Rosalía: la liberación de 17.000 'despechá's' (e Ibai)

El concierto de Rosalía puede empezar en cualquier momento. Los focos se encienden de sopetón, pero solo un instante. Falsa alarma. Quien no está haciendo cola para comprar una cerveza (o quizá pidiendo uno de estos microcréditos rápidos para pagarla) tiene la mirada permanentemente puesta en el escenario, pues pasa, por poco, la hora en la que debía empezar el concierto. Pero uno empieza a mirar a la grada. Otro le sigue, y así otro, otro y otro. Y en un momento 17.000 personas se fijan en un chaval que acaba de llegar a la tribuna del Palau Sant Jordi.

Es Ibai Llanos, el 'streamer' vasco que en su casa tiene de todo menos, justamente, un Palau Sant Jordi en el que hacer macroconciertos. Un personaje tan popular que acapara miradas de 'motomamis' (muchísimo público femenino ayer), a pesar de que la diva catalana está a punto de pisar "un lloc sagrat", como se refirió anoche Rosalía al escenario. Cuando la cosa se puso seria y oscura, Ibai se liberó de curiosos en favor de la catalana.

Concierto de Rosalía en el Palau Sant Jordi

Barcelona diviniza a la Rosalía en su concierto en el Sant Jordi

Pero, vayamos al tema. La gente había venido a ver a la cantante de Sant Esteve Ses Rovires en la que es ya la séptima parada de su 'tour'. Y también a escuchar en vivo 'Despechá', canción no publicada aún y presentada en vivo en la gira actual. De ella se conoce poco más de un minuto, pero ya corre como la pólvora por internet. Del concierto de Almería, donde empezó a carburar el directo del último y genial disco de la artista, 'Motomami', al primer de Barcelona han pasado 17 días. Más que suficientes en estos tiempos de la viralidad máxima en la red que encarna TikTok como para que una canción sea, en esta época del año, considerada ya como canción del verano. Pero, repetimos, sin haber salido.

A juzgar por lo que se vio anoche, 'Despechá' -parece que este será su título después de que también entrara en la terna 'De lao a lao'-, una canción aires de bachata, tiene números de ser una candidatura potente. Detrás tiene, al menos, 17.000 'despechá's' para empujar el tema. Una liberación para todas ellas fue vivirla en directo después de repetir y repetir en sus móviles la canción mirando alguna actuación de Rosalía o el propio adelanto que publicó la cantante en sus redes. Los primeros grandes bailoteos de la noche ocurrieron entonces.

La devoción por 'Despechá' convirtió ese poco más de un minuto en uno de los momentos destacados del concierto, de casi dos horas. El desengaño amoroso es un sentimiento tan potente -y tan compartido- que hacerlo bailable lo hace universal. Mucha de la música de Bad Bunny, por ejemplo, se nutre de eso.

Y, por eso, el subidón del público con 'Despechá', colocada con delicadeza en un momento para la fiesta (llega a sonar 'Gasolina'), estaba anunciado. Se prolongó, además, sobre el escenario con una decena larga de variopintos asistentes invitados a desmelenarse en la tarima. La más veterana fue una mujer, que seguro que debe ser la abuela de alguien, que se movió por la pista improvisada al ritmo del estribillo pegadizo: "Y ando despechá, oah, alocá". De locos, como diría Ibai, es que una canción sea un éxito antes de que salga publicada. Otros tiempos: tiempos de Rosalía (y TikTok).

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