Hasta el 10 de julio

Los submundos de Bagdad, objetivo de la cámara de Latif Al-Ani, en Barcelona

La Virreina expone un centenar de imágenes del desaparecido fotógrafo iraquí

Latif Al-Ani

Latif Al-Ani

Judith Navarro

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Latif Al-Ani, fallecido el pasado noviembre, comenzó su carrera como fotógrafo documental en la década de 1950, en plena construcción nacional del Irak poscolonial. Se dedicó principalmente a capturar en blanco y negro, gracias a su cámara Rolleiflex, el paisaje cambiante de un país que daba sus primeros pasos hacia la modernidad, tras siglos de dominación otomana y británica. Su trabajo lo protagonizan escenas cotidianas del día a día en Bagdad, la capital iraquí, donde coexistían dos submundos radicalmente opuestos que se aprecian en ‘Bagdad, un lugar moderno (1958-1978)’, la colección de cien fotografías que se expondrá hasta el 10 de julio en el Palau de la Virreina de Barcelona. Por un lado, los pobres, reclusos en los barrios de la periferia integrados al norte de la capital y de actitud y vida tradicionales y, por otro, las zonas de nueva construcción, habitadas por los locales más privilegiados y frecuentados por los turistas. 

La muestra, comisionada por Pedro Azara, es la mayor monográfica dedicada a Latif Al-Ani y la primera que se le dedica en España. La Bienal de Venecia le dedicó una antológica en 2015. Incorpora el tráiler del documental ‘La belleza inolvidable de Irak’, del cineasta Sahim Omar Kalifa, que incluye una de las dos únicas entrevistas realizadas al fotógrafo de las que se tiene constancia. 

Callejuela en Bagdad, fotografiada por Latif Al-Ani.

Colección Latif Al-Ani, cortesía Arab Image Foundation, Beirut

Con Sadam Husein en el gobierno, tras una serie de golpes de estado y asesinatos y de la devastadora guerra entre Irak e Irán de 1980, a Latif Al-Ani se le prohibió tomar fotos en el espacio público. En 2003, durante la guerra de Irak y la invasión del país por Estados Unidos, gran parte de su obra fue destruida por un bombardeo sobre Bagdad. Todo lo que queda de su trabajo es lo poco que preservaba la fundación Arab Image y que ahora se exhibe en la Virreina. 

Gran parte de su obra fue destruida por un bombardeo sobre Bagdad en 2003

Sin embargo, la destrucción de su archivo no impidió que Latif Al-Ani pasara a ser recordado como "el padre de la fotografía iraquí". Sus instantáneas retratan los sueños de un país que trataba de abrazar la prosperidad, pero que a veces se topaba de cara con la realidad. Es por eso que en sus escenas coinciden figuras insólitas, que no encajan con el ambiente, y que parecen estar añadidas como los recortes de un 'collage'. 

Los monumentales yacimientos arqueológicos de Babilonia se convierten en el telón de fondo de las fotografías veraniegas de adinerados turistas extranjeros que posan de espaldas a las ruinas, prestando más atención a la cámara que a la historia que se encuentra tras ellos. Vestidos elegantemente con ropa propia del veraneo mediterráneo, pero inapropiada para el desierto. 

Ironía

Estampas irónicamente inmortalizadas por el fotógrafo, como la visible contraposición entre las tradicionales vestimentas de las niñas de Bagdad frente a los refinados vestidos largos de las mujeres que disfrutan de sus vacaciones. 

Imágenes que se leen de manera muy distinta hoy respecto a como se hacía cuando fueron tomadas. Entonces anunciaban el encuentro pacífico entre el nuevo mundo moderno y las tradiciones del país, pero hoy suscitan una cierta nostalgia e incredulidad al ver todo lo que en Bagdad ha acabado siendo destruido por la guerra y la violencia.