Crítica de concierto

Quique González, más cantautor que rockero en el Palau

El madrileño desplegó el cancionero de mediana edad de ‘Sur en el valle’ arropado por una expresiva banda con fibras acústicas y dos teclistas

Quique González

Quique González / Ferran Sendra

Jordi Bianciotto

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Mientras los éxitos pop se fabrican en laboratorios calculando ganchos y ‘gags’, Quique González hunde raíces en la canción más narrativa, de preparado lento, envolviéndote con su verbo en primera persona. Carrera como las de antes, la suya, que no está reñida con el gusto popular, como se apreció este jueves en el Palau (Guitar BCN), donde vino a compartir el cancionero de mediana edad de ‘Sur en el valle’.

El título alude al viento que azota a veces los cántabros Valles Pasiegos, donde vive el músico madrileño y que, según dice, trae cierta alteración del ánimo. Influjo tendente a un repliegue emocional, a tono con el medio tiempo y el roce de guitarras acústicas y contrabajo con el registro eléctrico.

La estela de The Band

González se aparta de la búsqueda del estribillo para potenciar las historias (no siempre descifrables) que transmiten un estado mental. Ahí hubo cierta linealidad, compensada por la vivaz expresión de la banda: ese juego a dos teclados, el Hammond de Raúl Bernal (también cómplice de José Ignacio Lapido y de 091) y el piano y el acordeón de César Pop, tándem con reminiscencias de The Band.  

El suave devaneo ‘funky’ de ‘Te tiras a matar’ y la tensión interna de ‘Puede que me mueva’ trajeron secuencias álgidas a un temario que buscó cierta catarsis en la repesca de ‘Kamikazes enamorados’, ‘Dallas-Memphis’ o ‘Vidas cruzadas’ (y que incluyó una versión de ‘Considerando’, del malogrado Rafael Berrio). Ecos de un González más próximo al canon rock que contrastaron con su presente de narrador turbio, capaz pese a todo de sellar vínculos hondos con un público que crece con él.