Crítica de música

Sant Jordi de lujo con la OBC

Pablo Ferrández y Juanjo Mena llenan l’Auditori con un aplaudido programa popular

El director de orquesta Juanjo Mena

El director de orquesta Juanjo Mena / EPC

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

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Con muy buen tino y sensibilidad, la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) convocó el sábado su Concierto extraordinario de Sant Jordi a 10 euros la entrada. La sala grande del Auditori se llenó de un público heterogéneo en el que ¡no dominaban las canas!: al contrario, se vieron muchas familias con niños. En el programa, dos obras de fácil asimilación que se interpretaron sin intermedio. Una hora de Chaikovsky y Beethoven con una orquesta en gran forma y con una batuta invitada de primera, el gran Juanjo Mena, uno de los directores españoles más internacionales.

La ambición de la oferta también se trasladó al solista invitado ante las 'Variaciones sobre un tema rococó para violonchelo y orquesta, Op. 33' (1877), el también grande Pablo Ferrández. Dos estrellas a precio de saldo. Excelencia artística, un programa atractivo y una OBC motivada... La mejor manera de crear afición.

Ferrández demostró su poderío con un fraseo expresivo sacando un sonido embriagador y de afinación perfecta de su stradivarius 'Lord Aylesford' (1696). Mena le acompañó con seguridad y flexibilidad, dejando espacio para que el solista se explayase en su canto virtuoso y sentido. Estuvo arropado por una OBC empática en la que se lució, por ejemplo, el flauta Francisco López.

La belleza de la 'Sexta sinfonía en Fa mayor, Pastoral, Op. 68' (1808), de Beethoven, cayó como un chaparrón e inundó la sala, como las tormentas que animaron la jornada. Esta obra maestra llegó servida con mano experta por un Juanjo Mena que sorprendió con un 'Allegro' inicial de 'tempi' pausados, aunque cargado de contrastes dinámicos, lo que le brindó un sabor renovado. Pero en el 'Andante' se hizo el milagro: con todo en su sitio, Mena consiguió una atmósfera mágica, que detuvo el tiempo. La tormenta posterior sonó a eso y el último movimiento a pura liturgia. En serio, ¿por qué no es Mena el titular de la OBC? ¿Por qué tiene que venir un director que apenas conoce a la orquesta y que difícilmente le podrá dar más de lo que le ha dado Kazushi Ono?

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