Meryem El Mehdati, autora de 'Supersaurio': "Crecer no es malo, lo malo es crecer cobrando 600 euros"

El turismo y la precarización laboral hacen rabiar a la protagonista del primer libro de la escritora

Meryem El Mehdati con su libro 'Supersaurio'

Meryem El Mehdati con su libro 'Supersaurio' / La Provincia

Carla Rivero

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Meryem El Mehdati se autodefine como paseadora profesional. Adelanta que no ha trabajado en ningún supermercado, aunque su nombre sea el utilizado para la protagonista de ‘Supersaurio’. Su primera novela, de la mano de Blackie Books, la sitúa en un escenario hostil donde la precariedad juvenil, la explotación turística y el cansancio crónico son motivo de una risa sorda que incomoda y divierte en un mundo caótico. Con esta premisa, sale del mundo del 'fanfiction' y trastoca los márgenes literarios con una promesa que atasca e identifica a una generación que está por explotar. 

Su primer libro, ¿es una autobiografía ficcional o la biografía de una generación?

Crecí aquí y nunca vi a nadie como yo en ninguna parte. Tenía mujeres referentes, sí, pero no me sentía identificada. Tampoco he visto sobre la vida en Canarias más allá del sol, la playa, el ritmo al que supuestamente vamos y nada referente a la parte que está machacada por el turismo. Ahí pensé, ¿por qué no hago que el personaje tenga algunos rasgos míos, como mi nombre, y, a partir de ahí, construir un relato con el que la gente se sienta identificada? Nuestra generación está quemadísima y harta. A veces oyes a alguien un poco más mayor decir que no queremos trabajar y lo que pasa es que llevo desde los 17 años y la mitad de mi vida laboral no cuenta ya que era en b y la otra tampoco puesto que eran prácticas no remuneradas. Intenta salir de ahí con una idea parecida a «me apasiona mi profesión». Es decir, somos nuestro trabajo, y estás ahí o al paro, pero no hay intermedio; y si decides agotar la prestación para ver qué hacer con tu vida, te preguntarán, ¿qué hiciste durante esos dos años? Pero, ¿por qué tengo que seguir ese ritmo tan loco donde solo produces? 

Por tanto, ¿'Supersaurio' es la metáfora de la violencia sistematizada?

'Supersaurio' es el sistema. Intenté reflejarlo a través de un supermercado, que es un sitio que refleja cómo es el capitalismo: una persona o grupo se hacen de oro usando trabajadores a los que pagan una auténtica miseria y que se llevan desaires y desplantes, ¿ves cómo se tratan a las cajeras o reponedores? Están fregando y la gente pasa por encima de lo fregado, que tal vez son unas natillas que alguien agujereó y tiró al suelo.

La protagonista bucea entre la rabia, el odio y el cansancio. ¿No quiso darle una tregua? 

 Quise que empezara cabreada y explicando los motivos a medida que avanza el libro. Fue algo extremo. En definitiva, una hipérbole donde está aislada debido a que es de Puerto Rico, es la más joven de la plantilla y es una mujer millennial. Es más, ella misma es consciente de que no puede decir lo que piensa y ha interiorizado que no puede luchar. Además, tengo la sensación de que se espera que la literatura hecha por mujeres sea, al menos, agradable, y haya un final feliz por narices. No, la vida es maravillosa porque aprendes que todo pasa. Preferiría no sobrevivir en el trabajo luchando y fingiendo, pero pasa. Así que va a la avenida marítima, el cielo es naranja y brillante, lila, y piensas, soy esto, me gusta. 

"Solo puedes resistir y aguantar hasta que un día pillas una baja por depresión"

¿Por qué no transforma la rabia en resistencia?

Se siente sola. Está cansada y ¡tiene el poder de una nómina! Mientras que con una de 1.500 euros limpios, el casero te dice que eso no es suficiente para un piso de 600 euros, con un contrato indefinido vas al banco y tienes hipoteca. Por eso, cuando alguien te dice que, si estás tan quemado, lo dejes y busques otra cosa, te paras a pensar «¿de qué vivo?». Solo puedes resistir y aguantar, aguantar y aguantar, hasta que un día pillas una baja por depresión. Al mismo tiempo, no quiere preocupar a nadie. Es un poco este sistema en el que estamos: todo va bien. No importa lo roto que estés. ¿Estás triste? Mira vídeos de perritos. Aunque ahora hablemos más de la ansiedad y la depresión, la gente te dice que vayas a terapia y fin de la conversación. La pregunta es, ¿por qué te está machacando tanto el sistema? El ritmo de nuestra vida es inasumible. Llegas a casa y lo único que quieres es tirarte al sofá, y dices «¡no aproveché el único tiempo libre que tengo!». 

Entonces, busca estar feliz, más que ser, como escribe.

Nos ha enseñado que la felicidad es algo que hay que conseguir sea como sea, pero, hay que intentar encontrar cosas positivas para que te anclen. Hay que ser muy disciplinado para ver lo bueno dentro de lo malo… Soy consciente de que es muy Mr. Wonderful. Al principio, consideré un final feliz donde ella abandona y se dedica a sus trabajos de traducción, ¡y seguiría estando mal, qué ganas ahí! Al final, se refugia en que gana un buen dinero y le compensa.  

Aparte de la precarización, la novela atraviesa la explotación turística y el machismo. ¿Es una denuncia social?

Tengo una relación muy tóxica con el turismo. Sé que lo necesitamos, sin embargo, no es sostenible. Al coger la 91 al sur ves el paisaje lleno de hoteles y en Puerto Rico es terrorífico. No hay centro de salud, pero sí dos McDonald’s, vives en un bungalow o fuera, el Mogan Mall es el tercer centro comercial construido y es a donde van los turistas por haber marcas reconocidas. ¿Hasta cuándo vamos a justificar todas las decisiones del Archipiélago por el turismo y no por nosotros? Somos los que vivimos aquí. En cuanto al machismo, se dan situaciones que todas hemos vivido en la calle, en la cola de un supermercado, en cualquier sitio, y estoy harta de que sea normal. 

"Soy pequeña Meryem, de pequeño Puerto Rico, en su pequeña habitación escribiendo Edward-Bella"

De ahí necesita el humor.

Si no te ríes, ¿qué haces? Me río de los peores momentos que he vivido cuando otras personas han sido racistas conmigo al decir que no parezco musulmana. La única forma de digerir algunas cosas es o bien llevando esa rabia contigo dentro o riéndote sabiendo que no es el final. 

Solo utiliza la palabra musulmana una vez en el texto. 

Las únicas veces que he visto en lo audiovisual a una mujer musulmana representada ha sido como sumisa, callada y con pañuelo o que ha roto con toda su comunidad y es libre. No niego que esas dos realidades existan, pero también he querido reflejar que hay una amplísima gama de chicas de mi edad que viven su espiritualidad a la vez que están en Tinder y ayunan en Ramadán. 

Es la apuesta de Blackie Books y en la biografía pone que solo ha escrito 'fanfiction'. ¿Pasó de moda infantilizar los gustos adolescentes? 

Cuando Robert Pattinson, en 'Crepúsculo', lo dejó con Kristen, para mí fue un drama total y escribí 'fanfiction'. En aquel tiempo, se reían de nosotras y ahora es un actor buenísimo que encarna a Batman. ¿El cambio está en que le gusta a los tíos? Se tiende a ridiculizar todo lo que les gusta a las adolescentes, como el fanzine, TikTok, One Direction, y ahora están metidos haciendo dinero. Empecé a escribir 'fanfiction' con 13 años, hice grandes amistades en Internet y cuando terminé la carrera me hice Twitter y se me ocurrió ser graciosa. Me habló Jorge de Cascante y me propuso escribir un libro... En mi cabeza, soy pequeña Meryem, de pequeño Puerto Rico, en su pequeña habitación escribiendo Edward-Bella. Mi historial con Jorge tiene una pregunta que se repite: ¿esto es de verdad? Ahora tengo 30 años y pienso que crecer no es malo, lo malo es crecer cobrando 600 euros. 

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