Innovadora propuesta musical

El Liceu estrena cuatro óperas de cámara en su proyecto ‘Oh!pera’

Las piezas, de media hora de duración, convirtieron el Gran Teatre por una noche en un laboratorio musical

Un momento de 'The fox sisters'

Un momento de 'The fox sisters' / PACO AMATE / LICEU

Pablo Meléndez-Haddad

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Con un gran éxito, el Liceu presentó esta iniciativa, que promueve la creación lírica, programando el estreno absoluto de cuatro ‘micro óperas’. En una velada motivadora y novedosa, con los espectáculos –excelentemente producidos– ofrecidos de manera consecutiva en diferentes espacios del Gran Teatre, ‘Òh!pera’ se transformó en un laboratorio que dio a luz propuestas de gran interés, cada una de una media hora de duración. Los primeros cuatro compositores de los ocho seleccionados por Barcelona Creació Sonora del ICUB para este proyecto se movieron por caminos y lenguajes muy personales.

‘Òh!pera’ arrancó en el Foyer con ‘Entre los árboles’, de José Río-Pareja y libreto de Juan Mayorga, con una ‘regia’ de Nao Albet que no ayudaba a clarificar la trama en una propuesta escénica llena de símbolos a cargo de alumnos de la Escola Massana. El óptimo marco musical, integrado por violoncelo, acordeón y arpa, más alguna de las voces solistas vocalizando a modo de eco emocional, fue defendido con talento por José Manuel Guinot y Jorge Juan Morata y, en menor medida, por una ininteligible Andrea Megías.

Propuesta performativa

En el Saló dels Miralls pudo verse ‘L’ocell redemptor’, una propuesta ‘performativa’ con partitura y libreto de Fabià Santcovsky y una única intérprete, Adriana Aranda, quien canta poco y declama mucho, con la voz y los instrumentos manipulados con electrónica. Dirigido por Marc Chornet, el montaje, de ‘look’ impresionante (EINA, Centro de Diseño y Arte), transforma la sala en el cerebro de un ordenador que colapsa; lo que explica la obra, sin embargo, resultó del todo ininteligible.

Natàlia Sanchez, Cristina Tena y Pau Camero interpretaron lo mejor de la velada, ‘The fox sisters’, de Marc Migó y libreto de Lila Palmer (teatrino del Conservatori Liceu), con ‘regia’ de Silvia Delagneau a cargo de una fantástica puesta en escena, un vestuario genial y una caracterización de premio (BAU-Centro Universitario de Diseño). Migó se luce con una obra impactante y bien resuelta que debe tener mayor recorrido, excelentemente defendida por los cantantes, el trío de cuerdas y el ingenioso uso de elementos grabados. Fue ovacionada.

Shadow. Eurydice says’, de Núria Giménez-Comas (en el Foyer), es un ‘tour de force’ para la solista, Helena Ressureiçao, sin descanso en este complejo monólogo en el que la mezzo demostró un dominio absoluto del personaje y del extenso texto. La obra, amplificada, se vuelve musicalmente repetitiva ante tanto clímax y huele más a ‘musical’ que a ópera. Marc Antolí brindó una correcta réplica y la dirección de Alicia Serrat se enmarcó en un arduo trabajo plástico de la escuela Elisava.