Industria editorial

Ucrania y los libros infantiles: cara y cruz en la London Book Fair

La ilustración catalana busca abrirse paso en una feria reacia a las traducciones

Londres

Londres / El Periódico

Elena Hevia

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Aunque no sean grandes amantes de las traducciones, en la London Book Fair no han tenido más remedio que prestar atención a la invasión de Ucrania, desde el punto de vista profesional, porque los libros son los mejores aliados para intentar acceder al porqué de la sinrazón bélica. Es por eso que uno de los libros más perseguidos de la feria, aunque empezó a moverse antes incluso de que Putin declarara su guerra, sea ‘Red sirens’, una memoria familiar de Victoria Berezco-Frolova, escrita en ucraniano, que abarca cuatro generaciones y que ha vendido sus derechos ya a 10 países, entre ellos España donde será publicada por Lumen a mediados de julio, bajo el inequívoco título de ‘Mi Ucrania’.

No es de extrañar que uno de los estands donde se concentra la curiosidad sea el dedicado al vapuleado país, donde piden ayuda económica para poder imprimir libros para sus niños.

Esa es la cruz en la feria. La cara tiene que ver también con el público infantil, con niños felices que acceden a la lectura a través de bonitos libros ilustrados. Los álbumes ilustrados –esos que disfrutan por igual niños y adultos- ocupan buena parte de la producción editorial británica y de la exhibición en la feria, aunque su producción no llegue a los niveles de elegancia formal de las editoriales franceses, polacas o de los países bálticos.

Auge editorial

La ilustradora mallorquina Aina Bestard, que es también diseñadora textil, es una de los ocho autores invitados por el Institut Ramon Llull en el proyecto Spotlight de visualización de los libros catalanes en el mercado británico y el hecho de que esté en este grupo de escritores dice mucho de la consideración que en los últimos tiempos la cultura está teniendo con el libro ilustrado. Un tipo de libro  que raramente sale en las reseñas periodísticas aunque en los años más duros de la crisis económica fue un apoyo fundamental para la industria en general en lo que se refiere a ventas, que siempre han sido sostenidas.

“En la ultima década se ha producido en Catalunya y en España un aumento importante tanto en la  producción como de calidad y eso ha fortalecido el mercado apuntalado en nombres punteros como Marta Altés, Anna Llenas o Violeta López. Es gente que vende mucho”, valora la dibujante. Bestard, que tiene derechos vendidos desde China hasta Lituania, se encuentra en esa liga, con unos libros de no ficción, no excesivamente infantiles que se dedican a explicar el mundo. Eso es lo que ha abordó en ‘Paisatges perduts de la Terra’, con un dibujo inspirado en los antiguos grabados científicos del siglo XVIII en las historias naturales.

Ilustración de Aina Bestard, para el libro 'Paisatges perduts de la Terra'

Ilustración de Aina Bestard, para el libro 'Paisatges perduts de la Terra' / Zahorí Books

¿Qué es lo que debe buscar un padre cuando intenta encontrar el libro ideal para su hijo? Daniel Hahn, editor y traductor que ha acompañado a Bestard en la feria enumera todo lo que un libro puede aportar: “es desarrollo mental y estético, porque estás abriendo una puerta al arte y formando una sensibilidad”. En ese sentido, menciona al que quizá se trata del álbum infantil más universalmente reconocido: ‘Donde viven los monstruos’ de Maurice Sendak. “El logro crear un mundo complejo y sofisticado sin que por ello perdiera conexión con los pequeños. Necesitamos más autores así”. Que esta vía quede truncada cuando alrededor de los 12 años los niños cambien libro por móvil, está diciendo, según Hahn, más de nosotros los adultos que de ellos. “Los mayores también hemos dejado de leer para pasarnos a Netflix”. 

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