Industria discográfica

El 'compact disc' se resiste a morir

El formato, que parecía condenado a la desaparición, protagonizó el año pasado un sorprendente repunte de ventas tras dos décadas en caída libre

Colección de cedés

Colección de cedés / EPC

Rafael Tapounet

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Las cifras de la evolución de la industria de la música grabada en el año 2021 constatan una tendencia ya conocida -el crecimiento sostenido de las ventas de discos de vinilo, que llevan ya tres lustros de ascenso continuado-, pero esconden también un dato bastante más inesperado: por primera vez en dos décadas, los ingresos generados por los discos compactos superaron a los del año anterior. ¿Significa eso el fin de la caída libre que el cedé inició coincidiendo con el cambio de milenio? Podría ser, aunque hay varios factores que obligan a matizar la respuesta.

Convertido durante años en el formato hegemónico y casi único como consecuencia de las agresivas prácticas comerciales llevadas a cabo por la industria discográfica, el compacto alcanzó su cénit en el año 2000, cuando solo en Estados Unidos se llegaron a vender 943 millones de unidades. Desde entonces, afectadas de lleno por la onda expansiva de la revolución digital, las ventas de cedés no han dejado de bajar año tras año, hasta quedar reducidas a 31,6 millones de copias en EEUU en 2020. La magnitud del desplome hacía prever la práctica desaparición del formato en un futuro no muy lejano. Pero 2021 revirtió la tendencia.

El año pasado se vendieron en Estados Unidos 15 millones de discos compactos más que en el ejercicio anterior. El incremento es, desde luego, muy llamativo (un 47,7% más). Y no se trata de un fenómeno local, aunque en otros lugares no alcanza tales dimensiones. En el Reino Unido, con 14,4 millones de copias despachadas, los ingresos generados por la venta de cedés crecieron un 1,4% respecto al curso anterior (138,4 millones de euros frente a los 132,9 millones de 2020). En España, el ascenso fue incluso un poquito más pronunciado: los compactos generaron en 2021 37,4 millones de euros, lo que supuso un incremento del 5,5% respecto a los 35,4 millones de la temporada precedente.

Un 'sorpasso' postergado

Esta sorprendente resistencia a morir del cedé ha tenido dos consecuencias directas: el anunciado ‘sorpasso’ del elepé de vinilo, que sí es ya una realidad en Estados Unidos, no se ha llegado a producir en mercados como el británico o el español, y el total de las ventas de discos en formato físico ha experimentado un crecimiento por primera vez en 20 años.

Los expertos alertan, en cualquier caso, de que estos datos hay que tomarlos con cierta prevención porque las restricciones provocadas por la pandemia alteraron los hábitos de consumo de los aficionados y las estrategias de los músicos de un modo que tal vez sea solo temporal. “La pandemia hizo que la gente comprara muchas cosas ‘online’ y, al mismo tiempo, los artistas, que no podían dar conciertos, se volcaron en hacer lanzamientos para poder vivir”, apunta Carlos Pérez, responsable de control de ‘stocks’ de Sony Music España. Además, la irrupción en el mercado de un disco de tanto impacto comercial como ‘30’, de Adele (378.000 cedés y 108.000 elepés de vinilo vendidos solo en la primera semana en las tiendas) actuó como dopaje para unas cifras que el sector contempla más como una anomalía que como una tendencia. El tiempo dirá si está en lo cierto.

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