Industria editorial

El libro catalán pica piedra en Londres en busca de traducciones al inglés

Irene Solà, Sergi Pàmies, Raul Garrigasait, Marta Orriols, Borja Bagunyà, Eva Baltasar, Josep Maria Esquirol y Aina Bestard integran la delegación catalana en la London Book Fair

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Elena Hevia

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La literatura catalana en busca de quien la traduzca llega a la London Book Fair, la feria del libro de Londres que se celebra en la capital británica desde este martes y hasta el próximo viernes, 7 de abril. El escaparate promete, quizá porque se plantea objetivos muy pragmáticos en un momento de particular efervescencia en las letras en catalán: dar a conocer a los autores que más están dando que hablar, promover a los que han conseguido situarse en las librerías británicas, conectar con editoriales y reforzar las relaciones comerciales con sellos y agencias.

Y para ello se valen de ocho autores encabezados por Irene Solà -la última superventas catalana-, Sergi Pàmies -también profusamente traducido-, Raul Garrigasait, Marta OrriolsBorja BagunyàEva Baltasar, el filósofo Josep Maria Esquirol y la ilustradora Aina Bestard. El criterio de selección de estos autores es haber sido traducidos recientemente.

Fráncfort, 2007

La iniciativa poco tiene que ver con el trompeteado desembarco catalán en la Feria de Fráncfort de 2007 que tanta polvareda levantó en su momento por los criterios de selección de los autores que dejaron fuera a los escritores catalanes de expresión castellana. Tampoco se emparenta con los actos que acompañaron en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Buenos Aires de 2019 con la invitación de Barcelona como capital literaria, donde se promovió con más intención editorial que política la traducción de jóvenes autores catalanes al castellano trasatlántico, sin la necesidad de pasar por el puente del castellano español, a menudo renuente a traducir del catalán. Aunque esa tendencia tiene visos de estar cambiando en los últimos años.

Mercado muy cerrado

Spotlight Books in Catalan, un programa acuñado hace unos años para el Market Focus de la India en 2017, es recuperado ahora, de la mano del Institut Ramon Llull y el Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC), para entrar en la feria, si no más importante del mundo -ese mérito global le corresponde a Fráncfort-, sí crucial para entender el todopoderoso y muy estanco sistema editorial anglosajón. Porque hablar de la entrada en la edición en inglés supone pensar que tan solo un 3% de lo producido editorialmente en Estados Unidos y Gran Bretaña procede de traducción, mientras que en España el porcentaje de libro traducido -de cualquier idioma- supera el 21%. Ser traducido en inglés es toda una hazaña. Y si se consigue, los beneficios son incontables porque el inglés es la lengua en la que idiomas más minoritarios realizan sus descubrimientos.

No temen la dificultad en el Institut Ramon Llull, que ha preparado un importante programa para la actual edición de la feria, la primera presencial desde 2019, a la que acudieron 29.000 profesionales. En esta ocasión, los derechos de autor tendrán, desde un punto de vista genérico, un menor recorrido ya que la mayor parte de los sellos norteamericanos todavía no se atreven a trasladar a los representantes de sus editores, autores y agentes a suelo inglés. Pero la reestrenada presencialidad, reducida pero presencialidad al fin, marcará sin duda la London Book Fair 2022 que tiene un carácter eminentemente comercial, de compra y venta de derechos de edición, y no está enfocada a un público general como otras ferias.

Trabajo de años

Posicionarse en un mercado concreto es una labor que requiere tiempo y dedicación y no florece de un día para otro. "La literatura catalana no es una recién llegada al mundo anglosajón -explica el director del Ramon Llull, Pere Almeda- y la prueba es que desde hace por lo menos 15 años buena parte de las universidades de Gran Bretaña e Irlanda cuentan con programas de estudios en catalán". Y eso por no remontarse más atrás, a 1954, cuando la Anglocatalan Society se fundó en Oxford. Por ello, el director rechaza de plano la idea de ‘desembarco’ y acepta el "picar piedra".

En esta ocasión las ayudas del Institut Català d'Empreses Culturals (ICEC) han servido para ampliar la presencia de autores, agentes y editoriales de ficción y no ficción, así como de literatura infantil y juvenil. En buena parte de esas universidades -University College London, Newcastle, Edimburgo, Liverpool- habrá actividades fuera del recinto ferial con autores como Martí Sales, Manuel Forcano, Miquel Desclot, Llucia Ramis, Pol Guasch o Esther Tallada.  

Conversaciones

Dentro del recinto, el plato fuerte del Spotlight serán las conversaciones mantenidas por los ocho autores invitados con otros tantos escritores británicos, entre los que se cuentan Max Porter -de quien se acaba de publicar ‘La muerte de Francis Bacon’- , Jay Griffith, Daisy Johnson o David Constantine. "Porque nos interesa particularmente -dice Almeda- establecer un diálogo entre ambas literaturas".

La feria acogerá también una exposición sobre ilustración donde se podrá ver obra de seis autores catalanes, como la ya mencionada Bestard, además de Violeta Lopis, Cristina Losantos, Joan Negrescolor, Miguel Pang y Júlia Sardà.

Para el director del Ramon Llull, Spotlight será un buen escaparate para la promoción internacional de la literatura catalana, en el que se plantará una nueva semilla. Pero habrá que tener paciencia "porque los resultados solo serán visibles de aquí a seis o siete años".

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