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Maria Antònia Oliver, combativa y versátil | Obituario

La escritora deja un profundo vacío en las letras catalanas, no solo por su obra, sino también porque fue clave a la hora de normalizar la literatura en catalán escribiendo sin complejos sobre todos los temas y en todos los formatos

Maria Antònia Oliver, en 2016, tras recibir el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes.

Maria Antònia Oliver, en 2016, tras recibir el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes. / EFE / TONI ALBIR

Valèria Gaillard

Valèria Gaillard

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Irónica, mordaz, pero también comprometida y apasionada, la escritora mallorquina Maria Antònia Oliver Cabrer, fallecida ayer en Manacor a los 75 años, deja un profundo vacío en las letras catalanas, no solo por su obra, sino también por lo que representa como escritora que perteneció a una generación cada vez más alejada en el tiempo y que fue clave a la hora de normalizar la literatura en catalán escribiendo sin complejos sobre todos los temas y en todos los formatos.

El nombre de Maria Antònia Oliver es inseparable del de Ofèlia Dracs, un grupo literario que integró junto con su marido y cómplice, el escritor Jaume Fuster, y que tenía por vocación extender el catalán como lengua literaria a géneros antes nunca conreados como la novela negra, la erótica, el terror o la ciencia ficción. Formó parte, pues, de una generación de autores —Quim Monzó, Pep Albanell, Joaquim Carbó, Quim Soler, Biel Mesquida, entre otros— concienciados en la reconstrucción nacional en los años setenta y convencidos del papel fundamental que debía jugar la lengua y la literatura en este proceso. Algunos de los éxitos de este experimento literario hoy en día son clásicos: 'Deu pometes té el pomer' (1980), 'Lovecraft, Lovecraft' (1981), 'Negra i consentida' (1983) y 'Boccato di cardinali' (1985).

Su carrera como escritora destaca por la versatilidad, ya que no solo escribió ficción, sino que también conreó el guion de televisión y radio, literatura infantil y juvenil, el ensayo, el reportaje, el teatro y la traducción, primero al castellano y luego al catalán. En este último campo, está considerada la traductora canónica al catalán de Virginia Woolf, aunque también versionó Jules Verne, Mark Twain, Robert Louis Stevenson o Herman Melville. Su versión de 'Moby Dick', obtuvo en 1985 el Premio a la Traducción de la Generalitat de Catalunya.

Sobresale de su obra, forjada con una lengua ágil y viva, y atravesada por la búsqueda de la libertad, la creación del personaje de Lònia Guiu, la primera mujer detective de la literatura catalana. Guiu ya había hecho su primera aparición en 'Negra i consentida', del colectivo Ofèlia Dracs, pero adoptará el papel principal en 'Estudi en lila' (1985), firmada por Oliver. Luego aparecerá en otros títulos como 'Antípodes' (1988) y 'El sol que fa l'ànec' (1994). Justamente la editorial La Magrana acaba de reeditar este primer título de la serie Guiu, prueba del interés que todavía suscita su obra. Sin olvidar la novela 'Crineres de foc' (1985); 'Joana E.' (1992), con la que ganó el Prudenci Bertrana; 'Tallats de lluna' (2000); o la obra de narrativa breve 'Colors de mar' (2007), y piezas teatrales como 'Negroni de ginebra' (1991). Sus obras han sido traducidas al castellano, inglés, alemán, francés, italiano, portugués y neerlandés.

La vocación literaria de Oliver es temprana y con solo 23 años publicó su primera novela 'Crònica d'un mig estiu' en la que vehicula una crítica a las transformaciones que padece Mallorca en manos de la especulación. A raíz de esta obra, que Club Editor publicó el 1970 en Barcelona, donde Oliver fue a vivir, conoció al escritor Jaume Fuster, con quien compartió vida y literatura, hasta la muerte prematura de este, en 1998, con tan solo 53 años. Cuando en febrero de 2016 recibió el Premio de Honor de las Letras Catalanas, una Maria Antònia Oliver combativa y feminista, reconoció que hacía tiempo que había dejado de escribir, abatida sobre todo por la pérdida de su compañero y también por problemas de salud. Fuera del circuito literario estos últimos años, Oliver fue reconocida sin embargo con diversos galardones a lo largo de su vida, como la Creu de Sant Jordi por su trayectoria como escritora el 2007, el Premio Jaume Fuster de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana el 2004 o previamente el Premi RamonLlull del Govern Balear el 2003.

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