Críticas de discos

Crítica de 'Earthling': Eddie Vedder, más acomodado que con Pearl Jam

El cantante estadounidense entrega ‘Earthling’, un disco de rock con hechuras clásicas en el que cuenta con Elton John, Stevie Wonder y Ringo Starr como invitados

También reseñados los álbums de Mystic Braves, BrightoN 64, Mark Juliana y Santa Salut

Vedder

Vedder / Danny Clinch

Rafael Tapounet
Jordi Bianciotto
Ignasi Fortuny
Roger Roca
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Eddie Vedder ha dado a entender en diversas ocasiones que anhelaba expresarse como artista en solitario, aunque, hasta ahora, las pistas que ha ido soltando no eran para echar cohetes: un par de bandas sonoras de peso medio, un simpático disco con canciones de ukelele y algunas aventuras escénicas confusas, como aquella gira que le trajo en 2019 al Palau Sant Jordi (manejando repertorios de ‘covers’ y temas de Pearl Jam). Es ahora cuando, por fin, da un paso al frente con un álbum a su nombre que no es ni un encargo ni un divertimento, aunque está lejos de ser la obra rotunda con la que abrir un camino alternativo al grupo madre.

Sorprende que ‘Earthling’ se decante por un tipo de rock de tacto clásico, con incluso destellos pre-grunge, y por un talante amable y desprendido que contrasta con la angustia y la naturaleza esquiva de Pearl Jam. Se advierte en la primera canción, ‘Invincible’, de hinchada dinámica melódica, y se confirma en una pieza más sustanciosa, ese medio tiempo de estribillo majestuoso llamado ‘Long way’, en el que Vedder se arrima a un sobrio ‘heartland rock’ con la ayuda de Benmont Tench, el que fuera teclista de Tom Petty and the Heartbreakers. Por no hablar de los recovecos bonitos y complacientes de la balada ‘The Haves’. 

La ayuda de los ‘peppers’

Vedder ha formado equipo con el avezado productor multiuso Andrew Watt (por cuyas manos han pasado desde Ozzy Osbourne hasta Dua Lipa), que le acompaña en las tareas de composición junto a John Klinghoffer, el exguitarrista de Red Hot Chili Peppers, y el batería de esta banda, Chad Smith. Con ellos ha elaborado un repertorio que combina números de rock templado, herederos de la ‘college radio’ de los 80 (‘Fallout today’, ‘The dark’), con destellos más expeditivos y cercanos a Pearl Jam: ‘Good and evil’, ‘Power of right’ o ese sentido ‘Brother the cloud’, donde canta a una pérdida cercana que bien podría ser su hermano Chris, fallecido en accidente en 2016, o Chris Cornell, el cantante de Soundgarden, que se suicidó un año después. 

Más allá de esos vestigios de la tragedia, ‘Earthling’ transpira una libertad y sentido de la diversión poco asociables a los discos de Pearl Jam, lo cual lo hace quizá más accesible a un público adulto medio, pero también más disperso. Sobre todo, en el tramo final, cuando se suceden temas variopintos: la atolondrada ‘Try’, con armónica de Stevie Wonder, el rock trotón de ‘Picture’, aquí con la ayuda de Elton John, y ese ‘Mrs. Mills’ de ecos ‘beatle’ victorianos apuntalados en la batería del mismísimo Ringo Starr (en homenaje a la pianista inglesa Gladys Mills, 1918-78).

Y como guinda, un ejercicio de ‘crooner’ atmosférico, ‘On my way’, donde Vedder nos habla de un rumbo a seguir que se insinúa algo cojo de definición frente a la granítica identidad del gigante Pearl Jam. Jordi Bianciotto

Otros discos de la semana:

Esta tropa de Los Ángeles adscrita a la psicodelia surfera da un agudo giro al suplir viejas asperezas garajeras por trazos melódicos más esbeltos, armonías vocales soleadas y sintetizadores con suaves derivas cósmicas. Aunque puede parecer que miran de reojo a Tame Impala, gana el factor pop, conciso y envolvente, ya sea deslizando suaves dinámicas 'funky' ('Sundown'), como trovadores de medianoche ('Coffee song') o invocando un cautivador paisajismo californiano ('Hanging on'). J. B.

El grupo estandarte de la escena mod barcelonesa cumple 40 y lo celebra regrabando algunas de las canciones más emblemáticas de su guadianesca trayectoria. Lo hace sin artificios ni zarandajas, equilibrando el nervio juvenil de los comienzos (trepidante 'Barcelona Blues', ahora en catalán) con un astuto distanciamiento, como el que revela la relectura de 'La casa de la bomba' en clave de bugalú. Completan el lote una versión de los Pistones y dos estimulantes composiciones nuevas. Rafael Tapounet

Música para hacer las cosas bien, para beber moderadamente, para mirarse al espejo, para encontrar el camino a casa. Quizás con ironía, quizás muy en serio -no hay manera de saberlo- el batería de Nueva Jersey, empapado del espíritu de la electrónica de los años 90, le asigna a cada ‘track’ un propósito concreto. Pero si para algo sirve 'Music for doing', un viaje sin sobresaltos pero repleto de pequeños detalles, ensoñador, brumoso, es para dejar vagar la mente. Que no es poco. Roger Roca

La artista de Sabadell, sin duda una de las voces catalanas más ardientes del rap, ha publicado un álbum -su segundo- para nada purista: juega y logra mezclar con acierto su esencia con varios géneros (de la rumba hasta, ojo, el techno). Un valiente paso adelante de Salut Cebrià a sus 23 años, que siempre entre el catalán y el castellano, dibuja un intenso viaje amoroso a través de 12 canciones que hace temblar a diferente intensidad. Ignasi Fortuny

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