Cómic

Corto Maltés, testigo del auge de Hitler

Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero ambientan en la Alemania de entreguerras 'Nocturno berlinés', nueva aventura del icónico marino creado por Hugo Pratt

Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero (derecha), llevando un panel con la imagen de portada de 'Nocturno berlinés' (en la edición en color).

Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero (derecha), llevando un panel con la imagen de portada de 'Nocturno berlinés' (en la edición en color). / JOAN CORTADELLAS

Anna Abella

Anna Abella

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Ahí está. Hitler. En las primeras viñetas de ‘Nocturno berlinés’. Dando un mitin en un teatro en el Berlín de 1924 y hablando de memoria. Y entre el entregado público, escuchándole, Corto Maltés y su amigo, como él algo apátrida, el escritor austriaco y judío Joseph Roth, ejerciendo de periodista antes de publicar obras como ‘La marcha Radetzky’ y marchar al exilio huyendo del nazismo. "Era una forma muy potente de empezar la historia. Y nos daba una pista de cómo era Hitler cuando estaba recién salido de la cárcel, donde entró por tras liderar el ‘putsch’ [el golpe de estado fallido que dio un año antes], cuando empezó a tener la notoriedad que adquirió cuando se defendió a sí mismo durante el juicio. Ver cómo de repente alguien pasa de ser intrascendente a lograr tal popularidad y llegar al poder", explica en Barcelona el guionista Juan Díaz Canales, junto al dibujante Rubén Pellejero, autores de esta cuarta aventura del icónico marino del cómic creado por Hugo Pratt, cuya serie retomaron en 2015 con ‘Bajo el sol de medianoche’.

Hitler, en la primera página de 'Nocturno berlinés'.

"Hasta ahora habíamos hecho un Corto Maltés más aventurero y exótico, pero aquí esta historia es más urbana y más nocturna y oscura", señala sobre ‘Nocturno berlinés’ (Norma Editorial, que también lo publica en catalán y en edición en blanco y negro), donde el protagonista intentará impedir un complot de graves consecuencias para la república de Weimar, en la Alemania de entreguerras. "Es una época apasionante y menos conocida, que, lamentablemente, tiene muchos parecidos con la actualidad: el ascenso de los populismos, el afán de la población de hallar soluciones fáciles a problemas muy complejos, de gente apelando al miedo para que funcione la palanca del apoyo popular. No creo que la historia se repita, pero sí que nos da lecciones interesantes. Y tenemos mucho que aprender de esa época", añade Díaz Canales (también guionista de ‘Blacksad’, Premio Nacional de Cómic 2014 y varios Eisner). 

"Aquí encontramos un Corto más humano, con un comportamiento más realista, que sufre por la muerte de un viejo amigo, en una historia en la que, como siempre, prevalece la amistad", cuenta Pellejero (‘Dieter Lumpen’), que ha "dejado de lado la acuarela, más tradicional en el Corto de Pratt", para utilizar el "negro en cantidades industriales, algo que le va muy bien al ‘thriller’". "Corto se siente un poco viejo, se acerca a los 40 años, ha visto desaparecer a amigos tras la carnicería de la Primera Guerra Mundial -confirma Díaz Canales-. El personaje ha evolucionado, no es el mismo de ‘La balada del mar salado’ o ‘Equatoria’. Ponemos en cuestión ese héroe que nunca envejece. Aquí le vemos borracho, con un bastón o ligando con una chica a la que le dobla la edad y que le dice que habla como un tipo del siglo pasado. Y es que nació en ese siglo".   

Corto Maltés y Joseph Roth, en una de las viñetas.

Es una aventura que tiene, apunta el guionista, "un tono más pesimista, que destila el propio Corto pero también esa Alemania de 1924, donde ya se nota cómo se torcía la cosa". Corto se da cuenta de que "corren malos tiempos" tras recorrer un Berlín de cabarets y cine expresionista, de organizaciones ocultistas y secretas como Stella Matutina, de tensión al alza entre comunistas y nazis. Entre cameos de una Marlene Dietrich entonces "aspirante actriz" o del boxeador Max Schmeling, se topará con otros personajes reales, como el autor de ‘El Golem’, Gustav Meyrink, o con el citado Josep Roth. "Tan apasionante como Stefan Zweig -opina el guionista-. Son intelectuales, que están a caballo entre un mundo que estaba desapareciendo enterrado por las hordas que vienen, ‘el mundo del ayer’, que decía Zweig. Roth fue testigo y dejó testimonio de esa época. Muchas cosas del cómic están sacadas de sus artículos periodísticos".   

Organización terrorista

También es muy real, la terrorista, ultranacionalista, antisemita y anticomunista Organización Cónsul, que cometió 354 asesinatos, entre ellos el del ministro de Exteriores germano-judío Walther Rathenau. "Promovieron asesinatos políticos y golpes de Estado. Ese movimiento no tenía que ver todavía con el nacionalsocialismo ni tenía su base social -relata Díaz Canales-. Hitler, al que entonces los militares y empresarios aún veían como un pringado, tuvo el instinto y acierto de copiar los métodos de otros partidos revolucionarios como el comunista y aprovechó el contacto con las masas para revertir una república de Weimar que tiene paralelismos con la historia de la Segunda República española. Es una primera experiencia democrática en países que tradicionalmente habían sido monarquías".  

En ‘Nocturno berlinés’, que cronológicamente transcurre después de ‘Las Helvéticas’ de Pratt, aparece también la relación de Corto con lo esotérico, que los autores ven "muy escéptico", a través de la búsqueda de una carta del Tarot Visconti-Esforza, del siglo XV, el más antiguo del mundo, del que no se conserva ningún juego completo, y está ligado a una profecía. 

¿En la Guerra Civil española?

Viajan siempre los autores sin "un cuaderno de viaje definido, buscando una buena historia y una época que resulte interesante". Así, no descartan que en un álbum futuro acabe en la España de la Guerra Civil, donde Pratt dejó entrever antes de morir que el personaje desaparecía. "Lo qué le pasó es un enigma. Nos guardamos esa carta".