LO QUE NO SABÍAS DE...

Toni Servillo nos cuenta las anécdotas del rodaje de 'Ariaferma'

El filme se rodó en la cárcel abandonada de San Sebastiano, en Cerdeña

Algunos de los actores eran expresidiarios que estuvieron encerrados allí

El actor Silvio Orlando cocinó realmente los platos que comen en la ficción

aria obrir

aria obrir / AMKA

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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El cine italiano, lentamente, va afianzándose en nuestras pantallas gracias tanto al trabajo de los veteranos como de los nuevos realizadores. Entre ellos se encuentra el documentalista Leonardo di Constanzo, que ha rodado uno de los filmes más laureados del año, Ariaferma, nominado a 11 premios David di Donatello, el equivalente italiano de los Goya, que se entregan el 3 de mayo y que acaba de estrenarse en nuestro país. Está protagonizado por dos de los grandes actores contemporáneos: Toni Servillo (La gran belleza) y Silvio Orlando (El joven Papa), dos napolitanos que comparten pantalla por primera vez.

La acción transcurre casi íntegramente en una antigua prisión del siglo XIX situada en tierra de nadie que va a cerrar sus puertas y el personal será reubicado. Pero, cuando están a punto de marcharse, reciben la noticia de que algunos deberán permanecer allí unos días más ya que les envían, provisionalmente, a una docena de presos que también están pendientes de destino. Durante esos días, la extraña situación que viven y los imprevistos provocan que las costumbres se relajen, los protocolos se ignoren y se relacionen entre ellos de una manera diferente a la habitual. Su protagonista, Toni Servillo, nos explica las curiosidades del rodaje.

-Entre muros. “La prisión de Mortana es ficticia, pero la película se rodó en San Sebastiano, en Sassari, una cárcel real que estaba abandonada. Nos ayudó muchísimo el hecho de rodar durante un mes y medio en el mismo lugar, en una prisión auténtica, para contar el dolor que se siente entre los muros de una cárcel. Esos mismos muros parecían transmitirnos ese sufrimiento de todas las personas que habían pasado por allí”.

-Regreso a la cárcel. “Algunos miembros del reparto no eran profesionales, sino expresidiarios que habían pasado por esa situación y varios de ellos, incluso, habían estado encerrados en ese mismo centro penitenciario. Compartir el rodaje con ellos colaboró a dotar a la película de esa verdad, de esa sensación de realidad que se palpa. En todo momento la colaboración con ellos fue muy creativa y agradable. No fue nunca difícil porque, desde el principio, los no profesionales se involucraron mucho en la película porque la veían como una oportunidad para transmitir un mensaje de piedad, de humanidad, de paz”.

El filme fue rodado en la prisión de San Sebastiano, en Cerdeña.

El filme fue rodado en la prisión de San Sebastiano, en Cerdeña. / ALFA PICTURES

-La preparación. “Antes del rodaje, los actores trabajamos mucho con el director y los guionistas quienes, previamente, no solo se habían documentando a fondo sino que también habían visitado varias cárceles para conocer el tema en profundidad. Toda esta información la compartieron con nosotros y, antes, lo ensayamos todo como si fuera teatro para luego ir a filmar en la cárcel, por lo que nos fue muy útil todo este conocimiento”.

-La escena más compleja. “Una de las escenas más difíciles de rodar, sobre todo para el director de fotografía, fue la que transcurre durante la avería en la que la prisión se queda a oscuras. Desde el punto de vista técnico era bastante complicada porque necesitaba contar una situación de alarma iluminando solo con las linternas, no fue nada fácil”.

La escena técnicamente más difícil de rodar fue la del apagón.

La escena técnicamente más difícil de rodar fue la del apagón. / AMKA

-Un vestuario útil. “Es la primera vez que interpreto a un personaje que lleva uniforme y eso hace que tu papel sea muy reconocible. Desde el primer momento se conecta con los espectadores, saben quién eres y, luego, pueden entender ese dilema que se crea en la cabeza del personaje entre su profesión, las reglas, y su humanidad en el trato con los presos. En este sentido, el vestuario me ha ayudado muchísimo a identificarme con él”.

-El actor cocinero. “Las escenas con Silvio Orlando en la cocina y en el huerto son auténticas. En ellas, Silvio cocinaba de verdad y en el huerto, ambos buscamos realmente las verduras. Después, algo de lo que hizo nos lo comimos casi todos, pasta, albóndigas… y la verdad es que no estaba nada mal”.

El actor Silvio Orlando (izquierda) cocinó realmente lo que se ve en la película.

El actor Silvio Orlando (izquierda) cocinó realmente lo que se ve en la película. / ALFA PICTURES

-Mas anécdotas con el productor, Carlo Cresto-Dina. “Rodamos en Cerdeña, entre dos burbujas diferentes: la jaula física que era la prisión y el encierro pandémico que cada noche confinó a todo el equipo en un hotel. Creemos que fue importante participar en este doble cautiverio junto con nuestro elenco y equipo”.

-Otros detalles explicados por el director (Leonardo di Constanza). “La prisión de Mortana es un lugar imaginario a partir de visitar muchas cárceles diferentes. En la mayoría de ellas nos encontramos con personas que estaban dispuestas a conversar y contarnos sus historias. A veces, nuestras entrevistas involucraron a funcionarios de prisiones, directores y convictos en la misma sesión. En esas ocasiones se creaba un inesperado ambiente de convivencia y comenzaba la competencia por quién nos contaría la mejor historia. También hubo risas. Luego, cuando terminaba el momento, todos volvían a sus roles y los oficiales uniformados, con las llaves tintineando en sus manos, conducían a los prisioneros a sus celdas”.

El director, Leonardo di Constanza, se reunió con guardias y prisioneros para preparar el guion.

El director, Leonardo di Constanza, se reunió con guardias y prisioneros para preparar el guion. / ALFA PICTURES