Festival de verano de Barcelona

Ben Duke juega a ser Dios en el Mercat con 'Paradise lost'

El premiado coreógrafo británico recrea la gran obra de John Milton 'El paraíso perdido' en un solo donde interpreta a todos los personajes en una fiesta interpretativa con danza y teatro

GREC

GREC / Danilo Moreno

Marta Cervera

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Jugar a ser Dios, eso es algo que tentó al coreógrafo británico Ben Duke a la hora de se transformar 'El paraíso perdido' de John Milton, un clásico de la literatura de 1667, en el solo que interpreta con danza y teatro en 'Paradise lost (Lies unopened beside me)'. Setenta y cinco minutos de espectáculo le bastan para condensar estar enorme obra con una versión muy libre y singular. La estrenó con éxito en 2015 y llega muy rodada a la sala Pina Bausch del Mercat de les Flors, donde recalará hasta el miércoles.

Duke, que en 2004 fundó con Raquel Meseguer la compañía Lost Dog, mezcla aspectos de su vida privada y del poema épico de Milton sobre el bien y el mal. Esa misma obra también inspira otra ambiciosa adaptación, 'Paraíso perdido', que el director Andrés Lima estrenará en el Teatre Grec el próximo día 26.

Humor

El humor sobrevuela el espectáculo de Duke, donde el coreógrafo británico ofrece una mirada más humana de Dios, un ser que, como nosotros, también comete errores. 'Paradise Lost (Lies unopened beside me)' arranca hablando de la rebelión de Lucifer y acaba con la expulsión de Adán y Eva del Paraíso. Más allá de Dios, el intérprete encarna a todos los personajes: al Demonio, a Adán y Eva y a la Serpiente, también a los Ángeles. Se trata de una obra muy personal y libre que deconstruye el texto de Milton para acercarlo al público de hoy. Este solo le ha valido importantes nominaciones a Duke, que ganó con él en Gran Bretaña el Premio de la Crítica como Mejor interpretación masculina de danza (2016).

Si algo resalta en esta propuesta es la economía de medios con la que trabaja. Duke sale a escena con traje y zapatillas de deporte, el libro de Milton y una silla. Poco más necesita para transformarse en diferentes personajes que sitúa tanto en el Paraíso como en un pub. El artista que ha trabajado con destacadas compañías como Rambert, Probe, Hofesh Shechter y The Gate Theatre, traslada grandes conceptos e ideas a un espacio terrenal con un lenguaje coloquial y con imágenes llenas de fuerza. Y lo hace desde la sencillez, con escasos elementos y una música cautivadora donde se mezclan desde pasajes corales de Bach a melodías de Haëndel, extractos de 'Así habló Zarathustra' de Strauss, piezas minimalistas de Philip Glass y canciones de Janis Joplin y de Nick Cave & The Bad Seeds. Un cóctel interesante para una propuesta donde aplica a rajatabla la filosofía menos es más.