Entrevista

Pere Arquillué: "El demonio es algo que todos llevamos dentro"

El premiado actor regresa al Romea con 'El cos més bonic que s'haurà trobat mai en aquest lloc', una pieza perturbadora sobre el abuso sexual y el deseo escrita de Josep Maria Miró.

Arquillué

Arquillué / Ricard Cugat

Marta Cervera

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-¿El Romea es el espacio más adecuado para esta pieza acalamada la crítica en el festival Temporada Alta? Allí se vio en el Teatre de Salt.

-En una sala más recogida la obra funcionaría mejor, pero a ningún teatro público le ha interesado. Por eso agradezco que Focus haya querido acompañarnos. De otro modo, temo que no la habríamos visto ahora en Barcelona.

-Y eso que no es complicada de montar, porque hay literalmente un actor y un foco.

-Muy simple escénicamente para un texto complejo y complicado. 'El cos més bonic que s'haurà trobat mai en aquest lloc' es una obra tan bella como aterradora. Tiene un punto salvaje y transgresor. Cuando Josep Maria Miró me la pasó me quedé trastocado tras la primera lectura. Yo ya había hecho 'Primer amor', de Beckett, que también es un monólogo, pero este es diferente. Enseguida me di cuenta de que era un gran texto. Es de esas obras que marcará un cambio importante. Está hecho para un tiempo y un país.

-Un país donde la Iglesia ha abusado de menores demasiado tiempo. Donde el deseo reprimido y la falta de libertad han arruinado demasiadas vidas...

-Esta obra habla de culpa, de perdón, de deseo y de qué nos hace ser como somos. Y lo hace partir del hallazgo del cuerpo de un joven de 17 años a quien encuentran enmedio del campo, con los genitales extirpados. Es el chivo expiatorio que cuestiona a toda una comunidad. Este es un teatro que cura. Hace que te plantees cosas. Es homeopático. Pero ¡todo tipo de teatro ayuda! También las comedias, un género muy transversal que concecta con gente de todas las edades.

-¿Tuvo dudas antes de aceptar este nuevo reto?

-Aunque el texto me entraba por todos los poros, quizás sin tener a Xavier Albertí detrás no me habría atrevido a meterme en este proyecto. Tenía que confiar mucho en el director. Interpretar esta obra no es solo un reto como actor, va mucho más allá. Mi mochila ya está suficientemente cargada porque he hecho muchos personajes a lo largo de mi carrera, pero llega un momento en el que quieres hacer cosas no solo por el desafío actoral sino por lo que significan para el teatro y la sociedad.

"Llega un momento en el que quieres hacer cosas no solo por el desafío actoral sino por lo que significan para el teatro y la sociedad"

-Josep Maria Miró ofrece varias visiones en la obra. ¿Con cuál se queda?

-Cada uno tiene la suya. Todos tenemos llevamos dentro algún deseo oculto, todos podemos sentirnos culpables y perdidos. Todos podemos decir una cosa y hacer otra. Que cada uno haga su interpretación a partir de esta pieza compuesta por cinco voces grandes y dos más pequeñas.

-Las desgrana casi a pelo, con una puesta en escena espartana.

-La puesta en escena es radical. Estamos yo y un foco, y no hago cambios de voz para encarnar a los diferentes personajes, tampoco me pongo pelucas ni me cambio de vestuario. Solo intento buscar sus almas, hacerlas presentes mediante con sus respiraciones.

"No hago cambios de voz para encarnar a los diferentes personajes, tampoco me pongo pelucas ni me cambio de vestuario"

-Teatro en estado puro.

-Es como conectar con el espíritu original del teatro porque una voz y un cuerpo van explicando una historia metafóricamente. Esto es lo radical. Ir dando voz a los diferentes personajes: el chico muerto de 17 años, dos mujeres, un hombre de 75 años y un travestido.

-El bien y mal volverán a cruzarse pronto en su camino con 'Paradís perdut', ambiciosa adaptación del poema narrativo de John Milton, publicado en 1667. Curiosa coincidencia.

-El demonio es algo que todos llevamos dentro porque tenemos esa lucha interna entre el bien y el mal. Pero en este proyecto que dirigirá Andrés Lima donde encarnaré al autor y a Dios, a un personaje ominpotente rival de Satán, no me he querido meter aún. Primero he de centrarme en este monólogo, que es tremendo y necesita que me sumerja de lleno en él.

-¿Le cuesta más con este texto dejar la obra atrás cuando cae el telón?

-Normalmente salgo de los personajes sin problema. Pero aquí es diferente porque es como si entrara en un bucle. Salir de él cuesta un poco más de lo habitual.

-Esta obra es la primera de una trilogía de monólogos sobre la epifanía. Interpretará también el resto?

-No. Tengo suficiente con este.

-Por cierto, ¿tiene proyectos de cine?

-Con tantos compromisos de teatro que no me queda tiempo para otras cosas. Ahora se planifica más en el teato, Antes te decían: "Dentro de un año y medio haré una película" y tú quizás te organizabas. Ahora te dicen: "Dentro de 15 días hago una serie". ¡Yo no puedo dejar colgadas las funciones que tengo!

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