Crítica de música

Tony Hadley, el marchamo de Spandau Ballet en Porta Ferrada

El cantante británico lució su distinguido porte vocal en un recital asentado en los clásicos que el grupo registró en los años 80 y que abrió la Fundación Tony Manero en su gira de despedida

tony hadley

tony hadley / XAVIER CASALS SOLÉ

Jordi Bianciotto

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Justo cuando parecían ser de nuevo una familia bien avenida (vean el documental de expiación y reconciliación 'Soul boys of the western boys', 2014), zas, las malas vibraciones volvieron a Spandau Ballet. Parece que en el campamento base no se aclaran acerca de su futuro, y mientras, su cantante histórico, Tony Hadley, opera por su cuenta, recordándonos con cada concierto que la suya es la voz auténtica y genuina del grupo británico. 

Y así es, porque había que verlo, este jueves en Porta Ferrada, dominando ese repertorio mayormente heredado del grupo (13 de las 19 canciones), material asociado para siempre a su timbre vocal. Hadley imprimió en su día un distinguido registro de 'crooner' a temas que se movían en las tendencias del momento, los años 80, del synth-pop a un funk de trazo fino, y en el Guíxols Arena sus propiedades lucieron intactas. Señorearon en una noche que abrió la Fundación Tony Manero, en su gira de despedida (que les llevará el 28 de octubre a Apolo), sacudiendo el recinto con un hermoso aquelarre funk-soul (tres metales en bandolera) a cuenta de números como 'Looking for la fiesta', 'Supersexy girl' y el expeditivo 'Se acabó lo que se daba'. 

Con elegancia y color

Tony Hadley nos introdujo luego en su mundo de sonoridad más acolchada, abriendo con temas de la primera era de Spandau, caso de 'Intermission', 'Highly strung' y 'To cut a long story short'. Le podemos achacar un excesivo empaque de banda pop-rock en temas que, como este último, en su versión original se asentaban en los sintetizadores. Pero Hadley no desea mirar tanto a las esencias del synth-pop como a la noción de banda elegante y frondosa, de amplia alineación, a la que dio color esa percusionista-corista de raíces españolas llamada Lily González. 

Formato apto para presentar las canciones que ha ido lanzando en los últimos tiempos, como 'Obviuos' y 'Because of you', escoradas hacia un pop adulto iluminado por la bola de espejos, que se entendieron con clásicos como 'Only when you leave' o el favorito de Hadley, según dijo, 'Through the barricades', de enfático 'crescendo'. Más innecesario fue ese 'Radio gaga', de Queen, en honor a su amigo Freddie. Reservando para el final los grandes trofeos, 'True' y 'Gold', que Hadley bordó, quedó suspendida en el aire la pregunta: ¿y no sería buena idea volver a hacer las paces con Gary Kemp (autor de todos esos 'hits'), que Spandau Ballet luzca de nuevo cual familia feliz y que el público pueda disfrutar del grupo al completo y no por partes?

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