Crítica de concierto

Ono le saca brillo a Zemlinsky

El todavía titular de la OBC dirigió la ‘Sinfonía lírica’ del compositor vienés

obc

obc / May/Zircus

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

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Kazushi Ono, que dejará la titularidad de la OBC en septiembre, presentó en su regreso al podio del Auditori un programa que comenzó 10 minutos tarde y que contó con un ejemplo de la creación musical catalana actual que hacía de contrapunto de la yuxtaposición de la ‘Sinfonía Nº 49, La passione’ (1768) de Haydn -obra fundamental de uno de los padres del género- con otra que lleva la forma a su radicalización, la ‘Lyrische Symphonie’, de Zemlinsky. Estrenada en 1924, posee la huella evidente de Mahler y de sus sinfonías con solistas vocales o, mejor, de ‘La canción de la tierra’. Compuesta de siete movimientos para gran orquesta, barítono y soprano sobre textos de Tagore, cada movimiento es un gran ‘lied’ unidos por interludios.

Ono consiguió cargar de pasión la lectura de esta montaña rusa de emociones y que habla tanto del amor como del desamor, bien secundado por los músicos en una inspirada entrega, con especial relevancia esta vez en el metal y la cuerda. La soprano Annette Dasch se vio cómoda en los extremos de la tesitura, sobre todo en 'Mutter, der junge Prinz', mientras que Josep-Ramon Olivé se mostraba algo incómodo en los extremos del registro y con una proyección limitada.

En la obra de Haydn, cuyo delicioso aroma de vitalidad se mezcla con cierta melancolía propia del tono menor -y que también impregna el movimiento del ‘Sturm und Drang’, que tan bien representa-, fue interpretada con delicadeza y buen sentido, con casi todo en su sitio salvo por algunas entradas algo nerviosas en los movimientos más enérgicos.

Antes, arrancó la velada ‘Obreda’ (2020), de Joan Magrané, literalmente un "bosque de obras" según el término concebido por el artista Perejaume, muy apropiado para el espíritu de una pieza que se inspira en el hombre en su relación con la naturaleza desde el suntuoso tejido sonoro que el compositor catalán sabe urdir con sapiencia. Es un encargo de la Orquesta Nacional de España estrenado en octubre de 2020 en el Auditorio Nacional de Madrid. Compleja y variada, ‘Obreda’ posee momentos fascinantes, sobre todo en su parte central. De tímbrica lujosa, resulta evocadora y sugerente, y la OBC pareció congeniar con un lenguaje, por otra parte, nada revolucionario.