Hito desengañado del ‘indie’

La anticanción del verano (8): ‘La playa’, de Los Planetas

Llegan las vacaciones y ella marcha a la playa sin darle explicaciones, dejando al protagonista de la canción montándose películas en la cabeza y carcomiéndose por los celos. El fin de la inocencia por Jota, cantante y compositor del grupo granadino

Los planetas

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Jordi Bianciotto

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Si un ‘Girls & boys’ (Blur), un ‘Alright’ (Supergrass) o incluso un ‘Viaje a los sueños polares’ (Family) podrían haber ejercido, en los años 90, de canciones del verano ‘indie’, su reverso bien lo puede representar este tema de Los Planetas, el diario íntimo de un tipo torturado por los celos y angustiado ante el descubrimiento de que, en la vida, al final, "nunca pasa nada / nada es como esperaba". Canción de fin de la inocencia y de despertar a la realidad, que a su vez es un símbolo del Everest que escaló entonces el grupo granadino: su tercer álbum, ‘Una semana en el motor de un autobús’ (1998).

En aquel tiempo, Los Planetas estaban hechos trizas, vapuleados por sus crisis internas, sus debates morales (ser ‘indies’ y haber fichado por la ‘multi’ RCA) y, peor todavía, sus adicciones peligrosas (en particular, de Florent, el guitarrista). Pero mientras todo se tambaleaba, Jota iba escribiendo canciones, y ‘La playa’ (bautizada al principio como ‘Verano’) dio en el clavo transmitiendo confusión y vulnerabilidad detrás del apabullante muro de guitarras.

Soledad y desconcierto

En la letra, el protagonista mira hacia atrás y recuerda el verano en que ella marchó a la playa sin dar explicaciones, dejándolo solo en casa. “Sin saber lo que pasaba / Y no me llamaste ni una sola vez”, canta con su entonación arrastrada, de tensión contenida. A partir de ahí, barrunta qué estará haciendo ella, y con quién, y no puede evitar que le angustien los comentarios de los amigos, especulaciones sobre con quién estará compartiendo las horas. Mortificado, lo deja todo y se traslada hasta la playa, “para ver lo que pasaba”. Se imagina enfurecido nada más verla, pero luego todo cobra otro rumbo: ella le confiesa que lo ha echado de menos y lamenta no haberse podido despedir. “Nada es como esperaba”, concluye, si bien el recuerdo de su angustia pervive pasado el tiempo con un poso de amargura. “Un verano que fue una pesadilla / Si me acuerdo, me duele todavía / Me duele todavía”.

Jota andaba entonces leyendo ‘El bello verano’, de Cesare Pavese, novela en la que flota esa idea de superación de la adolescencia que imprime en el tema, cuyo personaje se siente impotente ante una situación que se escapa de su control. Sintiendo que la canción requería de una consistencia sonora redoblada, Jota introdujo nuevos músicos en el estudio, y ‘Una semana en el motor de un autobús’ dibuja el tránsito de Los Planetas del pop al rock, de los estribillos bonitos a las historias que duelen más allá del tiempo.

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