Joaquim Paladella, alcalde de Batea

"No hay secretos, solo el esfuerzo y el trabajo que lleva a cabo la gente de Batea desde hace generaciones"

El municipio de Batea, situado en la comarca de Terra Alta (Tarragona), fue reconocido el pasado martes 27 de septiembre con el galardón al mejor pueblo agrícola en los premios Poble de l’Any organizados por Prensa Ibérica. La calidad de sus viñas, la colaboración de sus ciudadanos y el reconocimiento internacional de su vino destacaron su candidatura hasta otorgarles la distinción. Hablamos con Joaquim Paladella Curto, alcalde de Batea, para conocer más en profundidad qué es lo que hace tan única a esta localidad.

Viñedo

Viñedo / Vineyard field landscape in Spain near Mollet de Peralada, Catalonia, Alt Emporda, Girona province

Carlos Torres

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-¿Qué representa este premio para Batea y sus ciudadanos?

-Este premio para Batea y los bateanos representa un aliento de ilusión y también, por qué no decirlo, de esperanza. De ilusión por ser un reconocimiento al esfuerzo de todo un pueblo por sobrevivir y luchar por su futuro. Y de esperanza por ver que, a pesar de todas las dificultades, el trabajo del día a día da resultados y la gente los ve y los reconoce. Somos una localidad alejada de las grandes ciudades donde todo es más difícil, en especial cuando hablamos de agricultura con todas las dificultades que hemos vivido durante muchos años, y este reconocimiento nos hace pensar que tenemos futuro y que, tal vez, este será mejor. 

-¿Cuál es el secreto para conseguir la excelencia en agricultura que caracteriza a Batea?

-No hay secretos, solo el esfuerzo y el trabajo que lleva a cabo de la gente de Batea desde hace generaciones. Si vas por el término municipal de Batea podrás ver que está trabajado como un jardín donde los campesinos cuidan hasta el último extremo de las viñas y la naturaleza devuelve todo este esfuerzo con un producto de muy buena calidad. 

También hay que destacar el trabajo de las bodegas que, aunque sean pequeñas, han sabido adaptarse a los tiempos, a los gustos de la gente y han sido capaces de extraer lo mejor de la esencia de este producto.

El vino de garnacha de Batea ha sido reconocido con premios a nivel internacional

-Se trata de un premio logrado entre todos, ¿entonces?

-Sí, por supuesto. Somos un pueblo pequeño que no llegamos a los 2.000 habitantes y, sin embargo, somos de los 5 municipios con mayor censo agrario de toda Catalunya y, en nuestro ámbito de la D.O. Terra Alta, producimos el 20% de la garnacha del mundo.

Cuando nuestras bodegas van a diferentes certámenes o concursos obtienen las mejores puntuaciones y, muy frecuentemente, son reconocidos con premios importantes. Es un esfuerzo diario, durante muchos años y de todos. De no ser así, en este mundo en el que vivimos, sobre todo en el mundo del vino y de la agricultura, no tendríamos ningún futuro. 

-¿Cuáles son los principales cultivos de la localidad?

-El cultivo por excelencia de Batea es la viña, hasta tal punto que cuando llega el tiempo de vendimia siempre decimos que parece que el mundo se detiene. Además, el cultivo de olivos siempre ha tenido una presencia importante y en los últimos años ha ido adquiriendo mucha fuerza con plantaciones nuevas y con empresas familiares que se dedican tanto a la producción de aceite como a su comercialización. El cultivo de la almendra también es importante, aunque algo más complementario. 

-¿Cuál es el impacto de vuestras cosechas?

-Batea es el primer productor de uva de toda Catalunya, algo espectacular en un pueblo de menos de 2.000 habitantes. Además, en el contexto del vino de garnacha en el mundo, el potencial de la D.O. Terra Alta es muy grande. 

El 70% de los vecinos de la localidad se dedican al sector agrario

-¿Qué nuevos proyectos esperan a la localidad?

-El mundo del vino está siempre en evolución y por ello debemos estar siempre del lado de los campesinos y de las bodegas. Por nuestra parte, la cultura del vino y la historia del pueblo y de la tierra es un punto a potenciar. Pienso que hemos de trabajar conjuntamente y demostrar todo el atractivo que tiene el producto y la vida del campesino. Esto nos reportará más reconocimiento y más opciones de vida y de futuro.

Además, no hemos de olvidar el mundo en el que vivimos y del reto del cambio climático. Pienso que tenemos la condiciones perfectas para hacer de Batea un pueblo sostenible, todavía más respetuoso con la naturaleza. 

-¿Por qué la gente debería visitar Batea?

-Batea y el conjunto de la Tierra Alta han sido territorios que, durante muchos años, se han mantenido separados de la ciudad y esta distancia es la que ha convertido nuestro pueblo en una zona de lo más singular. Somos un pueblo desconocido donde el tiempo se detuvo durante décadas, dotándolo de un atractivo especial.

Nuestro casco antiguo, nuestra historia, nuestra forma de vida y la forma como se vive y se cultiva la tierra nos hacen ser diferentes y singulares, y pienso que eso sorprende a quien nos visita y quiere conocer un lugar distinto. Además, la visita a nuestras bodegas y la degustación de nuestros vinos y nuestros aceites le añaden un punto único a cualquier visita y nos dan esa singularidad tan especial de Batea.