FESTIVAL BAM

Molly Nilsson, un electro-pop propio

La artista de culto sueca sedujo al público del Moll de la Fusta a base de actitud y, sobre todo, canciones

Barcelona 24.09.2022. Barcelona. La cantante sueca Molly Nilsson actuando en el Moll de la Fusta dentro de la programación de las festes de la Mercè. Fotografía de Jordi Cotrina

Barcelona 24.09.2022. Barcelona. La cantante sueca Molly Nilsson actuando en el Moll de la Fusta dentro de la programación de las festes de la Mercè. Fotografía de Jordi Cotrina / Jordi Cotrina

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

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Las canciones de Molly Nilsson pueden sonar, a menudo, como maquetas de la clase de hit indiscutible que se cuela en cada esquina de nuestra vida. Esta artista electro-pop sueca pudo ser ubicua, pero ha preferido ir por libre, cantar con voz algo indolente (muy Nico) y ser fiel a sus impulsos de experimentación en baja fidelidad. Ha preferido ser feliz a esclavizarse a la máquina del súper pop. Y tampoco le ha ido tan mal si tenemos en cuenta que 'Extreme', su último disco, considerado por ‘The Guardian’ entre los mejores del año hasta la fecha, es ya el número diez. 

Desde su actuación de medianoche en el Moll de la Fusta, Nilsson es favorita de una aún más inmensa minoría: el público que no se sabía las canciones pareció disfrutarlas igual y algún emocionado espectador olvidó que Shazam no sirve para directos; si estás leyendo esto, querido amigo, buscabas la preciosa 'A slice of lemon'.

Aunque por la melancolía de los discos, se podía esperar cierta timidez, esta hermana espiritual sueca de John Maus sedujo, sobre todo, con canciones, pero también con su gran actitud escénica. Cantó alto y claro, bailó sin parar y agradeció a cada momento que el público se moviera a su ritmo. Además, se preocupó por contarnos un poco de qué iba cada canción, resolviendo así algunas dudas de fan, porque sus letras pueden ser crípticas. El mensaje antipatriarcado de 'Earth girls' y 'Absolute power', doblete de apertura del concierto, es transparente, pero ayer muchos aprendimos que 'Fearless like a child' es una balada sobre el aborto. "Me encantan los abortos", dijo. "Sobre todo si son gratuitos y legales", precisó. 

El público de la Mercè tuvo suerte, además, porque Nilsson nos visitaba con su disco más lúdico hasta la fecha, constante e inspirado salto entre subgéneros: hubo acordes de rock de yate y drum'n'bass en 'Obnoxiously talented'; rabia punk anticapitalista en 'They will pay' ("a nadie le gustan las facturas/ pero la gente normal ha de pagarlas igualmente") o épica dance en el himno triste-feliz 'Pompeii'. 

Dejó para el final la que ella considera su mejor canción, '1995', oda al Windows 95 y a viejos días ilusionantes, y la que muchos consideran realmente la mejor, 'I hope you die', que lejos de ser una canción vengativa es amor puro: "Espero que mueras a mi lado/ los dos en el mismo momento exacto".