El festival CLAM multiplica por diez su público

El certamen dedicado al cine social cierra este fin de semana con un homenaje a Jaime Rosales

El cineasta Jaime Rosales.

El cineasta Jaime Rosales. / JON BARANDICA

Quim Casas

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El próximo domingo se clausura la última edición del CLAM, el Festival Internacional de Cinema Social de Catalunya, que se ha desarrollado en Manresa, Navarcles y Sant Fruitós del Bages desde el pasado 23 de septiembre. Tras dos ediciones que fueron muy difíciles, las de 2018 y 2019, con demasiados problemas económicos, y la del año pasado, muy minimizada tanto por cuestiones de dinero como por los efectos del Covid-19, este año el certamen ha dado un gran salto buscando una nueva consolidación con títulos muy apetitosos (los últimos trabajos de Jaime Rosales, Koreeda, Ruben Östlund, Mia Hansen-Love, Cristian Mungiu, Sergei Loznitsa, François Ozon o Bertrand Bonello) y una masiva respuesta del público.

El director del CLAM, Esteve Soler, nos comenta que “este ha sido un año cero y hemos dado un paso adelante en todos los sentidos”. “Estamos muy contentos del resultado”, rubrica con satisfacción, ya que el desafío era grande para un festival de estas características. “Antes nos llegaban las películas. Ahora las hemos ido a buscar. No sabíamos si habíamos tomado la dirección correcta. Era un reto y un salto muy importante”.

Los números son inapelables. Soler explica el innegable salto cualitativo: “Habíamos cambiado el grueso de proyecciones a los Cines Bages Centre de Manresa. Empezamos el festival en una de las salas pequeñas de este complejo de multi-salas, pero a los pocos días pasamos a la sala grande, con más de 300 butacas, y llenamos cada sesión”. El certamen ha multiplicado por diez el público en relación con anteriores ediciones, obteniendo “una confianza muy grande de Manresa y toda la comarca".

Este aumento de público tan importante es esencial para festivales de estas características, que buscan sobre todo la comunión con los lugares en los que se realiza. Tras la proyección de la última Palma de Oro de Cannes, ‘El triángulo de la tristeza’ de Östlund, y de películas tan personales como ‘Coma’ de Bertrand Bonello, acerca de la influencia de las redes sociales en los adolescentes en tiempos de restricciones y confinamiento, y ‘Una bonita mañana’ de Mia Hansen-Love, con el personaje encarnado por Léa Seydoux encarando como puede la enfermedad degenerativa de su padre, el CLAM llega a su doble recta final este fin de semana con la presencia de Jaime Rosales y del director y guionista de ‘Los renglones torcidos de Dios’, Oriol Paulo y Guillem Clua.

En la sala de los Bages Centre se celebrará el sábado la ceremonia de la entrega de los premios del festival y un Premio de Honor para Rosales. Navarcles será, el domingo, el escenario de la clausura del festival con la proyección del filme del director japonés Sho Miyake ‘Small, slow but steady’, un drama procedente de la última Berlinale que narra el esfuerzo de una joven con problemas de audición para triunfar como profesional del boxeo.

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