Artista influyente

Muere Gal Costa, voz de leyenda de la música brasileña

La cantante, figura icónica que proyectó al mundo la bossa nova y el tropicalismo, fallece a los 77 años tras haber suspendido sus últimas actuaciones al haberse extirpado un bulto en una fosa nasal

Gal Costa, fotografiada en Sanremo en 2008

Gal Costa, fotografiada en Sanremo en 2008 / Tiziana Fabi / AFP

Jordi Bianciotto

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La inspiró la bossa nova, pero llevó la bandera fundacional de Tropicália, la insurrección pop que sacudió la música brasileña a finales de los años 60. A esa escena aportó Gal Costa una de sus voces más refinadas, que con los años la proyectó como figura internacional de altos vuelos. Trayectoria segada bruscamente este miércoles con su muerte, en Sao Paulo, a los 77 años. 

La cantante necesitaba recuperarse tras la extirpación, en septiembre, de un bulto en su fosa nasal derecha, precisó su agencia de prensa. Por ello había cancelado sus últimas apariciones, una de ellas en la edición brasileña del Primavera Sound. En los últimos tiempos no había aflojado la marcha: el año pasado lanzó un disco elaborado en pandemia, ‘Nenhuma dor’, donde contó con invitados como Jorge Drexler, Rodrigo Amarante y Seu Jorge.

El clan de Bahía

En sus raíces, la impronta de Salvador de Bahía, la urbe nordestina de la que salió todo un clan destinado a darle la vuelta a la tradición brasileña. Con sumo respeto por los clásicos nacionales y por el influjo modernizador de la bossa nova, y a la vez entusiasta ante el pop y la psicodelia. El intimismo extremo de su cantante favorito, João Gilberto, flotaba todavía en su primera grabación, ‘Domingo’, álbum compartido con Veloso, que abría el delicado ‘Coração vagabundo’. 

Ella respondía por Maria da Graça Costa Penna Burgos, nombre imposible en términos comerciales que, a partir del familiar Gracinha, derivó en Gau (apelativo popular en Bahía), y de ahí a Gal, que en portugués se pronuncia casi igual y que gustó más al mecenas Guilherme Araújo. Cuenta Veloso en su libro de memorias, ‘Verdad tropical’, que, de pequeña, ella usaba cacerolas para amplificar su voz y controlarla. Vocación cantora impepinable que, observaron todos entonces, bien podía hacer de ella “una nueva forma de cantante comercial, con un repertorio inteligente”, apunta ahí Veloso, que siguió acompañándola en sus siguientes aventuras: el disco-manifiesto colectivo ‘Tropicália: ou panis et circenses’ (1968), con Gilberto Gil y Os Mutantes en sus filas, y su estreno en solitario, ‘Gal Costa’ (1969), al que aportó perlas como ‘Baby’.

En directo ‘a todo vapor’

El espectro sonoro fue abriéndose, entre la MPB (Música Popular Brasileña), la experimentación y el influjo del pop, el rock y el rhythm’n’blues, este último muy visible en ‘Legal’ (1970), grabado a su regreso de Londres, donde fue a visitar a sus amigos exiliados, Veloso y Gil. El disco en vivo ‘Fa-tal. Gal a todo vapor’ (1971) la capturó en su esplendor, aportando canciones significativas como ‘Vapor barato’. 

En los 70, dio nueva vida al clásico ‘Trem das onze’ (de Demônios da Garoa), retrato sensible de las clases humildes, y su fama no hizo más que multiplicarse a costa de éxitos como el tema de la telenovela ‘Gabriela’ o de su alianza con Veloso, Gil y Maria Bethânia en Doces Bárbaros. Encadenando discos de oro (‘Gal tropical’, 1979; ‘Aquarela do Brasil’, 1980, obra dedicada a Ary Barroso), mantendría en adelante su estatus como popular ‘vip’ de la música brasileña, a quien Serrat acudió para marcarse un dúo en su disco brasileño, ‘Sinceramente teu’ (1986), cantando ‘No hago otra cosa que pensar en ti’ en portugués.

Visitante ocasional de nuestros escenarios (Poble Espanyol con Gilberto Gil y con Toquinho; Palau de la Música), Gal Costa se pronunció en las recientes elecciones brasileñas a favor de Lula da Silva. El presente electo se despidió de ella este miércoles elogiando “su talento, técnica y audacia”.

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