Opinión | El País de Jauja

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

Periodista

Festivales de música, Barcelona y Sant Adrià

El Primavera Sound y el consistorio de Ada Colau todavía no han firmado el contrato anunciado hace tres semanas

PS

PS / Ferran Sendra

Por orden de aparición: Primavera Sound (del 1 al 12 de junio, en edición extraordinaria este año de dos fines de semana), Sónar (del 16 al 18 de junio), Rock Fest (del 30 de junio al 2 de julio), Barcelona Beach Festival (2 de julio), Cruïlla (del 6 al 9 de julio), Share Festival (9, 15, 16 y 17 de julio) y Reggaeton Beach Festival (23 y 24 de julio). Sin olvidar el ciclo de actuaciones Festival Jardins de Pedralbes (del 8 de junio al 24 de julio) ni los este verano especialmente abundantes, a causa del desatasco de las giras retenidas por la pandemia, grandes conciertos en el Estadi Olímpic, el Palau Sant Jordi y el RCDE Stadium.

Barcelona es el País de Jauja musical en junio y julio, con el Primavera Sound y el Sónar, además, consolidados como referentes mundiales en sus respectivas categorías. Dos marcas planetarias asociadas a Barcelona, tanto monta, monta tanto, y que la ciudad de servicios que somos aplaude con las orejas.

¿Cuál es el problema, entonces, aparte de la drástica caída de tensión durante el resto del año, que hoy eludiremos? No debería haberlo, pero lo hay. El Primavera Sound anunció el 11 de junio, en la rueda de prensa de balance de su triunfal edición de 2022, que la semana siguiente firmaría con el Ayuntamiento de Barcelona el contrato para seguir en la ciudad al menos hasta 2027. Este contrato no se ha firmado todavía más de 20 días después, si bien desde ambos lados remarcan que es por "cuestiones de agenda" y que "todo está encarrilado".

El 12 de junio la alcaldesa de Sant Adrià de Besòs embistió contra el Primavera Sound a cuenta del aforo de la parte del Fòrum que depende del municipio que gobierna. Este fue uno de los tres puntos de fricción para firmar el contrato con Barcelona que la dirección del festival expuso el día anterior. El aforo había quedado limitado a 15.000 personas, en vez de las 30.000 que reclamaba la muestra musical.

Y ahora Sant Adrià de Besòs se las ha tenido y de qué manera con la superpromotora global Live Nation y la Generalitat por la celebración, en el último minuto autorizada, del Barcelona Beach Festival. Al que se espera que asistan unas... 30.000 personas.

Como ya evidenció hace meses el pulso Ayuntamiento de Barcelona-Primavera Sound (aún no cerrado, el contrato sigue en el aire tres semanas después), los festivales de música se han convertido en un importante asunto de ciudad, así suele decirse.

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