Entrevista

Alan Parks vuelve al Glasgow de los 70 que la heroína diezmó

El escritor escocés participa en BCNegra con ‘Bobby March vivirá para siempre’, tercera entrega de su policía Harry McCoy

El escritor escocés Alan Parks, este viernes en Barcelona, donde participa en el festival BCNegra.

El escritor escocés Alan Parks, este viernes en Barcelona, donde participa en el festival BCNegra. / RICARD CUGAT

Anna Abella

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Primero fue ‘Enero sangriento’,luego ‘Hijos de febrero’ y ahora tocaba un título que incluyera la palabra ‘marzo’. Pero no le convencía ninguno y optó por camuflarlo en el apellido, en inglés: ‘Bobby March vivirá para siempre’ (Tusquets / Univers). Aunque en realidad transcurre en un asfixiante julio de 1973. Es la tercera entrega protagonizada por el detective de la policía Harry McCoy, serie ambientada en el Glasgow de los años 70, con la que el escocés Alan Parks irrumpía en el panorama del ‘tartan noir’. Ahora visita por segunda vez BCNegra con una trama que pone en primer plano la irrupción de la heroína y que bebe de los 20 años que trabajó para la discográfica Warner. 

El Bobby March del título es una estrella del rock local, un guitarrista que aparece muerto supuestamente de una sobredosis. En paralelo, McCoy debe buscar a la sobrina adolescente de su jefe, que se ha escapado de casa, mientras sufre el acoso de un superior, Raeburn, que quiere hacer méritos con un caso mediático, del que "todo el mundo piensa en un depredador sexual": la desaparición de una niña de 13 años, inspirada en un caso real, revela, que captó la atención de la sociedad y los periódicos. "Se celebró un gran funeral. Hay casos que reciben mucha atención y otros se olvidan", lamenta.  

Los límites de la policía eran mucho más flexibles en los años 70 que ahora

"McCoy se esfuerza por no darle un puñetazo a Raeburn. En los dos libros anteriores ya lo habría hecho", sonríe Parks ante la evolución de su detective, que "está menos enfadado con el mundo, está intentando aprender a adaptarse a lo que venga, a negociar su forma de tratar a todo el mundo, es más sabio y está más resignado ante la forma como funcionan las cosas, pero sigue luchando por la causa que cree justa". 

"Los límites de la policía eran mucho más flexibles en los años 70 que ahora -opina ante el acoso a un detenido que muestra en el libro-. No digo que todos los policías fueran horribles. Pero si la policía está sometida a una gran presión a veces detiene a alguien sin tener pruebas al 100%".

En el libro nadie se plantea convertirse en heroinómano, pero poca gente es capaz de consumir y luego dejarlo

Cóctel destructivo

Refleja la novela "los principios de la heroína" en la ciudad. "Empezaba a ser la droga de moda pero todavía no había llegado al mercado de forma masiva. Era más del mundo bohemio, para artistas y estrellas del rock como Keith Richards... Era guay y la gente lo probaba. En el libro nadie se plantea convertirse en heroinómano, pero poca gente es capaz de consumir y luego dejarlo -constata Parks-. En poco tiempo diezmó a toda una generación y acabó llegando a toda la sociedad y convirtiéndose en una adicción generalizada. Se mezcló con la llegada del sida y acabó siendo un cóctel muy destructivo". 

Las discográficas explotan a los grupos para sacarles todo el jugo posible en el poco tiempo que se supone que les durará el éxito

"Hoy las drogas ya son de uso masivo y gran parte de la delincuencia tiene que ver con quien se apodera de los canales de distribución. Existe una industria de las adicciones, y también una industria para que dejes de ser adicto a algo. Puedes ser adicto al sexo, a las redes sociales…¡a todo!", explica quien no quería ceñirse a la historia "de una estrella del rock que pasa por sus años de gloria y tiene montones de fans", hasta que acaba rota.

Explotación de las discográficas

Prefiere buscar esos espacios cotidianos fuera de los momentos de gloria sobre el escenario. "Gran parte de la vida del músico son esperas. En aeropuertos, en vestíbulos de hotel esperando a que llegue el taxi, al periodista que le va a entrevistar... Grupos que conocen el éxito de la noche a la mañana, que están cansadísimos porque solo tienen un día de fiesta al mes. Que se duermen en las sillas, hechos polvo. Un día en Alemania, otro en Francia, otro en Holanda... un programa de tele, una minipromoción, un concierto… Porque las discográficas les ponen montones de actividades y les explotan para sacarles todo el jugo posible en el poco tiempo que se supone que les durará el éxito, porque la mayoría de grupos de pop aparecen y desaparecen. Yo trabajé con un grupo que tenían que levantarse a las cinco de la mañana para maquillarse porque iban caracterizados", recuerda.

Belfast y el IRA

Entrelaza Parks diversas investigaciones. En una surgen los lazos de Glasgow con el IRA. "Siempre ha existido un vínculo, una gran conexión con Irlanda del Norte. El 90% de gente de Glasgow tiene conocidos en Belfast, ambas ciudades están a 30 millas de distancia. Si a un delincuente le perseguían en Glasgow se iba a Irlanda hasta que se calmaba la cosa y al revés, si un terrorista del IRA tenía que desaparecer un tiempo lo habitual era ir a Escocia porque había una red y le podían ayudar. Sobre el origen del conflicto irlandés, es un tipo de sectarismo que también encontramos en Escocia, lo vemos en los equipos de fútbol, entre los católicos y protestantes, esos antagonismos siguen vivos".

Considera Parks, licenciado en Filosofía, que antes de la llegada de la heroína, "la violencia en el Glasgow de los 70 era personal, más física". "Si eras prestamista y no te devolvían el dinero lo normal era dar una paliza, acuchillar o matar. Pero con la droga eso cambió y llegaron las armas". No busca, sin embargo, mostrar solo "la violencia, los robos y la pobreza" pues "también había artistas y cultura". Hoy queda poco de aquella ciudad, añade. "Pero la gente es la misma. Si entras en un pub, la decoración habrá cambiado, pero la gente dice las mismas cosas... ¡y sigue bebiendo demasiado!", sonríe. 

Tiene claro que no llevará a McCoy más allá de 1980. "Después la ciudad cambia mucho"-. La serie son 12 meses. "¡Eso si los acabo! ¡Tendré 65 años! En marzo publico el cuarto libro y estoy empezando el de junio. Aún no sé si lo titularé ‘Bobby June’", concluye con otra carcajada.


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