Una huella soberana en la cultura popular

De los Beatles a 'The Crown'; la reina Isabel II en 10 artefactos pop

DIRECTO | Última hora del funeral de estado de Isabel II y la proclamación del rey Carlos III

La monarca más longeva reinó en paralelo a la eclosión de los medios de comunicación audiovisuales y fue retratada en numerosas canciones, películas y series que bascularon entre la crítica despiadada y el homenaje amable

La reina Isabel II, escoltada por James Bond (Daniel Craig) en el sketch de la ceremonia de inauguración de los Juegos de Londres, en 2012

La reina Isabel II, escoltada por James Bond (Daniel Craig) en el sketch de la ceremonia de inauguración de los Juegos de Londres, en 2012 / EPC

Rafael Tapounet

Rafael Tapounet

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Convertida durante décadas en una esfinge ante cuya mirada inescrutable se desarrollaba la Historia, la reina Isabel II de Inglaterra ha tenido una presencia difícil de soslayar en la cultura popular de los últimos 70 años. Canciones, películas, novelas, series, programas de televisión, obras de teatro y hasta anuncios han echado mano de Su Majestad, componiendo un rico y variado cuadro que bascula entre la crítica despiadada y el retrato humanizador y que refleja con precisión el modo en que la figura de la soberana (y la monarquía en general) ha sido percibida por la sociedad británica en cada momento. Estas son algunas de sus apariciones más memorables.

‘Her Majesty’ (1969)

Tres años y 11 meses después de recibir de manos de la Isabel II sus medallas de miembros de la Orden del Imperio Británico, los Beatles cerraron el último elepé que grabaron, ‘Abbey Road’, con una jocosa canción de 26 segundos en la que Paul McCartney describía a Su Majestad como “una bonita chica” que “no tiene mucho que decir” y a la que estaba convencido de poder seducir sin mucho esfuerzo. “Algún día la voy a hacer mía”, cantaba con desenfadada chulería. En el año 2002, Macca participó en el concierto de celebración del Jubileo de Oro organizado en los jardines del Palacio de Buckingham y abrió su actuación con ‘Her Majesty’. “Tenía que hacerlo”, dijo. A la reina no pareció divertirle ni mucho ni poco.

‘God save the Queen’ (1977)

La bravuconada de McCartney se quedó en un guiño levemente desvergonzado frente al ultrajante escupitajo lanzado por los Sex Pistols, que utilizaron el título del himno nacional, nada menos, para hacer que la palabra ‘reina’ rimara con ‘régimen fascista’. Publicada en forma de sencillo pocos días antes del Jubileo de plata con una icónica portada que propició el ingreso de la efigie de Isabel II en el imaginario punk, la canción fue vetada por la BBC y aun así capitalizó el descontento del país hasta alcanzar el segundo puesto en la lista oficial de ventas (siempre se ha sospechado que las cifras fueron amañadas para impedir su ascenso al número uno). “No hay futuro en el sueño de Inglaterra”.

‘Spitting Image’ (1984)

El popular espacio de sátira política protagonizado por títeres acabó de dinamitar, en horario de máxima audiencia, el muro de inviolabilidad que rodeaba a la familia real británica. Isabel II hizo su aparición ya en la segunda entrega y no dejó de ser una presencia permanente a lo largo de las 18 temporadas que duró el programa en la cadena ITV, retratada siempre como una mujer ligeramente enajenada que se vestía con ropas que encontraba en la basura, lucía un parche de la Campaña por el Desarme Nuclear (CND) y alardeaba de no ir nunca al lavabo. Aún mayor impacto causó la caricatura de la Reina madre, una anciana que solo soltaba la botella de ginebra para consultar los resultados de las carreras de caballos. 

La reina Isabel, en 'Spitting Image'.

La reina Isabel, en 'Spitting Image'. / EPC

‘The Queen is dead’ (1986)

En los años 80, la monarquía, percibida como un aliado indispensable del thatcherismo en su cruda ofensiva contra el Estado del bienestar, se convirtió en un blanco preferente de los practicantes de la canción pop más politizada. Y nadie llegó tan lejos en sus diatribas como los Smiths, que en la pieza que dio título a su tercer (y mejor) elepé atacaron con virulencia las fascinación que los medios y el público sentían por la familia real y se recrearon en una fantasía algo morbosa en torno a la muerte de la Reina. “Su Gran Bajeza con la cabeza en un cabestrillo / lo siento de verdad, pero suena como algo maravilloso”, canta Morrisey. Johnny Marr ha dicho que es su letra favorita de la carrera del grupo.

‘Johnny English’ (2003)

Rowan Atkinson, que ya había tenido ocasión de alternar con la realeza en un episodio de ‘Mr Bean’ (quizá lo recuerden: tumba a la Reina Madre de un cabezazo), encarna aquí a un inepto agente del servicio secreto británico que desbarata sin querer los planes de un pérfido empresario francés decendiente de los Estuardo para apoderarse del trono de Inglaterra. El taimado conspirador consigue que Isabel II (interpretada por Prunella Scales, la coprotagonista de ‘Hotel Fawlty’) firme la abdicación, pero el agente English deshace el entuerto y le devuelve la corona a su anterior propietaria, no sin antes haber bajado los pantalones al Arzobispo de Canterbury y haber bailado una canción de Abba en ropa interior.

Rowan Atkinson, coronado en 'Johnny English'.

Rowan Atkinson, coronado en 'Johnny English'. / EPC

‘La reina’ (2006)

Isabel II quedó tan impresionada por la actuación de Helen Mirren que la invitó a cenar en el Palacio de Buckingham. No fue la única. La actriz londinense ganó aquel año todos los premios mayores de interpretación por su trabajo en la película de Stephen Frears, que mezcla realidad y ficción para tratar de describir cómo gestionó en privado la reina la oleada de conmoción y malestar que sacudió a la sociedad inglesa tras la muerte de Diana de Gales. El hábil guion lleva la firma de Peter Morgan, que una década después daría continuidad a aquella primera incursión en territorio real con la creación de una ambiciosa serie llamada ‘The Crown’. Al final, Mirren no fue a cenar a Buckingham alegando problemas de agenda. 

‘Una lectora nada común’ (2007)

Tal vez resulte algo forzado encajar esta deliciosa novela del dramaturgo y guionista Alan Bennett en la categoría de artefactos pop, pero hay en ella una línea de diálogo -cuando la reina Isabel dice: “Creo que me estoy convirtiendo en un ser humano”- que la vincula de alguna manera con el ‘God save the Queen’ de los Pistols. La conversión de la soberana en ser humano obedece aquí a una repentina e intensa pasión por la lectura: después de topar por azar con una biblioteca móvil del ayuntamiento, la reina se entrega a un maratón libresco del que sale convertida en una persona nueva para consternación de unos cortesanos que ven en la afición por la letra impresa un síntoma claro del alzhéimer.

Alan Bennett.

Alan Bennett. / EPC

Inauguración de los JJOO (2012)

Después de décadas de resistirse a abrazar la ironía o la frivolidad en cualquiera de sus manifestaciones, Isabel II asumió plenamente su condición de icono pop al aceptar la invitación del director Danny Boyle para participar en un simpático gag en el que aparecía dirigiéndose al Estadio de Londres escoltada por el mismísimo James Bond (Daniel Craig). Ambos cubrieron el trayecto desde el palacio en helicóptero, se lanzaron en paracaídas (hay razones para creer que no era la verdadera Isabel II la que protagonizó ese salto) e hicieron finalmente su entrada en el recinto olímpico mientras por la megafonía atronaba el popular tema musical de 007. Una vez más, al servicio de Su Majestad.

‘The Crown’ (2016)

Pese a los esfuerzos del Gobierno británico para dejar constancia de que esta popular producción de Netflix es una serie “de ficción” y no un docudrama, ‘The Crown’ quedará probablemente como la más empática y la más popular reconstrucción de los años de reinado de Isabel II en formato audiovisual. Claire Foy y Olivia Colman se han repartido con exquisita solvencia el papel de la reina en las primeras cuatro temporadas. Imelda Staunton lo retomará en una quinta que ya está rodada y que previsiblemente se estrenará en noviembre. Lo que pueda ocurrir con la sexta temporada después de la muerte de su protagonista real pertenece ahora mismo al terreno de la especulación

Una imagen promocional de 'The Crown', con Olivia Colman en primer término.

Una imagen promocional de 'The Crown', con Olivia Colman en primer término. / Netflix

Té con el oso Paddington (2022)

La última interpretación de Isabel II frente a una cámara (dejando al margen su encuentro protocolario con la primera ministra Liz Truss, que también es una forma de interpretación) tuvo lugar con ocasión de los actos de celebración del Jubileo de platino, cuando se avino a protagonizar un sketch en el que el osito Paddington (un inmigrante peruano convertido en símbolo de Londres) acudía al Palacio de Buckingham para tomar en té con la reina. Gracias a ese vídeo supimos que Su Majestad guardaba siempre un sándwich de mermelada en el bolso para picar entre horas. Y que, pese al envaramiento que solía presidir sus discursos navideños, era, en el fondo, una consumada actriz de comedia.

Suscríbete para seguir leyendo