Entrevista

Sofi Oksanen: "Los niños rusos no han aprendido la misma historia que tú y que yo"

La escritora estonio-finlandesa desvela el negocio de la gestación subrogada en la depauperada Ucrania post-soviética en 'El parque de los perros'

La escritora finlandesa de Sofi Oksanen posa en Kiev (Ucrania), antes de la invasión rusa, en una imagen facilitada sin fechar. La industria de la fertilidad y los vientres de alquiler en Ucrania son el tema central de la última novela de la finlandesa Sofi Oksanen con un trasfondo político sobre una guerra que, asegura, comenzó en 2014 y nunca paró: "Ojalá Putin estuviera loco" porque todo cambiaría si fuera sustituido. EFE/ Editorial Salamandra/Toni Harkonen

La escritora finlandesa de Sofi Oksanen posa en Kiev (Ucrania), antes de la invasión rusa, en una imagen facilitada sin fechar. La industria de la fertilidad y los vientres de alquiler en Ucrania son el tema central de la última novela de la finlandesa Sofi Oksanen con un trasfondo político sobre una guerra que, asegura, comenzó en 2014 y nunca paró: "Ojalá Putin estuviera loco" porque todo cambiaría si fuera sustituido. EFE/ Editorial Salamandra/Toni Harkonen / EFE/ Editorial Salamandra/Toni Harkonen

Elena Hevia

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Sofi Oksanen (Jyväskyla, Finlandia, 1977), mundialmente famosa gracias a su novela ‘Purga’, millonaria en ventas, conoce de primera mano el ansia devoradora rusa y sus horrores. Su último trabajo, 'El parque de los perros' (Salamandra), que transcurre en la Ucrania posterior a la caída del muro, ofrece no pocas claves para comprender el actual conflicto bélico. La autora atiende por zoom desde su despacho de Helsinki y no faltan a la cita sus características rastas ni la contundencia de sus opiniones.

‘El parque de los perros’ revela la corrupción que campaba en Ucrania antes de la llegada de Zelenski. De cómo el negocio de los vientres de alquiler era uno de los más lucrativos del país.

Eso es. Hasta hace muy poco, Ucrania era el país más barato donde podías conseguir un bebé blanco por gestación subrogada. La ley de fertilidad era muy liberal; la renta 'per capita' de país, muy baja porque todo se lo llevaban los oligarcas, y la corrupción campaba en todos los estamentos. Ucrania fue además un destino de llegada de muchos refugiados y refugiadas –allí arribaron más de un millón y medio en 2014- y ellas pasaron a engrosar un negocio que utiliza como un objeto el cuerpo de la mujer. Era terrible.

Ucrania ha sufrido mucho.

La idea de libertad en Ucrania ha sido crucial a lo largo de su historia, la aprecian más que la estabilidad. Posiblemente, ha sido uno de los países más oprimidos por los soviéticos a lo largo de su historia, más incluso que los países Bálticos, porque Ucrania es un país rico. Por suerte para los estonios, no tenemos ni carbón ni industria nuclear.

Lleva años alertando de las acciones de Putin. ¿Ser hija de una estonia y un finlandés es una posición perfecta para comprender el imperialismo ruso?

La invasión rusa ha formado parte de mi historia familiar. Mi abuelo finés participó en la gran guerra de invierno [la invasión de Finlandia en 1939 tres meses después del inicio de la segunda guerra  mundial que desembocó en la neutralización o finlandización del país]  y mi familia estonia estuvo décadas bajo el yugo ruso.

Muchos creían que Putin no iba a dar el paso final más allá de los territorios del Donbás. No se iba a atrever a entrar en Ucrania. Pero usted ya alertaba de ese peligro desde hacía años.

Hace 20 años que Putin está trazando un camino que culmina en esta invasión. Primero empezó a hacer añicos la libertad de expresión en Rusia tomando el control de las cadenas de televisión. Más adelante, fue expandiendo sus intenciones a través de sus discursos.

¿De qué manera?

Él apoya su relato de la política actual en la historia de la segunda guerra mundial, que en Rusia no ha sido contada como un hecho universal sino más bien local. No en vano, se le llama  la Gran Guerra Patriótica. Así, en la narración de Putin  brillan por su ausencia el Holocausto o cualquiera de las muchas atrocidades que se cometieron. Para los rusos, fue una guerra de alemanes nazis contra rusos defensores de la libertad. En Rusia criticar este relato públicamente está penado por ley. Llegaron incluso a penalizar a una onegé por intentar restituir la verdadera memoria histórica.

Por eso para Putin, Ucrania, como muchos otros países que rodean Rusia, sería un país de nazis y fascista. ¿Es eso?

Sí, par él y su regimen nazi significa ‘no ruso’. Esto lo hemos visto en Estonia y ahora en Ucrania. Pero hay una característica más que me parece muy significativa y profundamente perturbadora.

¿Cuál sería?

Putin traslada un mensaje claro. Que el pueblo ucraniano y las repúblicas bálticas son inferiores y por lo tanto no son humanos y por consiguiente tratar de exterminarlos es algo positivo. ¿Le suena la estrategia?

¿La de Alemania nazi contra los judíos?

Así es como dan comienzo los genocidios.

¿Occidente ha entendido realmente a Putin?

Es que hablamos lenguajes distintos. En Occidente un hombre de Estado no puede mentir en público con esa impunidad. Y si lo hace se va de su cargo como le ocurrió a Trump. En Rusia esto ocurre y no pasa nada, sigue el concepto de Marx según el cual no hay verdades absolutas. En Rusia no se llega a la verdad a través de una investigación académica, es sencillamente una lucha de distintos relatos y el más potente, que no el real, se lleva el gato al agua.

¿Es una herramienta psicológica, no?

Exactamente, y funciona a partir del relato heroico. Es Putin contra el resto del mundo.

¿Cómo es posible que en tiempos de internet, los ciudadanos rusos tengan ese nivel de desinformación?

En febrero, el centro de información Levada, que es bastante fiable porque es independiente, decían que a pesar de tener acceso gratuito a toda la información del mundo mundial –esto ahora ya no es así-, los jóvenes rusos creían fielmente el relato de Putin y que no había la mejor diferencia con aquellos que 20 años antes seguían los medios analógicos controlados por el gobierno ruso. No hay diferencia en el pensamiento entre los jóvenes rusos y la generación anterior.

¿Y a qué atribuye esto?

A la educación. Si en la escuela te repiten una y otra vez el mismo mensaje no importa si has visto la BBC y allí te dicen que las tropas rusas están matando civiles. Si lees eso no te crees porque estás en un espacio de formación donde te aseguran todo lo contrario. En el futuro podrían cambiar los libros de texto pero requerirían nuevos profesores porque reciclar a los actuales sería inviable. En la escuela rusa, durante muchos años  se enseñó por ejemplo que la guerra de invierno la inició Finlandia… En Rusia un niño nunca ha aprendido la misma historia que tú y que yo.

Algunos analistas proponían una neutralización, una finlandización, para Ucrania.  ¿Esto ya no será posible?

Es falso que la ‘finlandización’ lograra situar a mi país en un lugar neutral, más bien nos pusieron de rodillas delante de los rusos. Teníamos garantizada la no invasión pero tuvimos que soportar durante toda la guerra fría una gran represión cultural y mucha censura. Así que no, no es una buena salida para Ucrania.  

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