Aniversario profesional

Eduard Iniesta: 'Mozart y los Stones se confabularon para que fuera el músico que soy"

El polifacético intérprete barcelonés, que bebe tanto de la música culta como del trap, celebra a lo grande sus primeros 25 años de trayectoria

Las nuevas aventuras que le esperan incluyen un concierto en el Palau de la Música donde confluirán música tradicional, rock, clásica y cançó

Iniesta

Iniesta / Laura Guerrero

Marta Cervera

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Con la vista puesta en el futuro el polifacético músico, compositor y productor Eduard Iniesta (Barcelona, 1968) celebra este lunes en el Palau de la Música Catalana sus 25 años de carrera con un concierto fiel a su filosofía y una trayectoria en la que ha tocado todo tipo de palos. Iniesta ha tenido siempre las antenas puestas atento. Últimamente cuenta que le tira el trap. "Me gustan sus texturas", explica. Para él todo suma sin importar el estilo. Conoce la música tradicional, la clásica, el rock, el jazz... Ha trabajado tanto en bandas sonoras para el cine, música para publicidad y con formaciones y orquestas de todo tipo. Es un artista todoterreno al que no le gusta presumir. Es discreto. "Tengo un ego controlado", explica en su estudio lleno de instrumentos de cuerda e imágenes que dan fe de la valía de este multiinstrumentista que se luce tanto con la guitarra eléctrica como con el buzuki o la mandolina.

"Celebro que después de 25 años sigo aquí y tengo ideas para rato. Es un concierto de presente y de futuro. Habrá temas inéditos y recuperaré algunos emblemáticos, por supuesto, pero todos pasados por el tamiz de la síntesis, de esta unión de las cuatro patas que sostienen mi trabajo: clásica, rock, música étnica y cançó. El reto es juntar todo lo que soy en un único concierto sin hacer un tema de cada cosa sino con un lenguaje que integre todo lo que me sustenta".

Su banda actual, con la que ha publicado 'Trajecte animal', sofisticado disco de rock, se unirá a un conjunto de cuerda y a un percusionista en busca de una sonoridad sin fronteras estilísticas. En lugar de contar con cantantes con los que ha trabajado mucho, como Rosa Zaragoza, Marina Rossell o Névoa, como invitados estarán Dani Vega, guitarrista de Mishima que ha colaborado como productor en su último disco; Beth Rodergas, con quien trabajó cuando creó una obra para 'Cantània' dedicada a Joan Brossa, y Marc Parrot, que cantó 'Globus aerostàtic' en su disco 'Escampar la boira' (2013).

"He sido una persona poliédrica pero honesta. Me gusta la música en toda su grandeza. Es una pena estar confinado a un único estilo".

Difícil resumir el viaje de estos 25 años, una trayectoria prolífica que ha dejado una decena de discos en solitario y más de 200 álbumes en los que ha colaborado. "Lo que soy ahora es la suma de todo. De la gente con la que he trabajado, los discos que he hecho, míos y como acompañante", certifica Iniesta, que además de músico es abogado especializado en los derechos de autor.

Momentos clave

A la hora de repasar los momentos clave de su carrera no olvida algo que le marcó antes de llegar al mundo profesional: los dos meses que pasó en el hospital a los 12 años. "Estuve entre la vida y la muerte a causa de una peritonitis. Recuerdo que me traían cintas de casete de Mozart, de Grieg, de los Beatles, de los Stones... Todos estos artistas se confabularon para que yo me quedara en este mundo", comenta. Eso, sin duda ha marcado su concepción musical. "He sido una persona poliédrica pero honesta. Me gusta la música en toda su grandeza. Es una pena estar confinado a un único estilo". Y añade: "Hemos de retornar a la idea del músico libre. Mozart y Beethoven componían sinfonías, óperas, canciones y música de baile. Ahora resulta que no cuadro ni en un festival de jazz, ni en uno de rock. Esto nos limita. Debería haber una mirada amplia en el sector".

De su entrada en el mundo profesional recuerda su primer trabajo en la reposición de 'El retaule del flautista' en el Condal en 1996 que estuvo en cartel nueve meses. "Fue maravilloso entrar así, en el teatro musical. Después colaboré haciendo la música en el programa 'Oh Espanya', de Dagoll Dagom y después en 'Els Pirates'". Precisamente aquella opereta le puso en contacto con Carles Sabater (Sau) para quien escribió una serie de canciones que nunca pudo estrenar. Su inesperada muerte llegó pocos días antes del concierto. Uno de los recuerdos amargos de la gira.

También estuvo marcado por el fado. "Me volví loco con la guitarra portuguesa y me fui a Lisboa para aprender con un gran maestro. Después apliqué mi propia técnica y convencí a Núria Pifarré [Névoa,] con la que estaba en el grupo 'Lo poder del cant', para que interpretara fados porque su voz era ideal". Aquello se tradujo en tres importantes discos que vieron la luz a principios del 2000.

Después dio a conocer su propia voz con 'Òmnibus' (2004). Desde entonces ha ampliado miras y ha seguido investigado, buceando en diferentes mundos. Este lunes intentará que todos confluyan en el escenario del Palau.

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