Estreno de cine

Crítica de 'Buena suerte, Leo Grande': un sensual paso a dos

Fotograma de la película ' Buena suerte, Leo Grande'.

Fotograma de la película ' Buena suerte, Leo Grande'.

Nando Salvà

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La tercera película de la australiana Sophie Hyde transcurre casi en su totalidad en el interior de una habitación de hotel, y se compone de una serie de conversaciones entre una viuda decidida a experimentar toda la actividad sexual que su tedioso matrimonio nunca le proporcionó y el trabajador sexual al que ha contratado para que la ayude en su misión. A lo largo de cuatro encuentros sucesivos, los dos personajes charlan para intercambiar opiniones y, poco a poco, ir derribando las barreras que a ella le impiden sentirse lo suficientemente cómoda como para tener agallas de hacer lo que cree haber venido a hacer.

En el proceso, Hyde maneja ese material narrativo con humor y agilidad, y entretanto deja que los diálogos generen una atmósfera de sutil sensualidad. Los intercambios verbales solo pierden interés en cuanto la pareja se enfrasca en un debate, innecesario y colmado de didacticismo, sobre el trabajo sexual y la falta de aceptación social que aqueja. Pero incluso en ese momento la película funciona como escaparate de las magníficas interpretaciones de sus dos actores protagonistas y en especial de la de Emma Thompson, apabullante por su variedad de registros y su franqueza. Por lo que respecta al desnudo que la británica protagoniza en un momento de la película, ha sido generalmente calificado como “un acto de valentía”, y sin duda esas palabras son un indicativo de las expectativas que las mujeres siguen viéndose obligadas a cumplir.

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