Estreno en Barcelona

Imanol Arias: "Interpretar a Willy Lomán supuso mucha presión, me rompí"

El popular actor debuta en el célebre teatro barcelonés con 'Muerte de un viajante', de Arthur Miller, dirigida por Rubén Szuchmacher.

Imanol Arias

Imanol Arias / Jordi Cotrina

Marta Cervera

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Imanol Arias, con una dilatada carrera en cine y televisión, está disfruntando de su reencuentro con el teatro. Desde hace unos años ha reconectado con las tablas con obras como 'El Coronel no tiene quien le escriba'. Ahora debuta en el Romea de Barcelona con 'Muerte de un viajante' un clásico de Arthur Miller (EEUU, 1915-2005) con un reparto donde figuran su hijo Joan Arias, Miguel Uribe, Fran Calvo, Cristina De Inza, Susana Garachana y Carlos Serrano-Clark.

"Pasaré este bautismo emocional en el Romea con la tranquilidad haber hecho ya a Willy Lomán en 115 funciones", ha reconocido en rueda de prensa el actor que recalará con este drama durante tres semanas en el Romea, una de las salas de más solera de la escena catalana. Ahora se siente a gusto en la piel del protagonista pero al principio le costó un el veterano al intérprete vasco de 66 años. Es un rol muy exigente que antes han asumido grandes actores y a la responsabilidad de asumir el rol se le vino encima. "Quedaba poco tiempo para el estreno en el Teatro Arriaga de Bilbao, tenía mucha presión y me rompí. Los médicos me pusieron cinco días a dormir. Solo después pude volver a ensayar y preparar la pieza", ha confesado.

Después de haberla interpretado en 115 funciones y haberla estrenado con éxito el Bilbao, le ha tomado la medida a Willy Lomán, ese antihéroe de 63 años con problemas en el trabajo y en casa. El montaje, producido por Arias, cuenta con una escenografía minimalista y gris. Está dirigida por el argentino Rubén Szuchmacher, maestro de Tolcachir y coetaneo de Veronese, a quien le gusta trabajar "con el mínimo recurso de mentira y la mayor verdad del actor". El montaje tiene un ritmo casi cinematográfico. Dura poco menos de dos horas. El texto va a la esencia.

Tragedia humana

En la obra hay una crítica al sueño americano y al capitalismo. Temporalmente transcurre en dos épocas, 1928 justo antes y después del Crack de Wall Street y 1948, después de la Segunda Guerra Mundial. Pero lo más importante para Arias es la tragedia humana del protagonista. "Miller hace una radiografía exacta del perfil del ser humano. Es cruelmente real". Más allá de la crítica a al sistema saca a relucir las contradicciones de un hombre de 63 años, confuso y fracasado como padre.

"No da un minuto de respiro al espectador", comenta De Inza, que encarna a la esposa de Arias en la ficción. "Es una obra vigente. Hemos estado seis meses en Madrid en temporada y ha venido mucha gente joven que no conocía la obra. Todos se identificaban con alguien porque el conflicto familiar perdura: hijos que no se entienden con sus padres, mujeres que no se sienten escuchadas..." La sociedad, en el fondo, no ha cambiado tanto desde el estreno de la obra en 1949.

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