Documental

'Regreso a Raqqa': Marc Marginedas indaga en el infierno de su cautiverio

Presentado en el festival de Valladolid, ‘Regreso a Raqqa’ documenta las experiencias del corresponsal de guerra y periodista de EL PERIÓDICO durante su secuestro por Estado Islámico en 2013

Marc Marginedas

Marc Marginedas / Julio Carbó

Quim Casas

Quim Casas

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El lunes 2 de septiembre de 2013, el corresponsal de guerra Marc Marginedas envió su última crónica desde Siria, donde estaba cubriendo la información sobre el conflicto para EL PERIÓDICO DE CATALUNYA. La guerra, iniciada en 2011, había adquirido ya gran resonancia, aunque faltaba un año para los ataques de las fuerzas de la coalición internacional contra puntos estratégicos de Estados Islámico. Dos días después, el 4 de septiembre, Marginedas era secuestrado por miembros de dicha organización terrorista. Permaneció en cautiverio hasta el 2 de marzo del año siguiente.

Presentado este jueves en la Semana Internacional de Cine de Valladolid, el documental ‘Regreso a Raqqa’ indaga en las experiencias de Marginedas y otros periodistas capturados durante el conflicto sirio. La primera pregunta parece obvia. ¿Cómo se ha sentido volviendo al lugar de los hechos, reviviendo aquellos días de privación de libertad en uno de los momentos más crudos del conflicto? “Estoy expuesto por mi trabajo a situaciones violentas y dramáticas”, explica Marginedas. En todo caso, “me chocó la distinta perspectiva que ahora tenía sobre aquellos lugares. El río Éufrates es muy fuerte, yo no me veía con fuerzas de cruzarlo para escapar. Pero cuando volvimos para rodar el documental, en el mes de mayo, a pleno sol, con mucho calor, lo que quería entonces era cruzarlo”.

Formar parte tan activa del documental no ha sido para nada un proceso terapéutico. “La terapia la hice en privado, durante un año. Hacer este documental era una forma de hacer llegar al público las experiencias en este tipo de situaciones, transmitir unos hechos que se convirtieron en uno de los secuestros más mediáticos”, nos comenta. La idea de realizar ‘Regreso a Raqqa’ –Raqqa, o Al Raqa, es la ciudad siría que fue el centro de operaciones de Estado Islámico entre 2013 y 2017– fue conjunta con el director del filme, Albert Solé, periodista, cineasta, hijo de Jordi Solé Tura y director de, entre otros filmes, ‘La mente del violador’, ‘Jarabe contra el cáncer’ y ‘Bucarest, la memoria perdida’, centrado este último en la relación de Solé con su padre.

Planos aéreos con dron

El proyecto de ‘Regreso a Raqqa’ comenzó en 2018. Según Marginedas, “maduramos mucho la idea. No se podía hacer la película justo después del secuestro, ya que tenía miedo a que el secuestrado se comiera al periodista. Tres años después estaba en Rusia y me vi con la suficiente fuerza y perspectiva para acometer la película”. El rodaje se inició precisamente en Moscú, con unas condiciones climatológicas muy duras. El proceso posterior fue muy laborioso: “La gente tenía pocas ganas de hablar y la burocracia, para todo el tema de permisos, resultó inflexible”. Marginedas nos explica cómo debieron ingeniárselas para conseguir unos planos aéreos con dron: “Hacer volar un dron en Siria es muy complicado por los permisos. El cámara pudo hacer trampa con el ‘software’ y así logramos que volara y grabara durante una hora”.

Es importante la idea con la que Marginedas arrancó el proyecto, que el personaje secuestrado no se comiera al personaje periodista. De ahí el tiempo transcurrido, la terapia personal y la constatación de que ya se tenía la suficiente distancia en relación con los hechos para encararlos con calma y objetividad, con el fin de transmitir al espectador todas las sensaciones posibles ante una situación límite de estas características.

 Por eso mismo, otra pregunta indispensable es si se siente satisfecho del resultado final. “Mucho. El filme es casi una pieza de arte antes que una pieza estrictamente informativa. Es importantísimo como fluye la narración, el enorme trabajo de montaje que ha realizado Albert Solé”. ‘Regreso a Raqqa’ no mira solo al pasado, al secuestro producido en 2013 en la convulsa Siria. El propósito de la película y de su protagonista es actualizar aquellos hechos y conectarlos el tiempo actual. Entender el pasado para comprender el presente.