Los hijos díscolos de Sant Ildefons

La Banda Trapera del Río se despide con Morfi Grei en espera para un trasplante de hígado

El legendario grupo protopunk de Cornellà dice adiós a sus seguidores barceloneses este sábado en la sala Wolf, concierto integrado en una gira de corto alcance puesto que el cantante no puede alejarse del hospital de Bellvitge

La Banda Trapera del Río, con Morfi Grei en primer plano

La Banda Trapera del Río, con Morfi Grei en primer plano / Ferran Sendra

Jordi Bianciotto

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Aquel primer álbum de la Banda Trapera del Río, publicado en 1979, sigue haciéndonos arquear las cejas, y para Morfi Grei tiene visos de gloriosa maldición. “Es como la Biblia del rock’n’roll y siempre me perseguirá”, suspira en vísperas del concierto, este sábado, en la sala Wolf, un bolo presentado como su “despedida de Barcelona”.

La Trapera es como un mito, pero ya no tiene sentido seguir arrastrándola por los escenarios

— Morfi Grei, cantante

Morfi está en un momento clínicamente delicado, en lista de espera para un trasplante de hígado, si bien esta no es la causa de la retirada del grupo, planeada desde antes de la pandemia, tras lanzar el último disco, ‘Quemando el futuro’ (2019). “Para mí, la Trapera es como un mito, una leyenda, pero creo que ha llegado el momento en que no tiene sentido seguir arrastrándola por los escenarios. No somos una multinacional tipo Stones, que tenga que estar ahí facturando”, argumenta el coautor de bellos versos como los de ‘Meditación del Pelos en su paja matinera’ o ‘Nos gusta cagarnos en la sociedad’. No es la primera vez que la Trapera se despide, hay que decir. “Pero nunca de una forma tan oficial como esta”.

Con permiso médico

¿Y la salud? Morfi se confiesa “animado y fuerte, y con proyectos”, si bien la gira de despedida se ve acotada por sus limitaciones de movimiento, ya que no puede alejarse más de dos horas del hospital de Bellvitge. Hará una excepción el viernes, “un viaje relámpago al concierto que tenemos en Murcia”, informa. “Tengo permiso del hospital”.

El rock’n’roll arruinó mi vida una vez más, y de nuevo la salvó

— Morfi Grei, cantante

Una década atrás, Morfi Grei era un señor casado y de vida ordenada. “Pero no me sentó nada bien la ‘rentrée’ en el mundo del rock’n’roll. Entré en una depresión y estuve ingresado en el psiquiátrico de Sant Boi por un trastorno bipolar”, explica. “Y para salir de esa situación, me agarré de nuevo a la música. Fíjate, el rock’n’roll arruinó mi vida una vez más, y de nuevo la salvó”.

Le gusta pensar que se recordará a la Trapera como “un grupo pionero del punk en España, como Lou Reed lo fue en Nueva York”, haciendo frente al conglomerado de poshippies, progresivos y cantautores que dominaba la escena de la época. “La canción ‘Eunucos mentales’ se la dedicamos a ellos”, recuerda, pero añade: “Con los años, todo eso se suaviza, ¿eh?”. Tuvo ocasión de relacionarse con el recientemente finado Pau Riba, por ejemplo. “Coincidimos en Cadaqués. Para mí, siempre ha sido ‘el mestre’. Me afectó mucho su fallecimiento”.

Ratas, huelgas y atracos

Todavía se admira al recordar cómo la Trapera pudo “dar con la clave de componer aquellas canciones en un ambiente tan degradado como el de Sant Ildefons en la Transición”. Tiempos de la Ciudad Satélite, y de aquella ‘Ciutat podrida’ inmortalizada a partir del texto de Esther Vallès. “Era como vivir en una película ambientada en Brooklyn: las ratas, la delincuencia, las huelgas y manifestaciones, los grises, la heroína, los atracos…”, recita Morfi. “Desde entonces ha habido una transformación brutal en Cornellà”.

Yo no me voy. A mí me sacan de los escenarios nada más que con las botas por delante

— Morfi Grei, cantante

El grupo se disolvió en 1982, pero a partir de 1993 vivió sucesivas reencarnaciones, y la leyenda, transmitida boca-oreja, fue agrandándose e inspiró obras laudatorias: el libro biográfico ‘Escupidos por la boca de Dios’ (2007), de Jaime Gonzalo, y el documental ‘Venid a las cloacas’ (2010), de Daniel Arasanz. “En su momento, si querías triunfar tenías que salir en TVE. Gente como Burning o Ramoncín pudieron hacerlo, y nosotros, no, estábamos hechos de otra pasta. Pero con los años ha habido un reconocimiento del grupo”.

En el otro lado del relato, las dolorosas bajas de los guitarristas Tío Modes (2004) y Rock Hita (2005) y del batería Juan ‘Raf’ Pulido (2010), cuyo hijo Raúl ejerce ahora de titular a las seis cuerdas. Completan la formación final, un cuarteto, el otro superviviente, Jordi Pujadas, ‘El Subidas’, al bajo, y las baquetas de Carles Buira, Boliche, ex-Subterranean Kids. En paralelo, el cantante ya ha puesto en marcha un nuevo artefacto, La Ley de Morfi, con un primer álbum recién publicado, ‘Más que Jesucristo’. “Yo no me voy. A mí me sacan de los escenarios nada más que con las botas por delante”.

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