Opinión | Periféricos y consumibles

Javier García Rodríguez

Javier García Rodríguez

Escritor y profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Oviedo

'Cereal killer': Paquirrín y Borges

Culverton Smith (Toby Jones), comiendo cereales en 'Sherlock'

Culverton Smith (Toby Jones), comiendo cereales en 'Sherlock' / BBC

Para mi desgracia, tengo que dejar pasar la ocasión de hablar de Paquirrín. He tratado de encontrar una razón, aunque fuera pequeña, peluda o suave, para traer al hijo de la tonadillera, marinera de luces 'cachulis' y viuda penibética, a Paquirrín Primero de la Casa Pantoja y Tercero de la Casa Rivera, hasta este prado donde pastan lo periférico y lo consumible, teniendo él bastante de ambas condiciones. Pero nada me une al heredero rapero más allá de un fugaz encuentro con brevísimo cruce de miradas mientras él se colocaba –no sin cierta dificultad- el casco y se subía a su destino (borren esto y pongan 'vespino') frente al Sánchez Pizjuán, lugar donde, según cantan las viejas leyendas, la Giralda presume orgullosa al ver al club del Nervión. Dejo aquí, pues, al arrebatado héroe de las discotecas mesetarias y de las verbenas estivales. Le deseo una pronta recuperación al sobrino de Agustín y así me voy yo, en este barco velero mientras se me enamora el alma, se me enamora.

Nada traigo a estas líneas de Paquirrín, pero su sola mención me conduce, a través de pasadizos ignotos, hasta Belén Esteban. Igual que el Nemesio Tornero, Capitán Fanegas, se convertía en alcalde de Alcafrán por elipsis narrativa en su conflicto con Eladio Guardiola en 'El Tío la Vara', la Esteban se convirtió hace tiempo en princesa del pueblo por autoproclamación. Poseedora de una lengua asaz suelta, la colaboradora televisiva y fabricante de gazpacho en tetrabrik o similar, es autora de algunas frases, expresiones, muletillas y estribillos que forman parte ya del 'ficcionario' de dichos populares de nuestra piel de toro.

Viene todo esto a cuento –y nunca mejor dicho- porque cuando la Esteban lanzó cual Agustina de Aragón, cual Scarlett O’Hara, cual Penélope Glamour, aquella frase de “Yo por mi hija maaaaato”, no sabía que, años después, un equipo de traducción seguramente mal pagado pero lleno de talento, se la apropiaría para ofrecerla como la versión española de una escena en la que un personaje acusado de ser un 'serial killer' en la producción audiovisual 'Sherlock' –otra vuelta de tuerca en lo intertextual-, se mofaba de los agentes de la ley grabando un anuncio de televisión en el que aseguraba ser un 'cereal killer', que viene a sonar igual, mutatis mutandis. De modo que aquel asesino, Culverton Smith (temporada dos, episodio cuatro, me parece), aseguraba en su anuncio: “Yo por mis cereales maaaaato”. Genio y figura.

O sea que la Esteban no sabía, y no sé si ha llegado a saberlo, que, como los protagonistas de 'La trama' de Borges, ese personaje televisivo suelta su frase para que pueda repetirse la suya de madre coraje, vamos que, como a Julio César, “Lo matan y no sabe que muere para que se repita una escena”. Otra cosa sería traducir la versión de aquello de “Andreíta, cómete el pollo”, que quizá podría servir para una escena de una serie subidita de tono o para una escena de la serie 'Dahmer', otro 'cereal killer' pero carnívoro. Para que nuestro horror sea perfecto, quiero decir. 

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