Entrevista

Carolina Bello, escritora uruguaya: “Si se fragmenta el exterior, se fragmenta tu interior”

Carolina Bello publicó ’El resto del mundo rima’ en 2021.

Carolina Bello publicó ’El resto del mundo rima’ en 2021. / EPE

Juan Cruz

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Tiene 39 años, es uruguaya de ascendientes isleños, de Tenerife, y ha escrito un libro, 'El resto del mundo rima', un puñetazo en la mesa de la literatura, como si una reencarnación de Onetti, por ejemplo, la hubiera puesto en el camino de las metáforas que dentro llevan realidad o sangre. La trama la explica muy bien la editorial en su página de créditos: “Un hecho fortuito coloca a Andrés Lavriaga, un prófugo que acaba de robar una sucursal de préstamos, y a Julia Bazin, una bióloga que ha llegado a un punto ciego de su vida, en el mismo escenario y con el mismo rótulo: son los únicos supervivientes de un triple accidente de tránsito en la ruta”. Pero todo lo que se escribe, o lo que suena, o lo que rima, como dice el título, que viene de un libro del cineasta alemán Werner Herzog, es literatura y, no, por supuesto, una novela con sucesos.

Esta mujer que la ha escrito es 

Carolina Bello, ha publicado ya 'Escrito en la ventanilla, Saturnino, Urquiza' (premio Gutenberg de Literatura Europea en 2016), Oktubre Un monstruo con la voz rota... Este 'El resto del mundo rima' ha sido seleccionado por Random House para su colección de Mapa de las Lenguas, para escritores hispanoamericanos de 21 países que dan el salto al territorio global del español. He aquí algunas preguntas, y respuestas, de lo que el periodista habló con la autora.

P. ¿Qué consecuencia tiene en su literatura la vecindad de las literaturas latinoamericanas?

R. En mi infancia la literatura llegaba sin nacionalidad, porque no era lo primero que importaba en la mente de aquella niña. Pasaban los relatos de Julio Cortázar, los poemas de Pablo Neruda o de Octavio Paz mientras me esmeraba por encontrar referencias literarias en la música que por entonces escuchaba. Para mi libro 'Oktubre' fue contundente la influencia de la literatura y de la cultura popular argentina. Ese libro no podría haber existido sin todo el bagaje adquirido desde Argentina. Cada uno de los libros que tengo leídos, se transforman en deltas de todos mis libros. También los incluyo a modo de homenaje explícito, pero no como mera referencia, sino como parte de la construcción narrativa, como sucede en El resto del mundo rima con la obra de los argentinos Roberto Arlt, Rodolfo Walsh o Sergio Bizzio, todos autores que han sabido crear mundo, recordándonos el arte de la reinvención. La literatura es un futuro donde el tiempo se ha enunciado siempre antes que nosotros.

P. ¿Qué sensación le produce que se trate ahora con tanto respeto la literatura latinoamericana en España?

R. La literatura latinoamericana siempre ha merecido respeto para el resto del mundo, pero le ha costado más encontrar regularidades que escapen a los denominados boom. Desde dónde se lee la literatura latinoamericana es un concepto a atender y cómo se decodifica: ¿desde el concepto hispanoamericano? ¿O considerando la heterogeneidad del continente? Escribir en español es una declaración de intenciones y ni hablar de hacerlo con las variedades lingüísticas que responden a las lógicas de las geografías donde transcurren las historias. Muchos libros que llegan a leerse en otros países optan por un lenguaje neutro, como si acaso las marcas del decir de personajes que se mueven en un contexto determinado, fueran una barrera para el entendimiento. Actualmente noto una apertura para que se lea literatura de las distintas regiones del continente y una curiosidad por entender o saber qué está pasando de este lado, más allá de los grandes exponentes. Desde España hay una revalorización y unas ganas de entender cierto presente a partir de un después: ese después que comienza en la colonia y que, desde entonces, no ha parado de ser materia prima literaria de este lado del océano. Para escritoras y escritores uruguayos es aún más inédito que nuestra literatura se lea en otros países. Para nosotros es muy común tener asignaturas en el liceo o en la facultad que sean 'literatura española, italiana, francesa', pero no conozco casos extendidos donde en el mundo se aborde exclusivamente la literatura uruguaya. Por eso es muy importante que escritoras y escritores latinoamericanos estemos siendo leídos cada vez con más atención en otras partes del mundo. No creo que se deba a nuestras nacionalidades, sino al valor literario de las obras que se están escribiendo.

Yo escribo porque quiero explicarme a mí misma. Porque ordenarme y tener una perspectiva para encontrarle sentido a las cosas que me hicieron ser

P. En El resto del mundo rima hay la sensación de que usted participa de la incredulidad ante lo que está pasando en el propio libro.

R. Yo escribo porque quiero explicarme a mí misma. Porque tengo miedo y quiero ordenarme y tener una perspectiva para encontrarle sentido a las cosas que me hicieron ser. Por eso hay que mirar la realidad con cierta perplejidad. La realidad es tan asombrosa en sí misma que hay que mirarla con un poco de perplejidad.

P. El accidente que cuenta está visto desde todos los lados de un desastre…

R. En la Facultad estudié mucho la versión estereoscópica, que es observar un mismo hecho desde muchas perspectivas, y yo nunca me pude desprender de ese concepto. Eso lo hace Tomás Eloy Martínez en Santa Evita. Pues yo, como él, pienso que sumar visiones es enriquecer el relato. Por eso lo hago. El lenguaje me imponía, además, el desafío de seguir el estilo de la función poética al servicio de ver lo ordinario. Eso tuve que trabajarlo mucho. El otro desafío era la verosimilitud de la oralidad de los personajes. Me interesaba mucho que el lenguaje fuera transparente. Me interesaba ubicar bien al narrador: ¿desde dónde está hablando? Yo quería hacer una novela que además de contar algo contribuyera a la discusión de cómo se escribe una novela.

P. ¿Por qué un accidente?

R. Ese accidente de tránsito ocurrió en Uruguay en una ruta que me daba miedo en la infancia porque ahí siempre ocurrían accidentes. Este fue muy sonado. Murieron muchas personas, entre ellas una familia entera: matrimonio e hijos. Y me marcó. Pasó también que me marcó una película asiática, 'Mr. Six', con una escena final tremenda en un lago congelado y quise que Julia la contara como si fuera un sueño. Eso iba a ser el primer capítulo, por cierto. Pero luego me acordé del accidente y dije: mejor empezar por ahí… Yo quería que fuese una novela de encierro. Los hospitales me dan pavor y, cuando yo ya había comenzado a escribir, internaron a mi padre y eso me dio la posibilidad de convertir aquella vivencia mía, cuidando a mí padre durante dos meses, en escritura.

Me gusta homenajear. La literatura existe porque existe la literatura. Por eso hay otras voces que se cuelan en mi escritura

P. Hay dos visitantes importantes en el libro: la música y la literatura ajena.

R. Me gusta homenajear. La literatura existe porque existe la literatura. Por eso hay otras voces que se cuelan en mi escritura. Entonces, si hoy cuentas una historia tienes que saber qué es la intertextualidad. También me interesaba que mi libro fuera sonoro, sí. Quería que vos pudieras, a través del código escrito, escuchar cosas. No sé si lo he logrado, pero por lo menos lo intenté.

P. El libro es sobre el dolor y la soledad de las personas.

R. Sí. Todos los personajes son gente muy sola y me interesaba eso porque, como cantan los Héroes del Silencio, es posible que el frío venga con la edad. Esta es una novela que he escrito en la puerta de los 40, cuando uno empieza a tomar conciencia de que se nace solo y se irá solo. Julia, por ejemplo, tiene derecho a sufrir, aunque no le haya pasado algo muy grave. Julia sufre por la soledad, por construir un mundo y por ser otra persona. Es un personaje que no encaja, pero ¿por qué hay que encajar? ¿Quién dijo que siempre hay que encajar? Eso también me interesaba contarlo. El accidente ocurre en una época en que se fragmenta todo en Uruguay y, como te decía, el espacio donde crece alguien determina sus acciones, y si se fragmenta el exterior, se fragmenta tu interior.

EPE

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Carolina Bello

Random House

224 páginas | 17 euros