Inauguración el 28 de marzo

El imperio Finestres abre la mayor librería especializada en artes de Barcelona

El establecimiento, de 216 metros cuadrados, ofrece 12.000 títulos de cómic, ilustración, fotografía, música, arquitectura, diseño gráfico y un largo etcétera de disciplinas

El nuevo local de la librería Finestres dedicado a todas las artes.

El nuevo local de la librería Finestres dedicado a todas las artes. / ELISENDA PONS

Anna Abella

Anna Abella

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Nacía la librería Finestres hace casi un año en un espacio de 550 metros cuadrados en la calle de la Diputació 249, en pleno centro de Barcelona, con la vocación de ser "un proyecto cultural total". No hay duda de que va en el rumbo correcto incluso sorteando la apertura, recordemos, aún en pandemia. Desde el pasado abril, la iniciativa de su propietario, el empresario y mecenas cultural Sergi Ferrer-Salat, no ha dejado de crecer: gracias a la Fundació Llibreria Finestres conceden las becas de ensayo y los premios de narrativa en castellano y catalán y el premio de cómic en catalán -que este martes ha anunciado su primer ganador, el veterano dibujante Max, amén de una mención especial para el proyecto de Marina Sáez-, obras que publicará, sí, la también flamante editorial Finestres de cómic en catalán. Cada semana el espacio ofrece una media de cuatro actividades culturales que van desde charlas y encuentros con autores, hasta lecturas en voz alta, clubs de lectura o ciclos de debates.

Finca modernista

Y el próximo lunes 28 de marzo, este creciente imperio, o "ecosistema" cultural, como lo ha calificado Ferrer-Salat, dará un paso más: justo enfrente de la librería actual abrirá, en el local de la modernista Casa Garriga i Nogués, Finestres 250, 216 metros cuadrados que serán un templo urbano dedicado exclusivamente a las "disciplinas artísticas y visuales", léase cómic, ilustración, arte, arquitectura, urbanismo, fotografía, música, cine, danza, diseño del mueble, diseño industrial, diseño gráfico, cartelismo, tipografía, diseño editorial, moda, joyería, cerámica, arte urbano…    

La nueva librería, que según sus responsables, viene a llenar el vacío que han dejado en la ciudad desaparecidos espacios especializados como Tartessos, Kowasa y Loring Art, acogerá unos 12.000 libros (un 35% de libro extranjero: 7.280 ejemplares de fondo nacional y 3.920 ejemplares de extranjero), siendo uno de sus pilares el cómic y la ilustración, que ocuparán un 30% del fondo, para contribuir a revertir el hecho de que aún sean consideradas "manifestaciones poco reconocidas como disciplinas artísticas", acercando a los lectores al "libro visual, sin ningún tipo de prejuicio ni complejos, abriéndolo a todos los públicos", señala una de las responsables de Finestres, Àurea Perelló.

Espíritu crítico

El nuevo espacio, añade, quiere "reflexionar sobre la actualidad, ofrecer otros puntos de vista, nuevas lecturas de la contemporaneidad y relecturas y discursos críticos de la Historia del Arte, esforzándose en atender a la bibliodiversidad, la creación contemporánea relacionada con el cómic y la ilustración y el fondo internacional, manteniendo su espíritu crítico como eje central".  

En Finestres 249 se mantendrán los libros de ensayo, teatro y toda la narrativa, además de la cafetería en la terraza al aire libre. Ambos centros multiplicarán las actividades relacionadas con todas estas temáticas y mantendrán el mismo espíritu de espacio acogedor y confortable, que invita a la lectura y a la observación, con cómodos sillones y silencio. 

De 8 empleados a 25

Este martes por la tarde, el nuevo espacio de Finestres 250 ya ofrecía un aperitivo: la entrega del premio de cómic a Max, con su proyecto ‘Què’, y la mención especial a Marina Sáez por ‘Aiguagim’, hechos públicos por la mañana, junto a los galardonados con los Premios de Narrativa a obra publicada, Laura Fernández (por 'La señora Potter no es exactamente Santa Claus', en castellano) y Joan Todó (por ‘La verda és porta’, en catalán).   

Max y Marina Sáez, este martes en la terraza de la Finestres.

Max y Marina Sáez, este martes en la terraza de la Finestres. / ELISENDA PONS

Comenta Perelló a este diario que cuando empezaron sentían algunos "temores a que costase entender lo que es Finestres, una librería para leer, con actividades y todo un ecosistema cultural" al que la fundación dedica "una dotación total de 175.000 euros" en su "apuesta por el talento y el fomento de la creación y la cultura". Pero un año después, tras pasar de ocho empleados a los 25 actuales, con "un crecimiento muy rápido", aunque no da cifras, de clientes y lectores que ya empiezan "a fidelizar", creen que "el proyecto ha calado" y mantienen que se "han creado sinergias positivas que favorecen la cultura en la ciudad y el tejido social". 

En Finestres avisan: aún guardan proyectos -o ventanas- en la manga.