Crítica de ópera

Mahler vuelve a emocionar con la OBC

El conjunto catalán arrancó su curso con la ‘Cuarta sinfonía’ del compositor bohemio y con el estreno local de ‘Let me tell you’, de Abrahamsen

Concierto inaugural de la OBC

Concierto inaugural de la OBC / ÁLVARO MONGE

Pablo Meléndez-Haddad

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La Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) arrancó su temporada -patrocinada por EL PERIÓDICO- con la siempre bienvenida música de Gustav Mahler y bajo la batuta del nuevo director titular del conjunto, el francés Ludovic Morlot, contando además con dos aperitivos de diferente índole antes del plato fuerte, una instalación sonora y un estreno local.

No triunfar con la ‘Cuarta’ de Mahler es difícil. Concisa y tan exuberante como 'cantabile', se caracteriza por la incorporación de una voz solista en el cuarto movimiento, el impresionante ‘Lied’ orquestal “Wir geniessen die himmlischen Freuden” del ciclo ‘Des Knaben Wunderhorn’, aquí defendido por una inspirada Carolyn Sampson que no pudo dar con las claves acústicas de la sala para proyectar su voz adecuadamente por sobre la orquesta. Morlot consiguió una ovación ante un trabajo aseado y bien contrastado, pero deberá aprender a dominar el balance sonoro de su nuevo conjunto en este escenario tan complicado.

La OBC ofreció como preámbulo ‘Let me tell you’ del compositor danés Hans Abrahamsen –uno de los creadores invitados de este curso– y estrenada por encargo en Berlín en 2013. Con una poco audible actuación de la soprano Audrey Luna –salvo en el sobreagudo– a cargo de los textos de Paul Griffiths sobre Ofelia de ‘Hamlet’, las siete canciones del ciclo estructuradas en microcélulas tuvo una discreta acogida. Más allá de ampliar repertorio, por qué se escogió a este autor para abrir el curso barcelonés es un gran misterio, tan grande como las razones que llevaron a los gestores del conjunto a escoger como titular a Morlot, quien no consiguió un adecuado equilibrio entre solista y masa orquestal. Ya puestos a ser modernísimos, hubiese sido genial contar con la soprano que estrenó la obra, Barbara Hannigan.

Antes, el público asistente fue recibido en el vestíbulo del Auditori por ‘Phonos’, una instalación del saxofonista y ‘artista sonoro’ Marc Vilanova que juega con los límites de la percepción. Aunque pareciera muda, sus 26 tarjetas de sonido y sus 104 amplificadores hacen que los 208 altavoces que conforman el llamativo aparato emitan ondas por debajo del umbral auditivo.

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