Entrevista

Ildefonso Falcones: "Hacienda tiene como objetivo machacarte hasta que te corta el cuello y te saca la sangre"

El autor barcelonés relata la dura realidad del esclavismo y el racismo en su última novela, 'Esclava de la libertad'

Ildefonso Falcones presenta 'Esclava de la libertad', una novela histórica "humana y dura"

Ildefonso Falcones presenta 'Esclava de la libertad', una novela histórica "humana y dura". /

Judith Navarro

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Ildefonso Falcones (Barcelona 1959) saltó a la fama en 2006 con la publicación de su primera novela, 'La catedral del mar'. Cinco libros y dieciséis años después, publica su nueva obra, 'Esclava de la libertad', la historia de de dos mujeres negras que luchan por ser libres en épocas muy distintas: la Cuba esclavista colonial y la España del siglo XXI. Un proyecto literario creado en mitad de pasos por el quirófano y estancias hospitalarias. Ni el cáncer ha sido capaz de frenar a un escritor que ha encontrado en las palabras su mejor terapia.   

El título de su última novela es 'Esclava de la libertad', ¿Qué se esconde tras ese juego de palabras? 

Describe la realidad de la esclava. Ella está sometida, y no solo por su amo, sino por sus ansias de liberación. Espiritualmente, su cárcel mental es ese deseo constante de lograr la libertad, no propia sino para todos los suyos. 

Desde su posición de hombre blanco europeo, ¿Cómo consigue meterse en la piel de dos mujeres negras que viven sometidas y sufren discriminación por cuestiones raciales? 

Es muy complejo. El hecho de meterme en la piel de una mujer no me supone mucho problema, porqué ya he tenido otras muchas protagonistas femeninas. Pero asumir lo que sufrieron los esclavos es algo que vas asimilando durante el estudio de toda la literatura que hay al respecto. Cuando por las noches te metes en la cama, piensas en los horrores que realmente padecieron, aunque creo que ni yo ni ningún ciudadano moderno, por mucho que sea negro, somos capaces de imaginarnos en una situación tan salvaje.  

¿Ha recibido críticas por trabajar con estos personajes?

No leo los blogs de opinión ni los comentarios de la gente, pero supongo que sí recibiré críticas. Existe el eterno debate de la apropiación cultural, aunque por supuesto la esclavitud no es cultura, pero los hechos históricos son universales y para lograr la igualdad y acabar con el racismo todos debemos poder escribir de lo que sea.  

¿Por qué ha apostado por protagonistas femeninas? 

Ellas sufrían distintos tipos de violencia. Además del trabajo forzado, se las explotaba como si fueran ganadería, las obligaban a tener hijos porque criar a jóvenes esclavos terminó siendo más económico que comprarlos en edad adulta. Se premiaba a las mujeres que lograban que sus niños crecieran sin morir por el camino, y muchas madres abortaban o se suicidaban para no condenar a sus bebés a una vida de esclavitud. Quise narrar la crueldad que ellas padecían. 

¿Se han cerrado bien las heridas de la colonización y la esclavitud o todavía debemos trabajar en la reparación histórica? 

No, al contrario, cada vez se van abriendo más. Y no por parte de España, sino más bien por iniciativa de los pueblos hispano-americanos. En su día hubo barbaridades, es evidente, y hay que hablar de ello. El problema viene cuándo se trata el tema con intereses espurios, y se cargan todas las responsabilidades directamente sobre alguien habiendo pasado tantos años. Creo que no se afronta con la serenidad y el equilibrio que sería necesario.   

¿Qué opina entonces de que se continúe alabando a figuras como Colón y se sigan celebrando fiestas como el Día de la Hispanidad?

Son hechos históricos, no nos podemos deshacer de la historia. Colón descubrió todo un mundo, aunque para sus nativos ya existiera. Creo que deberíamos mirarlo todo sin tanto rencor y sin tanto interés político. Al Día de la Hispanidad se le podría cambiar el nombre y celebrarlo como el día de la unión de unos pueblos que llegaron a estar unidos y que quizás deberían tratar de seguir más unidos. Se podrían establecer relaciones para ver que se puede arreglar y asumir también que hay cosas que no se podrán reparar jamás.  

En 2019 usted declaraba que no sabía si su enfermedad le iba a permitir seguir escribiendo. Afortunadamente, tres años más tarde ha publicado esta novela. ¿Cómo se siente al ver que sí ha logrado dar continuidad a su proyecto literario? 

Muy satisfecho, he superado un reto personal importante. Durante el proceso de creación de esta novela he pasado por cuatro operaciones. Me han quitado medio hígado y tres pedazos de pulmón, pero he podido continuar con el libro. Tengo el gran privilegio de que mi trabajo es escribir y mi paso por el hospital y mis días de recuperación no me han impedido dedicarme a ello.  

¿Es la escritura una buena terapia? 

Para mí sí, sin duda. He pasado los peores días de mi vida, momentos en los que sangraba y me sentía como si me hubiera pasado un camión por encima, pero yo me levantaba y escribía durante un rato. Así tenía algo que hacer cada día, me sentía realizado haciendo eso. Al final he podido terminar mi novela e intentaré sacar otra.  

Tras haber atravesado un largo proceso judicial en el que ha acabado absuelto de los cargos que se le imputaban, ¿Qué opinión tiene usted del poder judicial? 

El problema es Hacienda, no los tribunales. La justicia es imparcial, los funcionarios son los que tienen como objetivo machacarte hasta que te cortan el cuello y te sacan la sangre. Suerte que existe la justicia, que es lo que yo he luchado por conseguir. 

¿Y en cuanto a justicia social?

Se me han echado rápidamente encima. Me han arrastrado por el fango a mí y a mi familia. Esto lleva así siete años y no está cerrado todavía, porqué yo llevo dos resoluciones judiciales favorables, pero Hacienda insistirá.  

A las dos historias que narra en 'Esclava de la libertad' las separan dos siglos, pero tienen en común la lucha contra una discriminación que aún sigue vigente. ¿Es optimista respecto al fin del racismo en el futuro?

Yo creo que sí, pero es difícil serlo cuando ves que en países donde durante mucho tiempo han convivido blancos y negros, por ejemplo Estados Unidos, la discriminación continua existiendo y con aún más intensidad. Aún así, pienso que el racismo irá desapareciendo, y confío en las nuevas generaciones, que están mucho más acostumbradas a la convivencia interracial y me parecen más abiertas a la aceptación. 

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