Entrevista

Jaime Rosales: "La precariedad existe, pero la pobreza extrema no"

Jaime Rosales estrena 'Girasoles silvestres' tras pasar por la Sección Oficial del Festival de San Sebastián. Una película que gira sobre una joven madre, interpretada por Anna Castillo, que pasa por diferentes y conflictivas relaciones sentimentales.

Jaime Rosales, fotografiado esta semana en Madrid

Jaime Rosales, fotografiado esta semana en Madrid / David Castro

Beatriz Martínez

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Jaime Rosales vuelve a abordar la juventud y la precariedad (económica y sentimental) en 'Girasoles silvestres', una película en la que late el peso de las masculinidades tóxicas y la forma en la que las mujeres toman conciencia de su propia identidad, en este caso a través del retrato de una joven madre (Anna Castillo) que le sirve al director para reflexionar en torno a las relaciones de pareja y las diferentes estructuras familiares, así como sobre la dependencia emocional, el deseo y la esperanza de alcanzar la estabilidad vital. 

¿Cómo surge la idea y qué quería contar a través de ella?

A mí me interesaba contar que, a lo largo de la vida, tenemos relaciones afectivas, sentimentales, con personas que son muy diferentes las unas de las otras. Y esas diferencias, creo que tienen que ver con un aprendizaje en el amor, con una maduración. Y eso es lo que a mí me interesaba como punto de partida. Luego resulta que hay otros temas que se pueden encontrar en la película, desde cosas vinculadas al entorno social, cuestiones de violencia doméstica, pero la semilla era esta idea de la maduración y de aprendizaje a través de la prueba y el error con parejas muy diferentes. 

En ese sentido, ¿por qué decidió contar la historia a través de una mujer?

Di con un reportaje fotográfico en torno a una mujer americana, joven y con varios hijos, que había pasado por diferentes relaciones, y esa fue mi fuente de inspiración. Pensé que sería curioso traerlo a Espala, convertirlo en película y añadir cosas mías, lógicamente. 

¿De qué forma entroncaría esta película con el resto de su filmografía?

Yo he hecho películas. Algunas de ellas de temática social, otras de temática política, otras de temática espiritual, otras de temática psicológica. Y esta yo creo que es un poco síntesis de todo eso. Está el tema de la familia, el de la soledad congénita, hay un tema social que tiene que ver con la redefinición de los roles entre hombres y mujeres y también la cuestión del ascensor social. Puede que el entorno se parezca al de 'Hermosa juventud', pero en ese momento quise hacer un retrato del momento, de la crisis económica y cómo la juventud se enfrentaba a un futuro difícil. En cambio, han pasado diez años y me parece que, aunque sigue habiendo problemas, todo es más esperanzador. Por eso la película es más luminosa y el personaje termina mejor de lo que empezó, al contrario de lo que ocurría en 'Hermosa juventud'. 

"Todo ha mejorado y, sin embargo, tenemos una psicosis deque todo está empeorando, que estamos peor que la generación anterior, y no es cierto"

¿Tan optimista se encuentra? No nos encontramos en un momento especialmente bueno.

Yo creo que vivimos un momento de neurosis social, no encuentro otra palabra mejor. Si tú miras desde el punto de vista material en los últimos treinta años, por coger un espacio de tiempo definido, todo ha mejorado. Los coches son mejores, las neveras son mejores, los ordenadores son mejores, los relojes son mejores, la ropa es mejor, la alimentación es más sana. Todo no solo es mejor, sino que es más barato. Antes no podías comprar pollo, ahora cuando vas a la panadería hay pan con centeno, con gluten, sin gluten, redondo, cuadrado, y eso pasa en Alcobendas, en la provincia de Badajoz y en el Barrio de Salamanca. Desde el punto de vista político, la mejora es indiscutible. Hay una guerra ahora en Ucrania que ha generado una respuesta de solidaridad de todos los países, antes había una guerra y era problema del otro. Hay un problema de inmigración, un desastre humanitario, todo el mundo lo mutualiza, coge cuotas, ayuda, manda alimentos. En África ya no hay niños que se mueren de hambre, aquellos niños con la barriga hinchada y moscas en la boca ya no existen. La precariedad existe, pero la pobreza extrema, no. Desde el punto de vista social, es mucho mejor ser un homosexual hoy en día que hace treinta años, es mucho mejor ser discapacitado hoy que hace treinta años, es mucho mejor ser una minoría racial hoy que hace treinta años y por supuesto es mucho mejor ser mujer hoy, que hace treinta años. Cuando tú lo miras, todo ha mejorado y, sin embargo, tenemos una psicosis deque todo está empeorando, que estamos peor que la generación anterior, y no es cierto. La gente viaja a muchos más países, tiene más vacaciones, tiene una mayor cobertura sanitaria, de paro. 

"No hay nada malo en que los padres ayuden, porque siempre ha sido así. Yo soy lo que soy gracias a mis padres, y espero poder ayudar a mis hijas"

No estoy muy de acuerdo. La precariedad sigue existiendo y muchos jóvenes viven gracias a sus padres, a la generación anterior.

No hay nada malo en que los padres ayuden, porque siempre ha sido así, los nuestros también tiraron de los suyos. Yo soy lo que soy gracias a mis padres, y espero poder ayudar a mis hijas. No somos champiñones que nacemos en el bosque, somos seres humanos y la familia de origen y la familia que creas son muy importantes. Ahora los jóvenes están más preparados que nunca, hablan idiomas, saben más, tienen puestos de responsabilidad mucho antes, saben más tecnología, han viajado más. Nos dan mil vueltas, el mundo va mejor. 

Entonces, ¿de quién es la culpa de esa ‘neurosis social’?

De los medios de comunicación que, en un momento dado, se dieron cuenta de que lo importante era contar malas noticias y la gente se creyó que vivía en el peor de los mundos. Dicho esto, creo que hay que seguir mejorando. Lo que pasó con la pandemia fue extraordinario, una respuesta mundial, todos los gobiernos coordinándose, para buscar vacunas, coordinar protocolos, intercambiar información. Lo que ha pasado ahora con la guerra de Ucrania también ha sido extraordinario. Cómo repartirse, ayudar a las mujeres, a los niños. 

"No me gusta ni la palabra masculinidad, ni la palabra tóxica. A mí me gusta más hablar de hombres y mujeres, está lo masculino y lo femenino y luego hay relaciones conflictivas"

¿Quería hablar en esta película de la masculinidad tóxica? 

No me gusta ni la palabra masculinidad, ni la palabra tóxica. A mí me gusta más hablar de hombres y mujeres, está lo masculino y lo femenino y luego hay relaciones conflictivas. Una sustancia tóxica es algo que mata. La palabra masculinidad no está en mi vocabulario, y relación tóxica tampoco. Relación violenta, relación conflictiva, sí. Yo siempre he rechazado la violencia desde mis primeras películas, porque me parece que la violencia es un fracaso de la razón y me parece que los hombres que se muestran en la película no son iguales, el primero no es igual que el segundo ni el segundo igual que el tercero. Cuando hablan de masculinidades tóxicas me parece un eufemismo. 

¿No le parece bien que aparezcan nuevos términos para retratar una realidad desde el punto de vista feminista?

Yo uso mi vocabulario, cada uno puede utilizar el que quiera. Yo cuando me refiero a los hombres y sus características los llamo hombres, no masculinidad, porque contiene un prejuicio negativo hacia el hombre, y hay hombres buenos, medianos y malos, igual que hay curas, profesores, policías, y mujeres buenas, medianas y malas. 

"A mí me encanta trabajar con mujeres, pero no me gustan las cuotas, que me digan que debo tener una directora de fotografía mujer"

¿No cree que algunos hombres han reaccionado mal a la toma de conciencia de las mujeres? 

Sí claro, hay hombres que reaccionan frente a todos los fenómenos de cambio con resistencia, y mujeres que también, y cada ideología reacciona frente a su ortodoxia a lo que viene. Antes decía que el mundo está mejorando, y lo hace para los hombres y las mujeres. A mí me encanta trabajar con mujeres, pero no me gustan las cuotas, que me digan que debo tener una directora de fotografía mujer, una montadora mujer, yo ya tengo a mi directora de fotografía porque es excelente, a mi montadora, pero no hace falta que nadie me lo diga. Aportan mucho valor, y gracias al trabajo conjunto todo sale mejor. Pero no me gusta que me digan ni cómo tengo que pensar, ni qué tengo que hacer, ni con quién tengo que trabajar o a pasar mi tiempo libre. Ya soy mayorcito para tomar mis propias decisiones. No hace falta que mi mujer me diga que tengo que cambiar pañales para que yo ya lo hiciera, ni que llevara a las niñas al colegio. 

"Una película no es mejor porque esté dirigido por un hombre, una mujer, un musulmán o un judío. Una películas es buena por la calidad de las personas que están detrás"

Entonces, ¿no cree que las cuotas hayan contribuido a que ahora tengamos un panorama más diverso y estemos asistiendo a boom de nuevas directoras que aportan nuevas miradas? 

Creo que no hay ninguna ley que haga que una película sea mejor o peor, no existe, lo que hace que una película sea mejor o peor, es la inspiración de los creadores que están detrás. Una película no es mejor porque esté dirigido por un hombre, una mujer, un musulmán o un judío. Si lo que importa es que la película sea buena, es por la calidad de las personas que están detrás. Todo lo que interfiera a que la calidad se abra paso libremente, es malo para el arte. Puede que sea bueno para cuestiones sociales, pero no para el arte. 

Es curioso, yo no he sacado el tema de las cuotas, pero hace una semana, Juan Diego Botto decía exactamente lo contrario, que las cuotas eran lo mejor que le ha pasado al cine español.

Cada uno es libre de pensar como quiera. También te diría que me parece que hay catequismos ideológicos. Y yo no estoy ahí, así que siempre será algo más incómodo hablar conmigo, porque a mí me parece maravilloso que haya mujeres trabajando, que es un progreso social, pero me parece fatal que se implementen cuotas o premios, o medidas proteccionistas. 

¿Por qué estructura la película a través de los hombres si la protagonista es una mujer?

Me parecía interesante utilizar esa estructura, pero que el punto de vista fuera el de ella. Podía haber hecho la película al contrario y hubiera sido la mirada de ellos sobre la mujer. En cambio, en este caso es la mirada de ella sobre ellos. El cine, el punto de vista, la mirada, se asocia con el deseo, y siendo yo un hombre me parecía un reto acercarme al personaje de ella desde su deseo. ¿Por qué desea a este hombre? Y era importante porque en las relaciones de pareja no solo está el ideal de felicidad, también existe el deseo, que es algo más primitivo. Es importante no infravalorar la capacidad que tenemos de ir hacia donde no nos conviene, es algo muy humano. 

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