Estreno

'La voluntaria': el complejo de culpa de la solidaridad privilegiada

Tras su ópera prima, 'María (y los demás)', Nely Reguera, vuelve a adentrarse en la crisis generacional, en este caso después de la jubilación

la voluntaria

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Beatriz Martínez

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En su ópera prima, 'María (y los demás)', Nely Reguera puso el foco en el estado de incertidumbre de una joven desorientada, interpretada por Bárbara Lennie, inmersa en una crisis personal. En su nueva película, 'La voluntaria', la directora aborda esta misma sensación de caos desde un punto de vista diferente, el de una mujer que ha dedicado toda su vida a su profesión, doctora en la sanidad pública, y al cuidado de sus hijos, y que tras su jubilación se encuentra vacía. Ese hueco lo intentará llenar a través de la solidaridad, ese concepto tan abstracto para el Primer Mundo y que puede acarrear cierto complejo de culpa.

¿Hasta qué punto queremos ayudar a los demás o estamos expiando nuestras propias culpas? Es uno de los puntos de anclaje sobre los que bascula esta historia, la de una mujer retirada que decide irse a un campo de refugiados en Grecia para sentirse útil. 

Nely Reguera logra condensar en un mínimo espacio de tiempo todas las paradojas éticas que se generan alrededor de esa situación, la de aquellas personas privilegiadas que intentan cambiar el mundo. Un mundo que en realidad no conocen y que les viene grande. 

En ese sentido, resulta especialmente emocionante la forma en la que Carmen Machi se convierte en un reflejo de nuestros dilemas morales. ¿Y si pudiéramos salvar a uno, aunque solo fuera a uno, de esa catástrofe humana y social? La película plantea más preguntas que respuestas, y eso es lo realmente interesante, adentrarse en un tema tan controvertido mostrando las dos caras de la moneda a través de sus contradicciones. 

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