Crítica de cine

'Delante de ti', de Hong Sang-soo: el destino, y cómo plantarle cara

A diferencia del resto de su filmografía, no se detecta en 'Delante de ti' la querencia de Hong a los ritmos y conversaciones circulares; es una película más simple y directa, dotada de una desarmante franqueza emocional

Un fotograma de 'Delante de ti', de Hong Sang-soo

Un fotograma de 'Delante de ti', de Hong Sang-soo / EPC

Nando Salvà

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En ‘Delante de ti’ como en casi todo su cine, Hong San-soo presta más atención a la sucesión de diálogos y la creación de atmósferas que a desarrollos argumentales convencionales, y en el proceso reitera su habilidad a la hora de convertir detalles narrativos aparentemente nimios en momentos de intensidad dramática rotunda. En cualquier caso, mientras contempla a una actriz de mediana edad afincada en Estados Unidos que regresa a su Corea natal para visitar a su hermana y reencontrarse con su pasado -y, de paso, ir revelándonos el secreto que guarda-, la película se diferencia de varias maneras del grueso de la filmografía de su director.

A diferencia del resto de la treintena de largometrajes que la componen, de entrada, no se detecta en ella la querencia de Hong a los ritmos y conversaciones circulares; es una película más simple y directa, dotada de una desarmante franqueza emocional. También se distingue de esas otras ficciones a través de una dimensión espiritual que, eso sí, no le impide ser una de las obras más vistosas del coreano; si buena parte de su trabajo reciente privilegiaba la imagen en blanco y negro, aquí las escenas atesoran una vivacidad cromática que también contribuye a poner distancia con la amargura y la circunspección a las que Hong nos ha acostumbrado. Después de todo, la conclusión de ‘Delante de ti’ es que la mejor forma de ganarle la partida al destino cruel es responder a sus malas pasadas a golpe de risa. 

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