Mahler ilustrado con tecnología digital

Festivales de verano tan prestigiosos como el de la Ópera de Múnich llenan el mes de julio la capital bávara con lo mejor de la programación ofrecida durante la temporada por la Bayerische Staatsoper. Guardando las distancias -allí se cuenta con una veintena de títulos y con intérpretes de lujo-, es magnífico que el Grec programe 'Das Lied von der Erde' ('La canción de la Tierra', 1908) de Gustav Mahler interpretada por la Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC). Siendo esta obra la protagonista de uno de los conciertos destacados del curso que acaba de concluir, sería ideal que este criterio -el de coproducir cada verano un espectáculo innovador entre el Grec y la OBC- se mantuviera en las próximas convocatorias.

Ofrecida en octubre pasado en la temporada de abono de la orquesta, esta obra maestra del repertorio mahleriano, tan compleja como monumental, revivirá esta noche en el auditorio de Montjuïc no solamente en todo su esplendor musical, ya que contará con el apoyo de una de las artistas visuales más aventajadas de su generación, Alba G. Corral, presentada también como "desarrolladora de código". Uno de sus trabajos más recientes para el teatro musical pudo disfrutarse en el Palau de la Música Catalana en su propuesta escénica de la ópera 'Mariana en sombras' de Alberto García Demestres.

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Ilustrar con proyecciones digitales 'La canción de la Tierra' puede resultar redundante o incluso abrumador para los melómanos más puristas, pero sin duda es un buen recurso para un festival de verano y para quienes no tengan mucha experiencia sinfónica, ya que se trata de una obra de algo más de una hora de duración tan intensa como exigente también para el oyente -se canta en alemán-, cuyo sexto y último movimiento -'Der Abschied' ('La despedida')- es un lamento de casi 30 minutos.

Versión para tenor y soprano

Bajo la batuta de Matthias Pintscher, quien dirigió la obra en el Auditori con bastante éxito, este Mahler sublime revivirá esta noche con dos nuevos solistas vocales, optándose en este caso por la versión para tenor y mezzosoprano y no por la que se escuchó en su momento, para tenor y barítono. El detalle de las voces no es baladí: esta gran sinfonía dramática es algo así como un inmenso ciclo de 'Lieder' orquestales que cantan a la naturaleza, a la vida y a la muerte a través de un aparato orquestal grandioso, que sobrepasa los ochenta profesores en un diálogo constante entre cantantes e instrumentistas. Los poemas a los que Mahler pone música se basan en 'La flauta china' de Hans Bethge y proponen algo así como un camino por la vida, sin llegar a ser tan explícito, pero en sus seis movimientos el poemario parece acercarse a las diferentes etapas vitales de una persona, desde que se nace hasta el último adiós.

Y si en su temporada la OBC contó con las voces del tenor suizo Michael Schade y del barítono murciano José Antonio López, esta vez el conjunto catalán ha apostado por el tenor australiano Stuart Skelton y por la mezzosoprano británica Jennifer Johnston, ambos acreditados intérpretes del compositor bohemio.

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