Activista lírica

Julie Fuchs, evangelista de la ópera

La diva francesa, que debuta en la versión escenificada de 'Pelléas et Mélisande' en el Liceu, lleva años derribando tópicos de la ópera en redes sociales con el 'hashtag' #operaisopen

"El problema no es el precio de la ópera sino el desconocimiento. No pagas por algo si no sabes qué vas a ver", afirma la cantante

Julie Fuchs soprano francesa en el Liceu

Julie Fuchs soprano francesa en el Liceu / ELISENDA PONS

Marta Cervera

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Julie Fuchs descubrió su voz a los 18 años, hasta entonces lo suyo había sido el violín, que estudió 15 años. No tenía relación alguna con la ópera pero rápidamente se convirtió en una de las sopranos ligeras más deseadas. Desde hace tiempo promueve desde las redes sociales el descubrimiento de la ópera con @operaisopen. Allí donde actúa pregunta por los precios más económicos y descuentos existentes y lo hace saber a sus seguidores. "Es cierto que una sesión de ópera cuesta dinero pero dura cuatro horas y todos estamos dispuestos a hacer sacrificios por aquello que amamos. El problema no es el precio sino el desconocimiento. No pagas por algo si no sabes qué vas a ver", explica la cantante en el camerino del Liceu, convertido en su segunda casa. Este lunes 28 debuta como Mélisande en la ópera de Debussy 'Pelléas et Mélisande' junto a un magnífico reparto y con puesta en escena del furero Alex Ollé en clave onírica, con un toque inquietante al estilo del cine de David Lynch o Lars von Trier. Y, como recuerda a sus seguidores, hay entradas a partir de 14 euros. Aunque no especifica si son con visibilidad, o no. No la tienen.

La joven soprano francesa utiliza las redes sociales para acercar la realidad de un cantante de ópera, "un trabajo absorbente que va más allá de la voz", comenta en un castellano bastante correcto que ha aprendido gracias a su pareja, un violinista español, padre de su hijo. Lo demuestran las fotografías y consejos varios en los que derriba tópicos y muestra cómo se prepara y compagina maternidad y ópera. Se la puede ver practicando yoga, o dando de mamar en el camerino. "Necesitas tener un equilibrio interno para dar lo mejor de ti, dentro y fuera de escena".

Ya antes de meterse en redes sociales, Fuchs hacía 'proselitismo operístico'. "Allí donde actuaba cuando tenía una entrada para el espectáculo la regalaba a alguien que me había tratado bien en un restaurante o en una tienda, por ejemplo. Las daba a gente que de no ser por ese regalo jamás hubieran acudido a una función", comenta. "La ópera es para todo el mundo, no hay que ser un erudito ni un especialista para disfrutarla". En Barcelona, por ejemplo, varios de sus compañeros de sus clases de tango que tan bien le van para desconectar al acabar los ensayos, han adquirido entradas para su bautizo operístico en 'Pelléas et Mélisande'.

"La ópera es para todo el mundo, no hay que ser un erudito ni un especialista para disfrutarla"

Fuchs organiza concursos en la redes sociales para sortear entradas de sus espectáculos pero siempre pone una condición a sus seguidores: han de ir acompañados de alguien que desconozca la lírica. "Mi experiencia es que casi siempre el debutante acaba repitiendo y compra entradas para otro título", afirma.

Respecto a su debut como la enigmática Mélisande, de la que se enamoran dos hermanos, el príncipe Golaud primero y su hermano Pelléas, después, explica: "Como cantante francesa, Mélisande es un papel especial que tenía ganas de hacer. A la hora de prepararlo he seguido el mismo método que suelo utilizar siempre pero he notado que al final de los ensayos necesitaba respirar otro aire para compensar porque es una ópera muy oscura e inquietante. Es algo que nunca me había ocurrido con otros papeles". Para ella, que desprende una gran energía, meterse en la piel de un personaje tan amado como maltratado ha sido complicado. "Para mí Mélisande no es tan frágil como parece pero sí convierte a los demás en frágiles. Es una mujer extraña pero auténtica, franca."

Un momento del montaje de 'Pelléas et Mélisande' de Àlex Ollé, en el Liceu.

Ensayo de una escena de 'Pelléas et Mélisande', en el Liceu. / Quique Garcia/Efe

A diferencia de otras temporada en sus comienzos cuando llegó a incorporar hasta cuatro personajes, desde el nacimiento de su hijo y la llegada de la pandemia en 2020, la cantante ha bajado el ritmo. Ahora prefiere dosificar la incorporación de nuevos roles y profundizar en los que ya conoce. "Estoy satisfecha con mi repertorio". Esta temporada, por ejemplo, además de Mélisande solo ha incorporado el de Julieta, en 'Romeo y Julieta' aunque el dichoso covid-19 impidió estrenarla. "Hicimos todos los ensayos y llegamos al general pero mi Romeo se puso enfermo y me contagió el virus".

Cuenta que su experiencia como madre la ha transformado. Por eso también es duro interpretar a Mélisande, que fallece en escena poco después de alumbrar a su hija. "Cuando acabe la función seguro que tendré ganas de tomar un gin tónic y de bailar", bromea Fuchs. Resulta irónico que en esta ópera tenga que aparecer con un bombo falso mientras que cuando estuvo realmente embarazada le prohibieron cantar. Fue una experiencia amarga. El teatro de ópera alemán donde debía cantar Pamina en 'La flauta mágica' de Mozart le anuló el contrato cuando anunció que estaba en el cuarto mes. Era su primer embarazo y casi acabaron en los tribunales. El teatro prefirió llegar a un pacto y pagar una compensación económica favorable a la cantante. "Defendí mi causa no solo por mí, sino también por mis compañeras. Eso es algo que no debe volver a ocurrir. No es normal esconder tu embarazo para poder trabajar. Yo me sentía más empoderada que nunca. ¡Llena de energía!", recuerda. Públicamente pocos se solidarizaron con ella, pero sí en privado. "Muchas colegas me explicaron que les había pasado lo mismo pero optaron por no hacer nada ante el temor de perder otros contratos". Lo dicho, una soprano diferente.

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