Luto en la ópera

Fallece a los 63 años la soprano Ana María Sánchez

Dueña de una voz de timbre inolvidable, la cantante estaba retirada de los escenarios debido a un cáncer

Su carrera artística estuvo íntimamente ligada al Liceu de Barcelona

Ana María Sánchez

Ana María Sánchez

Pablo Meléndez-Haddad

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Se ha apagado una de las voces de soprano más bellas, importantes y particulares de la reciente historia de la lírica española, la de la alicantina Ana María Sánchez, quien falleció el sábado 17 de septiembre a los 63 años.

Con una carrera meteórica, le bastaron 15 años para coronarse en lo más alto a nivel internacional, hasta que su paulatino alejamiento de los escenarios le permitió dedicarse en cuerpo y alma a la enseñanza, tanto a nivel particular, como en el Conservatori Liceu, primero, y en el Musikene del País Vasco, en el Conservatorio de Alicante y en los cursos universitarios internacionales 'Música en Compostela', más tarde. Su trayectoria artística estuvo muy vinculada al Liceu barcelonés, donde estrenó diversas producciones, como ese controvertido ‘Ballo in maschera’ de Calixto Bieito en el que aparecían los lavabos del Congreso de los diputados.

Interpretaciones inolvidables

Su precioso timbre dejó huella en los aficionados, como con su inolvidable Liù en las funciones de ‘Turandot’ en la inauguración del nuevo Liceu, y su potente y convincente Norma, pero también en sus recitales en los que demostró su vocación por el ‘Lieder’. También fue una gran intérprete del repertorio español, tanto de canción como de zarzuela, aunque reinó sobre todo en la ópera, con Verdi y Puccini como estandartes, incorporando además roles de Wagner, Donizetti o Mozart. Tosca, Desdemona, Abigaille (con el que debutó en Mallorca), Leonora, Amelia, Chrysothemis o Adriana fueron algunas de sus cartas de presentación, siempre teniendo claro que el teatro musical tenía sus propias leyes.

“Por mucho que se estudie un papel, hasta que no se prueba en el escenario no se dimensiona en su totalidad”, decía. Crítica con la industria de la ópera, tenía claro que a causa de la hegemonía de los directores de escena por su físico nunca la llamarían para cantar papeles que, sin embargo, le calzaban perfectamente a nivel vocal, como Salome, Mimì o Madama Butterfly.

Pero si Ana María Sánchez fue una grande de la escena lírica española, su perfil humano le ganaba en dimensiones. Excelente colega, gran maestra de sus alumnos, amiga fiel de sus amigos, la soprano nacida en marzo de 1959 en Elda (cuyo conservatorio lleva su nombre, al igual que el concurso de canto que fundó en su ciudad natal) deja conmocionado al mundo de la lírica. Musicalmente se formó en Alicante y Madrid mientras estudiaba Filología Hispánica, interesándose en la lírica en su paso por el Orfeón del Centro Excursionista de Elda, para debutar en 1994 dejando su trabajo como profesora de francés para enamorar audiencias con su suntuosa voz.