Premios del cine catalán

Los Gaudí se rinden a Tomàs Pladevall, el escultor de la luz

El gran director de fotografía catalán recibirá el domingo el premio Gaudí d'Honor-Miquel Porter por su vasta carrera tras la cámara, que abarca desde principios de los 70 a 2011

El director de fotografía Tomàs Pladevall, en la Filmoteca de Catalunya

El director de fotografía Tomàs Pladevall, en la Filmoteca de Catalunya / Manu Mitru

Quim Casas

Quim Casas

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Tomàs Pladevall (Sabadell, 1946) recibirá el domingo el Gaudí d’Honor-Miquel Porter en la gala de los premios del cine catalán. Director de fotografía excepcional, además de pedagogo de la luz, tiene una carrera que abarca desde principios de los 70 hasta 2011, año en que dejó la cámara a causa del párkinson sin por ello dejar el cine, ya que las notas de sus cursos en ESCAC son básicas para entender los principios y la evolución del arte de la fotografía cinematográfica, y ha seguido vinculado a la Filmoteca en la restauración de películas.

Pladevall empezó como ayudante de cámara en varios cortos. Después intervino en ‘El sopar’ (1974), la película clandestina de Pere Portabella: “Yo hice solo la fotografía de la parte de los abogados”, explica Pladevall a EL PERIÓDICO. “Quien me introdujo fue Manel Estebán, el director de fotografía del filme. Fue él quien me descubrió la Escuela Oficial de Cinematografía (EOC) de Madrid”. Pladevall tenía unos referentes claros: “Manel Estebán, Aurelio G. Larraya, Néstor Almendros… También me influyó mucho Sven Nykvist, uno de mis directores de fotografía predilectos”.

Su proceso de aprendizaje no sería el tradicional: “Al salir de la escuela de cine no hice la transición habitual, pase directamente a director de fotografía. El productor Antoni Pérez Giner me encargó varias películas y así empecé. Era una época en la que cogías lo que había”. Por eso, en estos primeros tiempos, encontramos a Pladevall iluminando no pocas películas de género, como ‘Robin Hood nunca muere’ de Francesc Bellmunt, ‘La maldición de la bestia’ con Paul Naschy o ‘Los hijos de Scaramouche’ con los hermanos Calatrava.

'Tren de sombras', título clave

Con Bellmunt, natural también de Sabadell, mantuvo una gran amistad y colaboraron en distintas ocasiones. “Empezamos juntos y teníamos muy buena relación. Hicimos cosas en 8 mm, en 16 mm, los documentales sobre la Nova Cançó y el primer Canet Rock, ‘L’orgia’ i ‘Salut i força el canut’. También rodamos de forma clandestina ‘La torna’”, nos cuenta Pladevall. ¿Qué le pide un director en el plató de rodaje? ¿Hasta que punto componer el plano es un trabajo en común? “Hasta que trabaje con José Luis Guerin en ‘Tren de sombras’ (1997), los directores me daban luz verde. No sabían mucho de fotografía. Si lo que hacías gustaba, todo era perfecto. Hay realizadores con los que te entiendes más sabiendo lo que no quieren hacer”.

Trabajó con Bigas Luna, Gonzalo Herralde, Rosa Vergés… “Con Bigas hubo de inmediato una complicidad extraordinaria. Cuando hicimos ‘Tatuaje’, estuve más de medio año hablando de cine con él. Quería que le contara cosas de Iquino, por ejemplo. Íbamos al cine juntos. En ‘Tatuaje’ fui de los primeros en utilizar fluorescentes industriales para iluminar”. Soló colaboró con Bigas en esta adaptación de la novela de Vázquez Montalbán, un filme injustamente olvidado. Pladevall recuerda que “Bigas no hablaba nunca de ‘Tatuaje’. No fue un éxito y le tenía mania”.

Los falsos documentales ‘Gaudí’, realizado por Manuel Huerga en 1989, y ‘Tren de sombras’ le revelaron otro mundo: “Descubrí con Huerga y Albert Gasset todo el tema de la manipulación de las imágenes, cuando tuvimos que falsificar documentales, mezclar imágenes falsas con reales. ‘Tren de sombras’ engaña a mucha gente. Varias personas me preguntaron de donde había sacado aquellas imágenes”. Son dos trabajos fascinantes con el blanco y negro y las texturas visuales.

Ceremonias de los Juegos

Y entonces, regresó al hábitat de Pere Portabella: “Una de las primeras cosas que había hecho con él fue un reportaje con Montserrat Caballé en el Liceo. Portabella quedó fascinado por unos planos que habíamos rodado con Huerga para ‘Gaudí’ y me llamó para la fotografía de ‘Pont de Varsovia’. Es un placer trabajar con él, ya que la imagen tiene siempre un gran protagonismo en su cine”.

Pladevall ha hecho también iluminación para teatro y espectáculos y se encargó de la luz de las ceremonias de inauguración y clausura de los JJOO de Barcelona (dirigidas por Huerga). Fuera de Catalunya ha trabajo poco, pero con directores de peso como José Luis Borau, y rodó para IMAX –“disfrutando mucho tecnológicamente”– el filme de Jordi Llompart ‘Viaje mágico a África’ (2010). Borau también había quedado muy fascinado con ‘Tren de sombras’ y le contrató en 2000 para su filme ‘Leo’. Pladevall evoca cuando el director aragonés “venía cada día con las hojas de guion enrolladas, me golpeaba en la cabeza y me preguntaba si la foto era tan buena como la de ‘Tren de sombras’”. Lo era.

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