LO QUE NO SABÍAS DE...

Los secretos de 'Los amores de Anaïs', contados por su directora

Una gran tormenta provocó un apagón que impidió que rodaran uno de los días

Los vecinos de la región se enfadaron con ellos ya que cerraron la playa en agosto para la filmación

Resultó muy difícil rodar en las calles de París evitando a la gente con mascarilla

anais obrir

anais obrir / NOE BACH

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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El cine francés goza de una salud envidiable y combina las obras maduras de veteranos realizadores con las de nuevos talentos que enriquecen el panorama artístico. Uno de ellos es la cineasta Charline Bourgeois-Tacquet quien, tras recibir múltiples reconocimientos con sus cortometrajes, acaba de debutar en el largo con Los amores de Anaïs, recién estrenada. Es una película vitalista, desprejuiciada, sensual y abierta centrada en el personaje que interpreta Anaïs Demoustier, una habitual en los filmes de Robert Guédiguian (Las nieves del Kilimanjaro, La casa junto al mar) así como a las órdenes de su hermano Stéphane en el drama judicial La chica del brazalete. Completan el reparto dos actores de gran entidad como Valeria Bruni-Tedeschi (El capital humano, Locas de alegría) y Denis Podalydès (El buen maestro, Las fantasías).

La citada Anaïs es una treintañera, aunque aparenta ser más joven, que está en plena crisis con su pareja y anda algo desconcertada. Frecuentemente se siente atraída por los hombres mayores y eso mismo le ocurre con un tipo casado al que acaba de conocer casualmente en una fiesta. Inicia una relación con él pero no funciona como esperaba y es entonces cuando siente curiosidad por la esposa de su amante, una escritora muy inteligente y sincera. Es un filme sobre los sentimientos y el deseo que radiografía la incertidumbre existencial de su protagonista tan caprichosa como apasionada. La directora nos cuenta más detalles del rodaje.

-Los planos secuencia. “La idea era rodar varios planos secuencia porque pienso que es más agradable para los actores y jugábamos con el movimiento y los desplazamientos. Por la mañana les daba instrucciones a los actores en plató de cómo tenían que moverse. Pero siempre lo ruedo desde dos ejes, lo que me permite hacer un montaje más dinámico. La escena inicial se rodaba en un piso muy pequeño, era larga y no cabíamos bien las dos actrices y todo el equipo. Fue difícil, creo que tuvimos que repetir unas 18 veces. No es que quiera hacer siempre planos secuencia, pero este método me va mejor”.

-Anaïs interpreta a Anaïs. “Cuando empecé a escribir el guion, no pensaba en una actriz en particular, pero eran personajes muy cercanos a mí. Tenían mi personalidad, mis preocupaciones y mi forma de hablar, incluso. Conocí a Anaïs Demoustier hace unos años y todo funcionó de maravilla entre las dos, lo pasamos muy bien rodando el corto Pauline asservie. A la protagonista del largometraje le di el nombre de Anaïs porque no es un nombre corriente, no sabes a qué clase social pertenece y suena parecido a mi nombre. Que la protagonizara otra Anaïs era borrar la distancia entre la realidad y la ficción”.

La actriz Anaïs Demoustier interpreta a un personaje con su mismo nombre.

La actriz Anaïs Demoustier interpreta a un personaje con su mismo nombre. / ADSO FILMS

-Un accidente programado. “El detector de humos que se cae estaba previsto, lo había escrito para la escena como un instante caótico. La persona que preparó la escena trabajó mucho para que estuviera fijado en la pared y se cayera cuando tenía que caer, en el momento oportuno”.

-Entre la lluvia y el sol. “Rodando en la parte bretona tuvimos mucha suerte porque hizo calor todo el tiempo, era en agosto. Pero cuando estuvimos preparando el filme, en julio, fue horrible, llovía todos los días. Estaba muy angustiada, tres días antes de empezar el rodaje aún llovía a raudales. Durante la primera semana teníamos todos los exteriores en la playa, pero dejó de llover”.

El equipo tuvo suerte y la lluvia dio paso al sol cuando empezaban a rodar.

El equipo tuvo suerte y la lluvia dio paso al sol cuando empezaban a rodar. / LES FILMS PELLEAS / ANNEE ZERO

-El apagón. “Teníamos que rodar una escena muy importante de Anaïs con Valeria en la cama y era difícil porque tenía que contar muchas cosas. Pero, de pronto, se desató una gran tormenta que duró tres horas, nos quedamos sin luz en el castillo y ellas se echaron en la cama e hicieron una magnífica siesta. El resto del equipo estaba muy nervioso porque veíamos que estábamos perdiendo el día y, así fue, tuvimos que terminarla al día siguiente”.

-Una playa privada. “Yo quería que la escena principal entre las dos actrices fuera al aire libre, en la playa. El único problema es que tuvimos que cerrarla en pleno mes de agosto y la gente nos insultó, se enfadó mucho porque les habíamos cerrado SU playa. Allí tuve un accidente. Me rompí un dedo del pie, no sabía la norma de que durante los rodajes no se puede ir descalza. Iba de un lado al otro corriendo, como Anaïs, y entonces tropecé con el raíl del travelling, se me enganchó y me rompí un dedo del pie”.

Los vecinos de la región se enfadaron ya que cerraron la playa para el rodaje en pleno agosto.

Los vecinos de la región se enfadaron ya que cerraron la playa para el rodaje en pleno agosto. / ADSO FILMS

-Las mascarillas inoportunas. “La última semana volvimos a Paris para rodar exteriores y, en ese momento, salió la obligación de llevar mascarilla por la calle y fue una catástrofe. Habíamos ido a la capital para grabar escenas sin figurantes, con la gente que pasea por las calles en la Sorbona, en el Mont Saint Michel y la Biblioteca Nacional y tuvimos que cortarlas para que no se viera a nadie con mascarilla. Pero siempre había alguien que atravesaba la calle, los chicos en bici o con patinete que de repente se cruzaban y, cuando salía una mascarilla, teníamos que pararlo todo y volver a empezar porque no teníamos dinero para borrarlo digitalmente en la postproducción”.

-Tacones cercanos. “En el guion había indicado que Anaïs tenía que ir corriendo todo el rato, de un lado al otro, y le había dicho a la actriz que fuera con calzado deportivo o sandalias planas. Pero ella me dijo que quería llevar tacones, porque su personaje era así. Acepté su decisión, pero le dije que tenía que correr muy muy deprisa. Yo pensaba que no sería posible y tenía miedo que se cayera, que se torciera un tobillo y se hiciera daño, pero es una chica muy atlética y deportista. Eso sí, a veces se quedaba sin aliento pero lo consiguió, no se cayó y todo el rato corrió con los tacones”.

Demoustier insistió en llevar tacones a pesar de que tenía que corre en muchas escenas.

Demoustier insistió en llevar tacones a pesar de que tenía que corre en muchas escenas. / LES FILMS PELLEAS

-El lémur. “Intentaron prohibirme rodar con un animal porque puede ser complicado o peligroso. Quería utilizar un chimpancé y me dijeron que iba a dar problemas y que si quería rodar con un animal podía ser con una gallina (ríe) y yo dije que no. Tratando de buscar soluciones pensamos en un lémur pero tenía que estar tranquilo porque no podía anestesiarlo de ningún modo. Así que en alguna escena no es el lémur, es un peluche”.

-Un mito para una debutante. “No quería trabajar con música original e hice todo el montaje con música preexistente. Me sentía intimidada por tener que llamar a un compositor, no estaba convencida de que hubiera unidad. El productor me dijo que tenía que escuchar otras músicas, llamar a un compositor y me nombró unos cuantos… que si son jóvenes, que no son muy caros, que seguro que me gustan… Pero no me gustaba ninguno y le dije que solo había un compositor vivo que me interesara, Nicola Piovani. Me encanta su sentido de la melodía, trabaja como en las grandes pelis que me han marcado de Federico Fellini, Roberto Benigni o Nanni Moretti. Parece música de las pelis de los años 60, 70 o incluso 80. Les pedí que se pusieran en contacto con él y le enseñé el guion. Tuvimos la suerte de que era invierno de 2021, en pleno covid, y que estuviera libre, que no tuviera nada que hacer, ya que no había conciertos en Italia, y cómo le gustó, aceptó. Su música es extraordinaria, fui dos veces a Roma, estuve con él y es genial”.

El compositor Nicola Piovani, recogiendo un Oscar por su música para 'La vida es bella'.

El compositor Nicola Piovani, recogiendo un Oscar por su música para 'La vida es bella'. / ARCHIVO

-El hotel soñado. “Cuando escribí el desenlace pensé que tenía que pasar en el bar de un hotel. Era un buen lugar para una cita. Quería que fuera un lugar algo alejado del mundo, que la última escena fuera diferente al frenesí del resto. Y quitamos el sonido ambiente, porque yo quería que solo se oyera el diálogo de las dos actrices. Rodamos en el Hotel Rafael, un hotel familiar como el que yo había imaginado”.

La escena final fue rodada en un hotel familiar como había imaginado la directora.

La escena final fue rodada en un hotel familiar como había imaginado la directora. / ADSO FILMS