un libro, desde la recepción de los ficheros de pdf que envían las editoriales y el almacenaje de las gigantescas bobinas de papel (de unos 10 kilómetros de extensión) hasta la entrega de los ejemplares ya acabados a los distribuidores. Es un espectáculo fascinante que transcurre entre el estruendo de la maquinaria y el olor a tinta y cuya contemplación basta para convertir al más escéptico en ferviente partidario de la supervivencia (¿de la superioridad?) de la letra impresa frente a los heraldos que anuncian y promueven un futuro exclusivamente digital.

“Los datos de consumo de libros en España demuestran que en los últimos años el libro de papel apenas ha cedido terreno al libro digital”, subraya Víctor Trillo. Desde la convicción de que leemos con la vista pero también con el tacto y con el olfato, la ya sexagenaria Liberdúplex hace su apuesta de futuro: inversión en tecnología digital para seguir haciendo libros de papel. Hay pasiones que no se extinguen.